Las mutaciones del capitalismo, según Slavoj Zizek

El ensayista esloveno, divertido y polémico,. director del Instituto Birkbeck de la Universidad de Londres, publica este opúsculo en Anagrama, en el centenario de Marx

Retrato de Slavoj Zizek a su paso por Barcelona.
Retrato de Slavoj Zizek a su paso por Barcelona.
David Levene/Anagrama

En su colección de ensayos Nuevos Cuadernos, aglutina la editorial Anagrama una sugestiva selección de obras breves. El último título publicado es ‘La vigencia de El manifiesto comunista’, que se suma a cuantas novedades ha dado lugar el bicentenario de Karl Marx, nacido en Tréveris, Alemania, el 5 de mayo de 1818. El opúsculo lo firma Slavoj Zizek, uno de los ensayistas más reconocidos del momento: esloveno, filósofo formado en las universidades de Liubliana y París y actual director del Instituto Birkbeck para las Humanidades, de la Universidad de Londres.

Más que tratar sobre ‘El manifiesto comunista’, la presente obra es una radiografía del capitalismo actual. Parte, en efecto, del clásico de Marx y Engels, pero concluye que éste, si bien “describe maravillosamente la enloquecida danza de la dinámica capitalista, que ha alcanzado su apogeo hoy en día, un siglo y medio más tarde”, yerra al vaticinar la decadencia y hasta el colapso de dicho sistema. En este punto, Zizek utiliza uno de sus trucos habituales: parafrasea a la inversa una cita que nada tiene que ver con la economía, del poeta alemán Hölderlin: “Donde está lo que nos salva también crece el peligro”.

En efecto, esa es la seducción y, al mismo tiempo, la malignidad del capitalismo actual. Si el primigenio, el que conoció Marx, se asentaba en la clase burguesa y en la sociedad patriarcal; el de nuestros días se basa en lo que Zizek llama “privatización del intelecto general”. Quiere decir el esloveno que nuestra cultura, cada vez más fundada en Internet, se apoya en herramientas como Microsoft, Facebook, Amazon o Google, que se muestran ante nosotros como patrimonio del ciudadano, pese a ser monopolios de titularidad privada. Sus decisiones obedecen a intereses económicos privados, bajo la faz de ideales como el igualitarismo o el multiculturalismo.

La economía financiera frente a la productiva, e Internet como alternativa al mundo real, han creado una burbuja en la cual se disuelven las barreras nacionales y se produce la abolición de la sociedad patriarcal, de las ideologías y de las religiones. Todos somos supuestamente iguales frente a estados cada vez más intervencionistas, que regulan todos los órdenes de la vida.

Ante este panorama, afirma el autor, el error de Marx “no fue solo contar con la perspectiva de la crisis final del capitalismo, sino que tampoco comprendió que el capitalismo salía reforzado de cada crisis” gracias a su capacidad de mutar. Para 'El manifiesto comunista', “el fin del capitalismo depararía una sociedad nueva y mejor en la cual los sujetos revolucionarios trabajarían en pro del progreso de la humanidad”. Pero nada de esto ha sucedido: ha aumentado la especulación financiera, la deslocalización de la producción, la precariedad laboral, la corrupción, la destrucción del medio ambiente… Pese a todo ello, el sistema parece gozar de buena salud, resurge de cada crisis cual ave fénix. Y es que, como también escribió Marx, “en el capitalismo, todo lo que se creía permanente y perenne se esfuma”.

Las mutaciones del capitalismo, según Slavoj Zizek

El estilo literario de Zizek se caracteriza por hilvanar argumentos e ideas de forma espontánea. El discurso de ramifica, avanza y retrocede, introduce de pronto elementos de la cultura popular como, por ejemplo, un chiste de los hermanos Marx. Al cabo, este azar aparente se reconduce y concluye de un modo armónico.

Según el autor, los comunistas, a lo largo de la Historia, han empleado el descontento de la clase trabajadora como acicate para poner en marcha la revolución. Pero, hoy en día, ésta parece poco probable en el mundo desarrollado, precisamente por las mutaciones del capitalismo, donde, por ejemplo, “el trabajo precario se presenta como una forma de libertad: ya no soy un engranaje en una compleja empresa, sino un emprendedor del yo, soy mi propio jefe y tengo libertad para gestionar mi trabajo, escoger nuevas opciones, explorar aspectos distintos de mis potenciales creativos, escoger mis prioridades…”

A propósito del párrafo anterior, elijo para concluir esta reseña una ironía. En mayo de 2017, ante los graduados de Harvard, Mark Zuckerberg afirmó: “¡Nuestro trabajo es crear un mundo en que todos tengan una motivación!”. Y Zizek apostilla: “Eso lo dice un hombre que, con Facebook, ha creado el instrumento más extendido del mundo para perder el tiempo sin motivo alguno”.

LA FICHA

‘La vigencia de El manifiesto comunista’. Slavoj Zizek. Editorial Anagrama: Nuevos Cuadernos. Barcelona, 2018. 76 páginas

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