Bueno, bonito y barato, ¿te apuntas al picnic?

Los planes de ocio en parques, campos y praderas se multiplican y los picnics resultan una opción muy interesante.

Bueno porque no dejar de ser un plan sabroso, bonito por las vistas en plena naturaleza y barato si se compara con cualquier restaurante. Los planes de ocio en parques, campos y praderas se multiplican en estas fechas y los picnics resultan una opción muy interesante para disfrutar de estos entornos de forma práctica.

Para proponer un almuerzo, una merienda o una cena en un paraje natural, es conveniente disponer de los enseres necesarios y preparar la comida que sea más fácil de transportar y de degustar in situ.

En el primer capítulo, es imprescindible contar con una manta o lona que sirva de mantel y de asiento, por eso debe ser preferentemente gruesa o impermeable. Además, una vajilla de plástico, unas servilletas y, eso sí, unos cuchillos que corten bien servirán para poner la improvisada mesa sobre el terreno.

Por otra parte, la nevera es lo más recomendable para tener a buena temperatura la comida y la bebida, gracias a unas bolsas de hielo o a unas placas heladas específicas para refrigerar el recipiente.

En cuanto a la comida existen varias posibilidades, pero se recomienda partir de la base de que un ágape completo incluye picoteo, plato principal y postre. Veamos algunas propuestas:

Para picar: una cuña de queso, un poco de fuet, salchichón o chorizo siempre entran bien para abrir boca. Eso sí, fundamental el pan. Otras opciones pueden ser unas tarrinas de hummus o guacamole acompañadas de picos o colines, ideales para untar. Más sofisticado pero igual de sencillo y, sobre todo, muy saludable son los bastones de zanahoria y apio cortados previamente para mojar en una salsa de yogur casera. Esta puede llevar cebolla picada y hierbas como la menta o el eneldo, aunque también se le puede añadir un poco de soja, pepinillo o limón, según gustos. Y, ¿por qué no una bandeja de sushi? Los makis, aptos para comer de un solo bocado, podrían marcar la diferencia en el aperitivo. Para comer: la tortilla de patata, la empanada, la ensaladilla rusa o los filetes de pechuga empanados son un clásico en las comidas al aire libre. Son platos que alimentan y que resultan deliciosos si se sirven fríos, además de que se pueden comer fácilmente con la mano, ayudados de un trozo de pan o, metiendo el cubierto directamente en el recipiente. Los bocadillos o sandwiches también son un acierto y se pueden, incluso, preparar in situ llevando los ingredientes, como el queso , el jamón o el tomate, aparte. Para aquellos a los que no les importa currárselo, las quiches con ingredientes variados o los pasteles salados de pescado, verduras o de carne ofrecen muchas posibilidades y resultan irresistibles. Para terminar: la fruta es el mejor cierre para un picnic. Además de sus beneficiosas propiedades para la salud, es muy fácil de comer y contribuye al bienestar. Y pensando en los más pequeños de la casa, los yogures, especialmente si son para beber, pueden ser una interesante opción. Por último, como a nadie le amarga un dulce, un jugoso bizcocho o pequeños bocados en forma de galleta o brownie pueden poner el broche de oro a una velada perfecta. Para refrescarse: que no falte el agua, a no ser que se decida montar el picnic a lado de una fuente o de un manantial. Alguna lata de refresco o cerveza para el picoteo siempre se agradece o también una botella de vino para brindar por tan agradable plan.Si quieres conocer más planes y eventos, visita el portal de Heraldo Ocio.