El Museo de Zaragoza recorre el barroco hispánico a través de una docena de pinturas

El centro ha estrenado una sala dedicada a esta época artística. En otoño será el turno del periodo renacentista.

'La conversión del duque de Aquitania' y 'Santa Catalina de Alejandría' destacan en la sala.
'La conversión del duque de Aquitania' y 'Santa Catalina de Alejandría' destacan en la sala.
José Miguel Marco

Dentro del paulatino proceso de renovación de la exposición permanente del Museo de Zaragoza, el centro ha abierto al público la sala dedicada a la pintura barroca. En ella se muestran una docena de cuadros del siglo XVII, a través de los cuales ha tratado de sintetizar el vasto repertorio de la época que guarda en sus fondos. La colección, que ilustra el panorama pictórico nacional, cuenta además con la presencia de obras de dos aragoneses: Vicente Berdusán y Jusepe Martínez. Un par de creaciones de artistas flamencos completan la recopilación.

El barroco español, como movimiento estético, comprende del siglo XVII a la primera mitad del XVIII. En él, España llegó a la cima de la creación en las diferentes disciplinas. En el campo de la pintura, autores como Velázquez, Zurbarán, Murillo o Ribera fueron los más populares. Y respecto a los principales focos de desarrollo de esta nueva forma de entender el arte, destacaron Madrid o Sevilla. Fue desde estos desde donde se extendió a otras escuelas, como la de Zaragoza.

El director del museo, Isidro Aguilera, estima que pueden ser alrededor de tres millares las piezas barrocas que el centro guarda en sus fondos. Y, por este motivo, se han visto obligados a llevar a cabo una minuciosa selección a la hora de elegir las que iban a ser expuestas en la sala. "Estamos constreñidos a un espacio pequeño, lo cual limita nuestras posibilidades", dice.

Los criterios que han seguido a la hora de elegir los cuadros han obedecido a la calidad, pero también a la representatividad. Es por este motivo por el que han decidido exponer el retrato doble de Martínez y su padre Daniel o el gran lienzo de la ‘Conversión del duque de Aquitania’, de Berdusán. Dos obras que forman parte del repertorio de los dos principales representantes del barroco aragonés en sus fases tanto inicial como plena.

De "primerísima fila"

La sala expone también una ‘Vanitas’, de Antonio Pereda; una "fantástica" ‘Santa Catalina de Alejandría’, de autoría anónima, aunque tuvo que ser de un pintor de "primerísima fila", recalca Aguilera; el óleo ‘Filósofo con libro’, del taller de Ribera; dos cuadros de canastillas de flores, elaborados por Juan de Arellano, o una ‘Virgen de Belén’, de Juan Puche, cuya imagen servirá de inspiración a futuras representaciones de esta figura cristiana que interesará a algunos de los pintores más populares de los siglos venideros.

"Hemos querido también dar dos pinceladas discretas al flamenco con un par de piezas sobre cobre que dan un toque distinto, que introducen una novedad que será más patente en el siglo XVIII o en principios del XIX: el paisaje. Este cobra más importancia en Flandes a medida que se va cerrando el tema religioso. Y esa novedad influirá mucho en el mundo pictórico español e italiano", explica Aguilera.

Para tener la posibilidad de exponer el amplio abanico de pinturas que posee el museo, el director adelanta que su intención es la de cambiar cada dos o tres años las obras, "para que tengan más movilidad, que la gente pueda ver cosas diferentes".

"Habrá sorpresas"

El proceso de reapertura de salas comenzó al concluir la construcción del párquin de la calle Moret, que forzó al museo a clausurar parcialmente sus instalaciones hace dos años para evitar el posible deterioro de sus obras. El centro optó por llevar a cabo los montajes sala a sala para no verse obligado a permanecer cerrado durante "cerca de dos años".

La primera zona en volver a abrirse al público en marzo del año pasado fue la que recorre la obra de Goya, "la más demandada", indica el director. En esta ocasión ha sido la sala de barroco. Y en otoño será el turno de la que aborda el arte renacentista. "Lo ideal para nosotros sería inaugurarla en octubre, para el Pilar. Tendrá sorpresas. Nuestra intención es hacer un montaje diferente, selecto, que gire en torno a la disciplina escultórica con bastante presencia aragonesa. En el barroco, el nivel de la comunidad es medio, pero en el renacimiento, la escuela de Zaragoza es una de las más importantes a nivel nacional". A la reapertura de esta le seguirá una gótica. Y, posteriormente, la galería de arte contemporáneo.

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