Walt Whitman, consejos para embellecer el cuerpo del hombre

Nórdica publica la 'Guía para la salud & el entrenamiento masculinos' del gran poeta norteamericana, que redactó en un periódico en 1858

Portada del libro.
Portada del libro.
Nórdica

Walt Whitman (EE. UU, 1819-1892) es, para muchos, el gran poeta de América especialmente con ‘Hojas de hierba’, redactado en una suerte de verso libro caudaloso o versículos bíblicos. Antes de su edición definitiva en 1860, el poeta publicó en 1858, en ‘The New York Atlas’, un conjunto de columnas firmadas por Mose Velsor cuyo título era ‘La salud y el entrenamiento masculinos’. Tras 150 años durmiendo el sueño del olvido, un profesor de literatura dio con estos materiales, de 47.000 palabras, y desveló quién estaba detrás del seudónimo. El sello Nórdica publica en España, en una cuidada edición con dibujos de Matthew Allen y traducción de Íñigo Jáuregui, un volumen dedicado “a la salud masculina”. Se pregunta el autor: “¿No hay un cierto encanto, una magia fascinante en esas palabras?”. Y a partir de entonces se aplica a dibujar, o a ayudar a perfilar, “un cuerpo perfecto y una sangre perfecta”.

En esa búsqueda del estado ideal, el entrenamiento es una premisa inaplazable. La puerta imprescindible que hay que franquear. Engloba “‘la ciencia entera de la excelencia, la educación, la belleza y el vigor masculino’ y no deja de tener estrechos vínculos con la naturaleza moral o intelectual”. El entrenamiento ayuda a “moldear un carácter sólido e inquebrantable para resistir los largos y duros ataques”. También permite “vencer y erradicar la maldición de una mente deprimida”. Entrenamiento es, al fin y al cabo, “la palabra mágica que puede remediar todos los problemas y realizar todos los prodigios del cuerpo humano”.

Aunque era poeta, periodista y humanista, Whitman anteponía la condición física a la intelectual. Al menos levemente. Dice sobre el coraje: “Ninguna cantidad de cultura, intelecto o riqueza podrá compensar jamás a una comunidad por la falta de ‘músculo, capacidad o coraje varoniles’”. De hecho, Walt Whitman conmina al sedentario, al hombre de letras, al oficinista o al diletante: “¡Levántate!”. Y le recuerda: “¡El mundo (al que acaso mires con ojos pálidos y asqueados) está lleno de entusiasmo y belleza para ti, que lo abordas con el ánimo adecuado!”.

Walt Whitman, que ha marcado mucho la lírica del aragonés Manuel Vilas, inspiró uno de los poemas rotundos de ‘Poeta en Nueva York’ de Federico García Lorca: ‘Oda a Walt Whitman’, un texto sobre la homosexualidad. Del escritor norteamericano siempre se ha dicho que era gay, aunque los expertos siguen discutiendo si tuvo o no amores masculinos. En cualquier caso, sí poseía una percepción de un canon de hermosura varonil. Añade: “Con perfecta salud (y una ocupación regular y agradable) no hay abatimiento, ni puede haberlo. El hombre hace realidad el viejo mito de los poetas: es un dios que camina sobre la tierra”.

Aconseja proteger el poder masculino y recomienda buenos hábitos: la dieta, la bebida, las costumbres, el sueño, pero también bañarse, respirar aire puro, esparcimiento amistoso y social -apostilla aquí: “recordad, no a la disipación”-, viajar. También propone ejercicio diario y algunos deportes como el béisbol, el remo, la natación o el boxeo, y sobre todo caminar. La consigna es inequívoca: “Caminar, o cualquiera de sus variedades, es el mejor ejercicio de la naturaleza, tan superior a todos los demás, que no pueden comparársele”.

Tras recomendar pautas de aseo, extrae un principio casi universal para él. Cómo vencer al hombre débil. Dice: “Es de todo punto inútil pretender que existe, o puede existir, belleza auténtica en un hombre débil y enfermizo”. Y también es cuidadoso con los sudores: “Si el cuerpo está sudoroso y es muy probable que lo esté, lo mejor es desnudarse, frotarse enérgicamente con paños secos, y cambiarse de ropa interior”. En su época, Whitman debió parecer tan limpio como audaz y moderno.

ALGUNOS CONSEJOS

1. Cómo debería caminar un hombre. “Camina siempre con la cabeza erguida y el pecho expandido, facilitando siempre la acción de los principales órganos vitales, inhalandao el aire puro al interior de la garganta, los pulmones y el estómago, y tonificando así todo el organismo”.

2. El viaje. “A menudo un cambio total de escenario, relaciones, compañías, hábitos, etc., es lo mejor que puede ocurrir para la salud de un hombre (y el cambio acaso sea beneficioso en mayor medida para su moral, entendimiento, etc.)”.

3. La barba. “La barba es una gran protección sanitaria para la garganta. A efectos de la salud, se debería llevar siempre, igual que el cabello…”

4. La bondad moral. “Una cierta bondad moral e innata se desarrolla en proporción al sano perfeccionamiento físico”.

5. Pasar demasiado tiempo con mujeres. “El hombre que se agota de continuo entre mujeres no es apto, ni puede serlo para engendrar hijos sanos y varoniles. Estos serán enclenques y escrofulosos, un tormento para sí mismos y para quienes estén a su cargo”.

6. La salud y la riqueza. “Desde un punto de vista económico, la salud es una inversión que rinde más que cualquier otra”.

LA FICHA

Guía para la salud & el entrenamiento. Walt Whitman. Ilustraciones de Matthew Allen. Traducción de Íñigo Jáuregui. Nórdica Libros. Madrid, 2018. 123 páginas.

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