El Museo de Zaragoza recorre la historia de la indumentaria aragonesa desde el siglo XVIII hasta principios del XX

'Vida y Moda', cuenta con más de 150 piezas, casi todas originales como una pareja de casacas de brocado del siglo XVIII o una falda fragatina de espolín del siglo XIX.

Una de las estancias de la exposición
El Museo de Zaragoza recorre la historia de la indumentaria aragonesa desde el siglo XVIII hasta principios del XX
José Garrido Lapeña

Los trajes de la historia de Aragón han inundado el Museo de Zaragoza para mostrar al ciudadano la evolución de la indumentaria de la comunidad desde el siglo XVIII hasta principios del XX. “Vida y moda”, comisariada por Marian Rebolledo, es una exposición que recoge esta evolución del traje en los pueblos y ciudades de Aragón desde el comienzo del periodo conocido como “de indumentaria tradicional” (siglo XVIII) hasta cuando la moda comienza a abandonar los localismos a favor de una globalización que se ha mantenido hasta hoy.  La exposición se puede visitar desde este viernes y estará abierta hasta el 23 de agosto.

La muestra cuenta con más de 150 piezas, la mayoría originales, de las colecciones del grupo AUFA Somerondón, y de coleccionistas privados. La asesoría científica ha corrido a cargo de María Jesús Ruiz Valero, del grupo AUFA Somerondón. Entre lo expuesto hay prendas valiosísimas como una pareja de casacas de brocado del siglo XVIII, una falda fragatina de espolín del siglo XIX o un mantón cuajado de caras de marfil, también del siglo XIX.

El director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Nacho Escuín, ha asistido a la inauguración de la exposición, que se presenta coincidiendo con el Día Internacional de los Museos y ha detallado que "esta exposición recoge lo mejor de la tradición indumentaria pero desde un punto de vista actual, con un diseño actual y es una manera de comprender la historia desde este instante".

Con esta muestra queda patente la riqueza de vestimenta que se ha lucido en Aragón, debido a la variedad geográfica del territorio, pero también a la labor de coleccionistas privados y grupos de estudio que han preservado las prendas originales y las ceden ahora para su exhibición. Además, se pone de manifiesto la importante colección del Museo de Zaragoza de ropa ansotana, parte de la que también se expone en la exposición.

Cuatro áreas temáticas

La exposición quiere mostrar que el entorno geográfico y la clase social son los factores determinantes que marcan la vestimenta. Para ello, se ha dividido la exposición en varias áreas temáticas. Comienza el periodo de indumentaria tradicional, es decir, en el siglo XVIII cuando las clases populares y las clases altas se influían mutuamente en la forma de vestir. Pero mientras que la clase alta abandona pronto las tendencias para abrazar otras, en la clase popular los usos en el vestir duran más de un siglo.

Un siglo después, en el XIX, la geografía marca la moda. Esta área se divide en tres zonas geográficas: Pirineo, Valle del Ebro y Teruel. En cada una de estas áreas se muestran las peculiaridades que las diferencian de las demás. Son importantes el calzado y los tocados. Otra de las áreas en las que se divide la exposición está dedicada a la excepción de Ansó. Esta zona es una anomalía no solo en las costumbres indumentarias del resto de Aragón, sino de toda España. En su traje femenino se han conservado vestigios de prendas desde el Renacimiento hasta finales del siglo XIX. Para mostrar qué hay debajo del traje ansotano ya montado, un audiovisual sigue paso a paso el proceso de vestir el traje de ceremonia.

La exposición también dedica un apartado a la ropa blanca, lo que el ojo no ve. Es decir,  se muestran maniquíes ya montados, pero es necesario mostrar qué prendas se vestían pegadas a la piel, muy diferente sde las actuales y que también divergen según el poder adquisitivo de quien las lucía.

Por último, 'Vida y moda' termina con la transición entre el siglo XIX y el XX. En este periodo conviven la moda más occidentalizada, la de los grandes núcleos urbanos, con la forma más tradicional de vestir. Esa convivencia se producía con naturalidad y se puede observar en carteles y fotografías de la época, propiedad del Museo de Zaragoza. Prendas como el pantalón largo en el hombre o la toquilla en la mujer, sustituyendo a calzones y mantones, son definitorias del cambio de una época.

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