Los payasos García resumen su vida en el teatro

Kiny, Serrucho, Jano y Silvia integran la compañía Kinser, que estrena una obra el viernes próximo en el Mercado.

Actuación en las fiestas de Delicias en 2016.
Actuación en las fiestas de Delicias en 2016.
Raquel Labodía

Producciones Kisner es una compañía de circo, clown y pantomima que recibió en 2017 el Premio Marcelino Orbés a la Trayectoria en el Circo Aragonés. La suya es una historia familiar de casi medio siglo, que empieza con el polifacético abuelo José García, ‘Pepillo’, que trabajaba en Cefa, la fábrica de juguetes de Eduardo Blanchard, y que tenía carisma. Era el animador versátil de las mañanas de domingo en la sala Oscus (Obra Social y Cultural Dolores Sopeña), en la calle Boggiero, 166, un auténtico vivero de artistas.

"Mi padre tenía un don: improvisaba, cantaba flamenco de maravilla, una jota navarra o aragonesa, y hacía monólogos en la línea de su paisano Txomin de Regato. Vino aquí desde Vitoria, se casó con una aragonesa, Carmen, y desde entonces se volvió más baturro que nadie. Levantaba a las masas y sembraba la alegría", dice Joaquín García (Zaragoza, 1960), ‘Kinito’ al principio, y desde 1978 ‘Kiny’. Por Oscus pasaron muchos joteros, humoristas, artistas de circo y de variedades: Manolito Royo, Marianico el Corto, Luis Pardos, el guitarrista ciego Pepe Zaragoza...

Su hijo Alejandro García Sierra (Zaragoza, 1988) recuerda muy bien el local y a su abuelo. "Yo no procedo de la formación académica, he hecho mis cursos, pero tengo clara una cosa: hay artistas que poseen un don, una capacidad inmediata de comunicar y de transmitir. Saltan a escena y convocan la atención del espectador, provocan su risa, como sucede ahora con Jorge Asín y Marisol Aznar. Mi abuelo era de esos. Con carisma. Y él fue mi primera escuela. En sus discursos siempre aludía a los valores: la solidaridad, la paz, la ternura, el respeto".

El viaje del circo

Alejandro García Sierra, integra ahora con su padre, su tío José Luis Sierra, que se ha hecho famoso como ‘Serrucho’ y su hermana Silvia, actriz formada en la Escuela Municipal de Teatro, la compañía, que estrenará este viernes, en el Teatro del Mercado, ‘El viaje de Charlie’, dirigido por Blanca Resano, que en el fondo es el viaje del circo, el viaje de un payaso, que hace pensar en Charlie Rivel ("también sufrió un coma", dice Kiny), y una apuesta por ensanchar su forma de trabajo.

Siguiendo el magisterio de su padre, Kiny era el animador de los artistas jóvenes; aprendió a bailar la jota y a tocar la guitarra. Un día, Casiano Isasbiribil, ‘Merry’, apareció por Boggiero 166 con su trío de acróbatas. Vino que Kiny tenía facilidad y le invitó a formar el dúo clásico: Merry haría de Augusto y Kinito, de poco más de 15 años, sería Cara Blanca, que lleva el peso del clown. Estuvieron juntos casi tres años, hasta que Merry regresó a su ciudad, Vitoria.

En 1988, José Alejandre, ‘Pepotte’, le propuso que hicieran un espectáculo; Kinito se transformó en Kiny. Trabajaron juntos una década haciendo parodias, diversos ‘sketches’ y músicas. Iban de aquí para allá y se integraron en el Club de Payasos Españoles y Artistas de Circo de Madrid.

Tras la separación, un día José Luis Sierra Gil, empleado de hostelería y primo de Kiny, le dijo que le quería dar un cambio a su vida y que le encantaría que los dos hicieron un montaje. Sierra pasó a llamarse Serrucho y trabajó un año completo para formarse. Dije Jano García: "Serrucho es humilde y tiene una vis cómica natural. Admiro a mi padre, desde luego, pero el trabajo de Serrucho es natural, fluido, llamaba la atención y llama la atención". Interviene Kiny. "Hemos estado juntos un cuarto de siglo, y ahí seguimos. Él ha sido Augusto, o el augusto, el payaso más pesimista y torpe, y yo Cara Blanca. Nos hemos entendido, hemos necesitado poco para improvisar y hemos disfrutado. Este es un oficio donde buscas la felicidad del público".

En ese tiempo, Kiny & Serrucho colaboraron con Pepe y Lolo Tonetti y con Germán Oppeli y actuaron con el Circo Atlas. Añade Jano, que pasó de técnico de sonido y de luces a las actuaciones: "Al principio no me resultaba fácil. Me sentía incómodo, pero a poco a poco fui aprendiendo de todo: malabares, trabajos con la escalera y los objetos, parodias, y aprovechaba las transiciones, el descanso de algunas de las 200 parodias e imitaciones que saben hacer para meter baza. Al final encontré mi sitio con ellos". Y son: Kiny, Serrucho & Jano.

Jano se forjó en las comuniones multitudinarias en el restaurante Sella de Villanueva durante 14 años. Ha intervenido en muchos de los espectáculos de sala o en los pueblos: ‘Abuelos y nietos, ‘Sueños mágicos’, ‘El vuelo de la risa’. Hace no demasiado se les sumó su hermana Silvia, alumna de Blanca Resano en la Escuela Municipal de Teatro. Y fue a ella a quien se le ocurrió sugerir un leve cambio en el trabajo de la compañía. Dicen los dos, padre e hijo: "Silvia será actriz y directora. Estamos seguros. Blanca piensa lo mismo".

Un paso adelante

"Blanca Resano vino a ver ‘Entre recuerdos y ternura’ a la sala Arbolé y le interesó mucho nuestro trabajo", dice Kiny. "No sé si tanto eso como ver nuestra relación, cómo nos llevábamos, la historia familiar. Le dijimos que queríamos dar un paso adelante, trasladar la vida de un payaso a un escenario teatral. Apareció la dramaturga Susana Martínez, autora de ‘Doce reinas’ y ‘Coco’, y le entusiasmó la idea. Y así nació ‘El viaje de Charlie’, que es una función de homenaje al circo y a la vida de un payaso, mezclada con un programa de televisión", añade Jano, que siente que uno no puede hacer de payaso: "Se es un payaso. Va en la sangre. El circo es una vivencia especial: un deseo conmover y de estar cerca del corazón del público", agrega.

La pieza llegará al Teatro del Mercado este viernes, con dirección de Resano, con Kiny, Jano y Silvia, y con los actores Jacobo Escanera y Ana Pérez de Saracho.

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