Antonio Jiménez: "Albarracín defiende la restauración y la cultura"

Director-gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, acaba de recibir la Enmienda de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio por su incesante labor en la restauración y en la actividad cultural de esta localidad turolense.

Antonio Jiménez, en mitad de las obras.
Antonio Jiménez, en mitad de las obras.
Antonio García

Antonio Jiménez Martínez (Orihuela del Tremedal, Teruel, 1961) lleva casi 30 años trabajando por Albarracín. Primero a través de dos programas de la Escuela-Taller y luego, desde 1996, desde la Fundación Santa María de Albarracín, de la que es director-gerente. Su labor y ·el incesante batallar en la restauración y en la actividad cultural- le han hecho acreedor a la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, que concede el Gobierno de España.

¿Cómo lo lleva?

Imagínese. De maravilla. Feliz y orgulloso. A lo largo de los años hemos recibido algunas distinciones, pero esta es de las más grandes. Y se percibe: hemos tenido más impacto que nunca a través de las redes sociales, que a veces son como milagrosas. Lo publicas en tu facebook y en el whatsapp y todo se multiplica. Me siento satisfecho.

Recuérdenos qué hacen en Albarracín.

Actuamos sobre todo en dos planos: el de la restauración y habilitación de espacios y la agitación cultural, por decirlo así. Con ambas, y con nuestras infraestructuras, hemos logrado calar en España, en Aragón y en Albarracín.

El galardonado Antonio Jiménez, en su despacho, en la Fundación Santa María de Albarracín.

¿Han superado esa sensación de que la gente del pueblo no acude a los actos de la Fundación Santa María?

Por detrás, la gente de Albarracín habla muy bien de nosotros. Se sienten orgullosos. Hemos sido reconocidos como el pueblo mejor restaurado de España varias veces. Aquí vivimos 1.000 personas y cada vez más vemos que la gente de Albarracín participa. Sucede con el nuevo curso, 'Filosofía, Arte, Literatura e Infancia', que ha sustituido al Curso de Ilustración y Diseño de Isidro Ferrer y Grassa Toro, y pasa con el Curso de Periodismo y Fotografía de Gervasio Sánchez: hay gente de aquí que desea participar. La programación está abierta para todos.

Revélenos sus cifras: programas, públicos, presupuesto...

Albarracín ha logrado enriquecer con cultura y con muchas propuestas el universo rural. Eso es así. Nosotros solemos organizar unas 30 acciones anuales, a las que se suman todas las que acogemos de jueves, médicos, distintas empresas, y así podemos hasta las 90-100 actividades. De las clásicas, la de Pintura de Paisaje y el Curso de Historia de José Luis Corral funcionan muy bien. Como sucede con los talleres y exposiciones y conferencias que programa el fotoperiodista Gervasio Sánchez. Suelen pasar por aquí alrededor de 5.000 personas al año.

¿Cuál es su prepuesto anual?

Algo menos de un millón de euros. Nosotros tenemos tres fuentes de financiación: pública, a través del Gobierno de Aragón y la consejería de Presidencia; privada, en la que intervienen empresas famosas, ahora se va a sumar El Corte Inglés, y no tan famosas, como puede ser el quesero de Albarracín. Y por otra parte estarían los ingresos directos por inscripciones, conciertos (que son muy importantes y atraen gentes de Teruel) o visitas al complejo Albarracín. Espacios y Tesoros.

Cuando mira hacia atrás y hace un pequeño balance, ¿de qué se siente especialmente satisfecho?

De muchas cosas. De la restauración del Palacio Episcopal, que ha sido clave, y de la restauración de la catedral de Albarracín, que se inauguró el 8 de septiembre de 2016. Eso fue especialmente emocionante. Vino Julio Llamazares y escribió unos artículos espléndidos. El palacio y la catedral son dos de nuestras imágenes fundamentales, pero quería recordarle algo: la Fundación gestiona ahora 14 emplazamientos, infraestructuras y proyectos, tenemos 24 trabajadores, y nos sentimos empresa, una gran empresa, si me lo permite decir.

¿Tiene en la cabeza a algunos visitantes concretos en estos 22 años?

Desde luego. Fue muy importante el paso de los Reyes de España. Fue como el principio de algo. La visita del Premio Nobel Mario Vargas Llosa, durante aquellas sesiones de los liberales. Entonces comías y cenabas y paseabas con ellos; fue intenso y bonito. También ha sido importante la contribución de Javier Sierra: estuvo el año pasado, presentó el programa, nos donó grabaciones, y luego va y gana el Planeta.

¿Algo más?

Una buena parte de la cultura española y aragonesa ha pasado por aquí. Desde el punto de vista de las audiencias, déjeme recordar a Jesús Calleja y su ‘Volando voy’, para Cuatro. Podría contarle y no parar...

¿Cómo se plantea el futuro?

Vamos a seguir trabajando para mantener este complejo cultural con todos sus espacios e iniciativas, y por otra parte queremos seguir creciendo y aspiramos a recabar ayudas europeas, para la gran muralla o para restaurar el convento de las Dominicas, entre otras cosas. Nuestro objetivo es seguir enriqueciendo el paisaje cultural de Albarracín.

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