Ismael Grasa: "No tenemos la respuesta de todo"

El escritor y profesor de Filosofía publica 'La hazaña secreta', un tratado sobre la felicidad, el amor, la belleza y la vida buena en Turner

Portada del libro de Turner.
Portada del libro de Turner.
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¿Cuál es el origen del libro?

Unas cartas que no llegué a enviar, la intención de expresar cierto ideario de vida, o de reflexionar sobre él. También el deseo de transmitir que los valores que nos mueven no son más débiles que, por ejemplo, los de un integrista.

¿Qué le debe a ‘La flecha en el aire’? ¿En qué medida podría ser un conjunto de lecciones cortas de clase, casi un tratado de urbanidad, idóneas para los alumnos?

Aquel libro era un diario de profesor. Este es un libro que parte de los manuales de urbanidad, que es un género bastante desprestigiado, para conducir al lector a otros lugares y preguntas.

Una de las frases que más se usa es ‘la buena vida’. ¿Qué sería para usted la buena vida?

Aunque parezca una respuesta circular, la vida buena es aquella que la persona buena reconoce como tal. Y es una combinación de participación en lo público y, a un tiempo, una individualidad ganada, conquistada. Hay que pensar, por otra parte, que la idea de los derechos humanos fue abriéndose paso a la par que ciertos usos domésticos, de indumentaria o de mobiliario: los asientos individuales en los teatros, el mueble secreter, la lectura de novelas en silencio, etc. De todo esto hablan autores como Lynn Hunt, que es una de las referencias que aparecen en el libro.

Por curiosidad, ¿qué ha sido más determinante en la redacción del libro: su condición de escritor, su condición de profesor o la de padre?

Todas ellas, supongo, han pesado algo. Como escritor, he pretendido que esté bien escrito, que los capítulos sean lecturas limpias; como profesor, son cosas que trato habitualmente; como padre… lo cierto es que mi pareja estaba embarazada cuando lo escribí, y quizá haya influido en el deseo de transmitir algo.

Isamel Grasa: No tenemos la respuesta de todo

¿Cuál es el significado de las citas? ¿Qué buscaba ahí y cómo las ha organizado? ¿Cuánto hay en ellas de azar y de homenaje de cariño a autores y amigos que le marcan?

Decidí que todos los capítulos terminasen con una cita, de modo que el libro es, a su vez, una selección de textos, recogidos en la bibliografía final, y que el lector puede continuar por su cuenta. Contiene un compendio de reflexiones, de Montaigne a Camus, de Natalia Ginzburg a Savater, que apuntan hacia la dignidad de lo cotidiano.

He pensado que ‘La hazaña secreta’ tiene algo de meditaciones de un lector… ¿Qué son primero las reflexiones o los textos ajenos?

Primero fue la reflexión, no es un libro de citas en ese sentido. El primer término que se extiende en nuestro mundo cultural con la Transición es el del “desencanto”, como si la vida en paz, la democracia común, fuese algo insatisfactorio para nosotros. Herzen decía que a los latinos no nos gusta vivir en libertad, que lo que nos satisface es luchar por la libertad. El motor de la reflexión de mi libro es rebelarse contra esto.

El libro parece un inventario de la sensatez, pero también tiene sus extravíos o sus desafueros, su discurso contra la lógica. Pienso en la frase de Mariano Gistaín: “Escuchar equivale a buscar vida extraterrestre, pero en la cocina”.

A mí me parece que está muy en la lógica, en el sentido en que lo dice Gistaín. Buscar ciertas formas de iluminación y de sentido forma parte de lo humano. Lo que es ilógico es pensar que tenemos la respuesta de todo.

¿No hay algunos elementos de provocación, o de ironía, o de puro juego, como eso de tener un sastre propio?

Sí, hay algo de provocación anacrónica. El caso es que reivindico en el libro los oficios, y los locales donde se arreglen y restauren cosas, no sólo donde se vendan nuevas.

¿En qué consiste de verdad ser un héroe para usted, o cuáles son los heroísmos inadvertidos que nos pautan la vida y la engrandecen?

Para ver héroes no hay más que girarse y mirar entre quienes tenemos al lado. Albert Camus decía que los nazis nos habían obligado entonces a ser héroes para tener que sobrevivir, pero que el heroísmo así entendido es poca cosa, que lo difícil es la felicidad.

Ismael Grasa: No tenemos la respuesta de todo

Aristóteles pareció intuir el mundo contemporáneo mejor que nadie. Escribió: “que no cabe que la misma cosa sea y no sea simultáneamente”. ¿Es una lección también para la política?

Ese principio de no contradicción del que hablas me parecía apropiado como introducción a un libro que quiere ser moderno pero no posmoderno.

¿Por qué defiende cosas tan sencillas, en apariencia, como hacer la cama, coleccionar algo, fomentar la amistad, aprender idiomas…?

Porque son las cosas con las que nos desenvolvemos, y las que quizá más contribuyan al progreso. Estoy entre los que creen que se ha progresado más levantando el sombrero de nuestras cabezas para saludar con cortesía que cortando cabezas.

¿Qué hacemos mal, por lo regular y no todos, claro, en el afecto, en el amor, en el sexo, en la vida en pareja?

No lo sé, no soy terapeuta ni psicólogo. Mi campo es más filosófico, y la filosofía no cura, sino que enferma, por más que sea en un sentido bueno.

“La casa de uno debe estar dispuesta para tener invitados”. ¿También en estos tiempos?

Una casa que no esté abierta no puede contener la felicidad.

El otro día alguien tras leer su libro, me dijo: “Muy interesante y bonito, pero no estoy en esa época”. ¿Para quién ha pensado este trabajo?

Quizá aquel lector sea demasiado antiguo. En todo caso, hay cosas en el libro, referidas a la indumentaria o la distribución de la casa, que no tienen por qué ser compartidas literalmente. Entiendo que lo que importa en el libro es la reflexión cívica que está tras ello, con la que se puede discrepar, pero que afecta a todos.

¿Cuál es su relación con el pensamiento que se puede dar en España? Pienso en Esquirol, Marina Garcés, Amelia Valcárcel, Arias Maldonado, Javier Gomá… ¿Los sigue, le interesan?

Soy lector de ensayo, y lo cierto es que se está publicando mucho y de buen nivel. Incluso la narrativa parece inclinada hacia cierta forma de testimonio, investigación o reflexión autobiográfica. No hay que mirar más que a las obras recientes de autores aragoneses como Sergio del Molino, Daniel Gascón, Martínez de Pisón o Manuel Vilas.

Ramón Gómez de la Serna dijo: “No hay más que la hazaña secreta, la aventura del atardecido”. ¿Qué quiere decir, cómo asumes la frase que la conviertes en el título del libro?

Como dice Montaigne, tanto valor requiere morir en la cama como en la gloria del campo de batalla.

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