El Rincón de Goya: geométrico, austero y referencia arquitectónica

Francisco de Goya y Lucientes residió durante una temporada en la capital de Italia. Un símil con Fernando García Mercadal, un arquitecto que tras estar una etapa becado en Roma proyectó el Rincón de Goya, a partir de 1926, para conmemorar el primer centenario de la muerte del pintor de Fuendetodos.

Dos años más tarde, en 1928, este inmueble de corte racionalista, como referencia Patrimonio del Gobierno de Aragón, ya daba pinceladas de cultura y educación en medio del actual Parque Grande José Antonio Labordeta. Fue levantado en un anfiteatro natural, abrazado con una doble hilera de árboles y cerca del río Huerva.

La carta de presentación es un triple arco donde todavía se puede leer, entre grafitis, "Rincón de Goya" con grandes letras metálicas. Tras esta portada y bajando unas escaleras se descubre un edificio cuyas rectas y rotundas líneas rompen con la frondosa vegetación. Es un conjunto sobrio, geométrico y austero, ya que carece de llamativa ornamentación. Estas características también las adopta el jardín de entrada, dividido por un camino que da acceso al cuerpo del centro.

Precisamente este módulo del medio se unifica con el resto a través de un pórtico adintelado adosado a la pared. En la ficha técnica del Gobierno de Aragón se cita que el ala de la derecha se concibió como biblioteca, mientras que la izquierda iba a hacer las funciones de sala de exposiciones. Todo el complejo está construido a partir de hormigón y muros de ladrillo, rematado con cubiertas planas.

Esta apariencia ha sido modificada varias veces. Una de las obras que lo cambiaron de forma radical se acometió a partir de 1945, cuando tras el parón cultural que produjo la Guerra Civil se cedió a la Sección Femenina del Movimiento. Después fue el Colegio Público San Benito y desde los años 90 realiza las funciones de centro de educación especial.

Casi una década antes, en 1983, se devolvió al aspecto original. El mismo talante gracias al que se le había considerado uno de los tres edificios que iniciaron el movimiento moderno español. Este valor fue reconocido en enero de 2003, fecha en la que se declaró Bien de Interés Cultural.