Las chicas de la buena sociedad zaragozana
"Zaragoza 'bien' 1917 es uno de los libros más raros, extravagantes y disparatados con los que me he tropezado nunca".

¿Quiénes eran las chicas de la buena sociedad zaragozana a principios del siglo XX? ¿Cuántas eran? ¿Cómo se vestían y cómo se divertían? ¿Qué apellidos llevaban?
Todo esto podemos saberlo si leemos un libro único e irrepetible, pues la alta sociedad zaragozana disponía de un libro de cabecera: el que se publicó en 1918 para glosar las fiestas, bodas, peticiones de mano o banquetes organizados por ella a lo largo del año anterior. Se llamó Zaragoza bien 1917 y es uno de los libros más raros, extravagantes y disparatados con los que me he tropezado nunca. Ordenado por meses, los autores, que se esconden bajo seudónimo, nos relatan la agitada vida social de los ricos zaragozanos: El distinguido joven don , en una magnífica quinta de Torrero, despidióse de la cómoda vida de soltero. Esplendidez y buen humor fueron las notas dominantes de esta fiesta.
Todo el libro utiliza este tono: los regalos que se hacen los novios al pedirse la mano son siempre riquísimos o valiosísimos, los banquetes son desde luego espléndidos y animados, la concurrencia a las bodas es por supuesto selectísima. Y es que ya decía en el prólogo el escritor zaragozano Ramón López-Montenegro que el periodismo de su época todo lo criticaba menos el gran mundo. En la alta sociedad -escribía- no se equivoca nadie: todas las señoritas son gentiles, bellísimas o encantadoras, todos los militares son bizarros o apuestos, todas las casas son verdaderos museos, todos los vestidos son elegantes, todos los lunchs son espléndidos.
Parece en verdad un libro pensado para hacerles el trabajo a los servicios de información de los grupos de pistoleros anarquistas, si es que alguna vez éstos hubieran tenido servicios de información. Se detallan todos los títulos nobiliarios residentes en Zaragoza, con la historia de cada título y quién lo ostenta en la actualidad; y así, desde la duquesa de Terranova hasta el barón de Benasque, se pormenorizan un total de veintisiete familias nobles, más un título extranjero (el barón de Areyzaga, que era un título de Austria) y dos títulos pontificios (el marqués de Urrea y el conde de Castellano).
Con todo, lo más divertido del libro es ver las fotos de las setenta y una damas y señoritas que se publican, y que se deben a los mejores fotógrafos zaragozanos del momento: Escolá, Beltrán, Freudenthal, Chóliz, Yanguas Y enterarnos de que la misa de moda, a la que todos acudían, era la de las 12.15 en Santa Engracia.
Puede leer aquí toda la serie de Notas Costumbristas escrita por José Luis Melero.