El cementerio de las "élites" incas

EL Ministerio de Cultura peruano ha hallado una veintena de tumbas en el majestuoso Valle de las Pirámides de Perú.

El Valle de las Pirámides, en Perú.
El Valle de las Pirámides, en Perú.
Embassy of Peru

El imperio de los incas, el más extenso de la América prehispánica, llegó a dominar buena parte del actual territorio de Perú. Pero, hasta ahora, su presencia en el majestuoso Valle de las Pirámides de Túcume no era apenas conocida. Bajo esas milenarias edificaciones se han encontrado veinticuatro sepulturas de nobles incaicas, un hallazgo que ha desvelado el valor que consignó esta civilización al que es el más grande complejo arquitectónico de este tipo en el Antiguo Perú. El yacimiento abarca un área de 221 hectáreas, sobre las que se edifican 26 edificios piramidales, entre ellos, el más grande de Sudamérica, con una altura similar a la del templo maya de Kukulkán, en Chichen Itzá, en México. El descubrimiento fue presentado el pasado miércoles por un grupo de arqueólogos del Ministerio de Cultura peruano.

Su apariencia invita a pensar que no son más que una arenosa colina resquebrajada por el paso de los siglos, ya que fueron erigidas hace mil años, mucho antes de que los incas llegaran a esas tierras a finales del siglo XV, con adobe en lugar de piedra. Sin embargo, bajo esas capas de polvo está el mayor exponente arquitectónico de la civilización Sicán o Lambayeque, una de las más importantes de la costa norte de Perú, que luego fue conquistada por los Chimú, y estos un poco más tarde por los incas. Tanto unos como otros siguieron confiriendo al monumental complejo el mismo rol ceremonial que le dieron sus creadores, como acreditan las tumbas incas aparecidas en la huaca -templo- Las Abejas, una de las veintiséis del complejo, gracias a la excavación hecha por la Unidad Ejecutora 005 Naylamp del Ministerio de Cultura.

Con cerámicas, telas u objetos valiosos

Todos los individuos fueron sepultados junto a cerámicas, envueltos en finas telas, objetos que no acostumbran a encontrarse en los entierros del pueblo llano. "Tenemos todas las evidencias de que se trata de un grupo de élite, compuesto tanto por hombres como mujeres", explicó el miércoles la directora del Museo de Túcume, Bernarda Delgado. Algunas de las piezas están casi intactas y permiten observar con detalle la alfarería de Túcume, una fusión de arte lambayecano y chimú, con jarros característicos por llevar en sus boquillas representaciones de cabezas de hombres o de animales como el murciélago.

Aunque los arqueólogos no han determinado todavía el género de cada individuo, intuyen que las mujeres son las que tienen consigo instrumentos para tejer, mientras que y los hombres quienes están acompañados de unos remos o paletas largas de madera y conchas de spondylus, un molusco tan valorado por los incas como el mismo oro. Otra incógnita que aún no despejan son los motivos que llevaron a estos nobles incas a enterrarse en esa huaca, situada en el suroeste del Valle de las Pirámides, apartada un kilómetro del edificio principal, la Huaca Larga, la más grande de Sudamérica, con 30 metros de alto y 700 de ancho. Los arqueólogos continúan trabajando en la que es la cuna cultural del Antiguo Perú, donde esperan encontrar más entierros incaicos. 

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