Buen debut de los novillos de Los Maños en Las Ventas

Buen debut en Madrid de los santacolomas aragoneses, a los que masacraron en varas, y con una terna muy verde en la que Ángel Téllez dio los mejores muletazos.

Segundo de la tarde en el caballo
Segundo de la tarde en el caballo

“¡Picadoooooorrrrrrrr…. Qué malo eres! El grito surgió varias veces de las entrañas del tendido 7 de las Ventas durante la novillada de este viernes por la noche y define perfectamente lo sucedido en el ruedo venteño: la acorazada de picar, que diría el maestro Joaquín Vidal, se cargó en buena parte la encastada nobleza de los utreros de Los Maños. Puyazos alevosos, todos traseros, algunos en la paletilla, larguísimos… Dejaban tremendos boquetes en la anatomía de los cárdenos santacolomeños, que sangraban a borbotones, hasta tal punto que el sexto, ‘Capitán’, un precioso novillo con hechuras de toro, que como casi todos sus hermanos había empujado de bravo en el caballo, se hecho exangüe y desangrado al final de la faena de Ángel Téllez y hubo que apuntillarlo.

La familia Marcuello echó en su debut en Madrid seis novillos hechurados, con trapío -varios fueron aplaudidos de salida y la mayoría al ser arrastrados-, encastados y nobles. Incluso, ahí es nada, hubo hasta algunos que fueron bravos en el caballo, como 1º, 2º, 4º y 6º, aunque bien es verdad que no hubo ningún animal extraordinario y alguno, quizás por la carnicería sufrida en varas, pecó de algo blando.

Incluso alguno, como 1º, 3º y 4º llegaron con nobleza y recorrido a la muleta. Pero ya se sabe, sale la casta y nadie se aburre en el tendido ni come pipas, la afición encantada, pero los profesionales, ¡hay los que se visten de luces! Se ponen firmes y ojo avizor porque la casta pide el carnet y los papeles y pocos de los que vistieron el chispeante este viernes en Las Ventas los tenían en regla. “Cuando salen los cárdenos, no sé qué pasa, pero los toreros se asustan, y los picadores los masacran en el caballo”, resumía al finalizar el festejo el ganadero, Pepe Marcuello. Un ganadero que estaba “encantado” con la corrida porque “han embestido los seis, han empujado en el caballo, han tenido nobleza, sobre todo 3º y 4ª, que son los que más me han gustado, pero han machacado a la corrida en el caballo. Me voy contento porque la afición madrileña lo ha visto”, sentenció el ganadero.

¿Y los novilleros? Jesús Martínez (ovación y silencio) no pasó de aseadito en su noble primero, que pedía una muleta con temple y hondura y que tenía un extraordinario pitón izquierdo por el que embestía largo y humillado. Algún natural suelto hubo, sin más, Lo mató mal, ahí es donde más se nota la falta de rodaje, y fue ovacionado como el toro, un precioso ensabanado, en el arrastre. Con el cuarto, el más encastado del encierro, no supo qué hacer ante las embestidas serias y de ‘hombre’ del toro, que pedía cruzarse, echar la muleta al hocico y traérselo toreado. El chaval no supo o no pudo y acabó su labor con pena y sin gloria.

Aquilino Girón (silencio y ovación con saludos), natural de Baza (Granada) y tan poco toreado como Martínez, debutaba en Las Ventas, y demostró valor, ganas… Y también carencias técnicas. Como dirían los antiguos revisteros, estuvo en novillero. Entró en quites, se fue a la puerta de chiqueros a recibir a su segundo, se llevó cuatro o cinco volteretas, intentó colocarse en el sitio en los dos toros, que quizás fueron los más complicados del encierro, y dejó una buena impresión, aunque demostró estar muy verde, algo lógico, ante sus dos enemigos, que como el resto de la corrida, pedía el carnet a quienes estaban delante. En su debe, que dejó que al quinto lo masacraran en el caballo.

Ángel Téllez (ovación con saludos y silencio) era el novillero con mayor bagaje de los tres actuantes y se le notó. En el tercero llegó a hacer el toreo por momentos, sobre todo en un par de series al natural. El de Los Maños, noble y con recorrido, aunque embistiendo a media altura y sin acabar de humillar, le puso al madrileño el triunfo en bandeja y el chaval hubiera cortado una oreja de no haber sido porque se encasquilló con la espada. El madrileño, que en su primero entró a matar sin muleta en un alarde temerario y que no venía a cuento, poco pudo hacer en el sexto, al que su picador había matado en el caballo.

¿Y las cuadrillas? Aparte del negro capítulo de los pìcadores, apenas nada. Ni un par de banderillas…

En fin. 'Bonito’, ‘Tostadino II’, ‘Basbatristos’, ‘Aviador’, ‘Tostadino I’ y ‘Capitán’. Seis santacolomas aragoneses, divisa verde y oro, criados en la finca Vistahermosa de la localidad zaragozana de Luesia. Seis nombres para la historia de la ganadería de bravo aragonesa y para su casa enseña en la actualidad, ‘Los Maños’, que treinta años después de su creación por la familia Marcuello tomaba antigüedad y debutaba este 24 de agosto de 2018 con una novillada en la plaza de toros de las Ventas de Madrid. Un auténtico reto para Pepe Marcuello, su hijo José Luis y el resto de la familia Marcuello, que crían estas reses de pura estirpe Santa Coloma, vía Pablo Mayoral y Javier Buendía, con auténtica pasión y devoción por el toro bravo en el prepirineo. Por primera vez desde su inauguración, un lejano ya 17 de junio de 1931, una vacada aragonesa lidiaba sus toros en el albero de Las Ventas

Había expectación entre la afición venteña por ver el juego de los cárdenos santacolomeños y pese a que Madrid se encuentra estos días medio vacío, los tendidos, donde se pudo ver a un buen número de aficionados llegados de Aragón desde donde se fletaron cuatro autobuses, presentaron un buen aspecto con cerca de 7.000 espectadores, en la que ha sido la mejor entrada del mes de agosto en la primera plaza del mundo. Buen debut pues de Los Maños en Madrid, pero ya se sabe que el ganadero propone, Dios dispone, el toro embiste y llegan los picadores y lo descomponen.

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