El caricaturista e ilustrador aragonés Luis Grañena regresa a la pintura

Hasta el próximo mes de julio muestra en el castillo de Valderrobres las obras realizadas a lo largo del último año.

Grañena muestra su pintura en el castillo de Valderrobres. Luego exhibirá sus caricaturas.
Grañena muestra su pintura en el castillo de Valderrobres. Luego exhibirá sus caricaturas.

Diez años después de convertirse en ilustrador ‘free-lance’, Luis Grañena, uno de los ilustradores y caricaturistas más reconocidos en España, ha decidido regresar a sus orígenes... a la pintura. Desde el pasado sábado, y hasta el 15 de julio, expone una selección de su obra reciente en la sala de Caballerizas del castillo de Valderrobres. El título de la muestra incide en ese reencuentro del artista con su primitiva vocación: ‘Pintura’.

"Llevaba sin pintar desde hace más de quince años –relata–, y en cierto sentido necesitaba volver a mis orígenes. Ha sido como empezar otra vez. Aunque en los últimos tiempos me he centrado principalmente en la ilustración y en la caricatura, de cuando en cuando he encontrado tiempo para pintar, para ‘soltar la mano’. Hace poco vi la última exposición de Pepe Cerdá y me dije ‘¿dónde voy yo?’. Pero la verdad es que me he sentido muy cómodo y esta no va a ser mi última exposición. Me gustaría hacer algo que no me dé mucha vergüenza exponer".

En la veintena de cuadros que ha colgado en Valderrobres, donde vive, no hay más hilo conductor que su carácter figurativo y la técnica (acrílico). "Cada una de las pinturas ha nacido a partir de alguna imagen que me ha gustado: hay paisajes, animales, desnudos, retratos... En cierto modo son ejercicios de estilo. Todavía tengo en la cabeza que la pintura es algo más serio que la ilustración o la caricatura, y me siento mucho más intimidado a la hora de pintar. En un cuadro, quien lo contempla puede distinguir planteamientos, pinceladas... ; en una caricatura hay una mecánica de trabajo que casi siempre es la misma. No tienen nada que ver, ni siquiera en la postura corporal para trabajar".

El arte de la caricatura

No lleva la cuenta de las caricaturas que ha realizado hasta ahora: "más de 1.000... ¿Más de 5.000? La verdad es que no lo sé". Luis Grañena (Zaragoza, 1968) es licenciado en Historia del Arte y muy joven empezó a publicar ilustraciones, caricaturas e infografías en HERALDO DE ARAGÓN, periódico en el que trabajó hasta 2008. Ha publicado sus trabajos en revistas de todo el mundo, como  ‘New Yorker’, ‘Financial Times Weekend’, ‘Liberation’ o ‘Vanity Fair’, entre otras.

"De algunas caricaturas casi me quiero olvidar –señala–, porque las he realizado con prisas, para acompañar alguna noticia urgente, y apenas he tenido tiempo de madurar el personaje. La pintura es distinta, tiene otras posibilidades de maduración". Hay personajes más fáciles y otros no tanto. Y algunos que ‘engañan’. "Donald Trump, por ejemplo, parece fácil, por ese pelo que tiene, pero no lo es. Puedes estar una semana con él y no te sale, y otros personajes aparentemente más complicados, los ‘tienes’ a la media hora de trabajo. De Trump he hecho tres o cuatro caricaturas y las doy por buenas, pero reconozco que no acabo de cogerle el punto". No siente la tentación de emplear el ordenador para pintar. "Hay programas con los que se pueden conseguir muchas cosas, pero cuando ves una pintura digital te das cuenta de que no tiene la misma vida, que no trasmite lo mismo que un pincel", concluye.

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