Adolfo Ayuso estudia, con Nina Monova,la historia del grupo de títeres La Tarumba

Aparece en Moscú una carpeta de 37 fotos de la compañía fundada por Miguel Prieto en 1935, e impulsada por Lorca y Alberti, que el experto aragonés publica en la revista ‘Fantoche’.

Luis Pérez Infante, arriba Miguel Prieto y los dos hermanos Camarero.
Luis Pérez Infante, arriba Miguel Prieto y los dos hermanos Camarero.
ARCHIVO NINA MONOVA/ADOLFO AYUSO

"Quiero recuperar la memoria histórica que, para mí, es algo muy diferente a desenterrar muertos de las cunetas. Es un poco más. Se trata de ver cómo vivían las mujeres, qué hacían nuestros artistas, qué pasó antes de la Guerra Civil en tantos campos. Hay mucha gente que yace en el olvido y que fue capital en la vida y en la cultura", dice el escritor e historiador de las marionetas Adolfo Ayuso Roy (Huesca, 1956), jubilado de sus clases y centrado en la investigación. Añade: "En los últimos tiempos, todos los caminos me llevan a Miguel Prieto, nacido en Almódovar del Campo (Ciudad Real) en 1907 y fallecido en México en 1956". Explica que es pintor, diseñador gráfico, actor y fundador del grupo de títeres La Tarumba.

"Se llegó a decir que La Tarumba la fundó García Lorca, que siempre deseó tener una compañía de títeres. No es cierto. Estuvo detrás, apoyó (y quizá manejó los hilos y tocó el piano), como lo hicieron otros: Pablo Neruda, que fue el responsable del nombre, o autores como Rafael Dieste, Rafael Alberti o el propio Valle-Inclán. Miguel Prieto, que empezó de pintor, había trabajado en las Misiones Pedagógicas", agrega.

La compañía debió gestarse a finales de 1934, se hicieron las marionetas, y en enero de 1935 se presentó en el Liceo Club de Mujeres Republicanas. "Fue el estreno de ‘Retablo de don Cristóbal’ de García Lorca". Luego esta formación actuó en la III Feria del Libro de Madrid, pero también en la Guerra Civil ya como una compañía de agitación y propaganda a favor de la II República.

La Tarumba montaba teatro clásico griego, clásicos españoles y nombres más recientes como Casona, Dieste o Alberti. En septiembre de 1937, invitados por el Ministerio de Instrucción Pública, numerosos intelectuales españoles, entre ellos el poeta Miguel Hernández, fueron a Moscú a conocer diversas instituciones. Y Miguel Prieto, en concreto, fue recibido por Sergei Obratsov, actor y director del Teatro Central de Títeres.

Un hallazgo 80 años después

Casi 80 años después, la escritora e investigadora Nina Monova halló una carpeta que el director de La Tarumba dejó allí, con motivo de la celebración del V Festival de Teatro Soviético, que se celebraría en Moscú, en Leningrado y en Kiev. "Nina Monova buscaba información sobre Polichinela y Cristóbal. Y halló una carpeta con 37 fotos impresionantes. Yo creo que son de Walter Reuter, un gran artista que estuvo en España. Gracias a varios amigos, entre ellos Yanisbel Martínez, del Teatro Etcétera de Granada, Nina Monova me mandó las fotos y las acabamos de publicar en la revista ‘Fantoche’. Yo hago un texto de introducción y de contexto, ella cuenta las claves de su hallazgo, en el ahora llamado Teatro y Museo Serguei Obraztsov, y además hacemos un comentario, foto por foto, de ese material novedoso", añade Adolfo Ayuso Roy, que presentará este número 12 de ‘Fantoche’ y la historia del hallazgo en el Festival Quiriquiquí de Granada el 2 de octubre. Luego Nina Monova hará lo mismo en el Instituto Cervantes de Moscú, que dirige el poeta y traductor Abel Murcia.

¿Qué hay en la carpeta? Las citadas fotos, por supuesto, donde se ven a los cuatro componentes de La Tarumba: los hermanos Camarero Ruanova, el joven poeta Luis Pérez Infante, que sería luego quien velaría el traslado del cadáver de Gerda Tardo, muerta en el frente, de Brunete a Valencia, y por supuesto Miguel Prieto. También se ven las actuaciones cerca del campo de batalla, para animar a los soldados. La compañía añadió un subtítulo a su nombre: ‘Guiñol satírico al servicio de la guerra’.

En ese material, había 3 libretos editados en Valencia en 1937, con ‘Retablillo de don Cristóbal’ de Lorca, ‘Los salvadores de España’ del citado Alberti, y ‘Defensa de Madrid y lidia de Mola’, que habían escrito con urgencia, “quizá en un café”, Luis Pérez Infante y Prieto. "En la obra, el general Franco le pone una cabeza de toro al general Mola y lo envía a las primeras líneas del sitiado Madrid para que las embista". Entre los materiales se ven fotos del títere que representaba a Queipo de Llanto en sus charlas radiofónicas durante la Guerra Civil.

Página de la historia

"Esa carpeta es una página de la historia de España y de los títeres, que fueron capitales en todas las disciplinas artísticas: en la danza, la música clásica, la literatura, el teatro, etc. El Ministerio de Instrucción Pública envió a mucha gente, pero fue la primera vez a lo largo de la historia de España que una institución como esa reconocía la importancia de los títeres. Eso demuestra muy bien quién era Miguel Prieto, sus conexiones, su calidad. Por ejemplo, Luis Cernuda llegó a colaborar con él alguna vez manejando los hilos. En las revistas y periódicos se hicieron eco de la presencia de Miguel Prieto, objeto de homenajes de y dos grandes exposiciones hace una década, y decían: "Él es el director de un teatro de títeres’’".

Era La Tarumba, claro, que se dispersaría con la Guerra Civil y el exilio. Una de las maletas teatrales y pictóricas de Miguel Prieto dio muchas vueltas, hasta que fue reencontrada y regalada a sus hijos en 1986, algo que fue clave para rescatar la figura de este personaje. Nina Monova dice a propósito del viaje a Moscú: "Para Miguel Prieto, este encuentro coronó la fiesta del arte, adentrándose para siempre, con los colegas de su teatro, en la historia. Después de todo, los títeres nunca le abandonarán…".

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