Audiard presenta en Venecia 'Los hermanos Sisters', la película que rodó en Huesca

Joaquin Phoenix y Jake Gyllenhaal protagonizan este filme que obtuvo ayer un buen recibimiento en la Mostra.

Momentos del rodaje de 'Los hermanos Sisters', el verano de 2017, en los paisajes del Pirineo oscense.
Momentos del rodaje de 'Los hermanos Sisters', el verano de 2017, en los paisajes del Pirineo oscense.
Rafael Gobantes

A medio camino entre la comedia, la picaresca y las aventuras y el ‘western’ ‘Los hermanos Sisters’, del francés Jacques Audiard, tuvo este domingo en Venecia, donde compite por el León de Oro, un buen recibimiento, en especial por las interpretaciones de Joaquin Phoenix, John C. Reilly, Jake Gyllenhaal y Riz Ahmed.

‘Los hermanos Sisters’ es un proyecto arriesgado para Audiard –supone su primer filme en inglés–, rodado hace un año en paisajes del Pirineo de Huesca como el valle de Oza, Linza y las orillas del Gállego, que recreaban las montañas de Oregón. Almería y Navarra también fueron escenarios del rodaje.

Además, su género, el ‘western’, no es el favorito del director francés: "No soy muy conocedor, me gusta pero no soy apasionado", dijo Audiard, quien considera que lo mejor de la historia ya estaba en el libro homónimo en el que se basa, del canadiense Patrick DeWitt. "Eso es lo que hizo que el libro fuera muy bueno, diría que irresistible", afirmó el realizador, que recibió el guión de manos del actor John C. Reilly y su mujer, Alison Dickey, que están entre los productores de la película.

Asesinos a sueldo

La historia cuenta las peripecias de los hermanos Sisters, Eli (Reilly) y Charlie (Phoenix), dos asesinos a sueldo que son contratados por Comodoro (Rutger Hauer) para matar a Hermann Warm (Ahmed), cuyo socio es John Morris (Gyllenhaal).

Es "cuento más que un ‘western’", puntualizó Audiard, quien cree que la historia es la de "dos adultos grandes que se han quedado en la edad de 12 años" y que se comportan como tales. Pero también "es la historia de un regreso a casa", de la búsqueda de un nuevo comienzo, y del amor, de todo tipo de amor, "entre hombres, entre hermanos". "Hay mucho amor en mi película (...), hay muchas declinaciones del amor y de la afección", afirmó Audiard.

Junto a él, compareció ante lo medios de comunicación John C. Reilly, quien tuvo en parte que cubrir la ausencia de Joaquin Phoenix en Venecia. "Fue un desafío trabajar con alguien tan increíble como Joaquin Phoenix", dijo Reilly. "Creo que es el mejor actor que hay, es un actor muy instintivo, muy obsesionado con la veracidad y la sinceridad", añadió. Resaltó también cómo el libro de DeWitt le interesó desde el primer momento y por eso decidió participar además como productor en un proyecto que implicó a muchos países.

Una torre de Babel, como señaló el actor, muy satisfecho porque la película haya contribuido a "construir puentes culturalmente con la lengua en un momento de terrible división en el mundo".

Ahora, con una cierta distancia del filme, Reilly dice haberse dado cuenta de que trata temas más amplios de lo que parece en un primer momento, sobre "lo que significa vivir en una civilización" y la evolución de América desde 1850 hasta hoy. Al respecto, lamentó que en ella había entonces y sigue habiendo hoy "brutalidad y genocidio", lo que, agregó, "no es un plan sostenible para el futuro".

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