El traje regional a los ojos de la moda

Cuando Olivier Saillard, uno de los máximos expertos en moda del mundo, vio los fondos de indumentaria tradicional del Museo del Traje, quedó fascinado. Ahora, son objeto de una exposición.

Los trajes de cheso y ansotana que se exponen estos días en el Museo del Traje.
Los trajes de cheso y ansotana que se exponen estos días en el Museo del Traje.
Enrique Cidoncha

Basta con tomar perspectiva, con dar un paso atrás como el pintor ante su lienzo, para que las cosas más cotidianas alcancen ante los ojos una nueva dimensión. Fue la mirada foránea de Olivier Saillard, por entonces (año 2016) director del Palais Galliera (el Museo de la Moda de París, en el que hoy le sustituye la española Miren Arzalluz) la que se posó en los fondos de indumentaria tradicional del Museo del Traje de Madrid, considerados los más importantes de España. En realidad, Saillard buscaba material en torno a Mariano Fortuny para una serie de exposiciones sobre moda española que tuvieron lugar el año pasado en París. "Fascinado" ante la belleza, "la variedad y la riqueza" de los tejidos y diseños de los trajes regionales españoles, decidió ampliar el ciclo de exposiciones con gran parte de esta colección, que acabaron siendo exhibidos en la Maison de Victor Hugo. Saillard es conocido por organizar exposiciones fuera de la sede de su propio museo para subrayar el discurso expositivo, que, en este caso, es la influencia de la tradición española de los trajes regionales en modistos universales como John Galliano o Lacroix.

De Ansó a los Medici

Ahora, aquella exposición, titulada ‘Iconos de estilo. Una mirada a la indumentaria tradicional’, regresa a su casa, al Museo del Traje, donde ya se encuentran a la vista del público, hasta el 3 de junio, algunos de los ejemplos más granados de su colección. Entre las piezas elegidas, de las que se resalta "sus influencias en las creaciones de alta costura del siglo XX", se hallan dos ejemplos aragoneses: sendos trajes del valle de Hecho (el masculino) y de Ansó, el femenino. Junto a ellos, en una terna, luce un traje femenino del Roncal navarro. El ejemplo ansotano, describe Saillard, es ejemplo de la pervivencia de "uno de los trajes con influencias más antiguas de la península: realizado en una sola pieza con lana gruesa y pesada, la basquiña, si es verde, o el saigüelo, si es negro, recuerda en su forma a los modelos hispanos-flamencos del siglo XV". "Su camisa bordada y de cuello encañonado y levantado –continúa describiendo– evoca los antiguos cuellos Medici de la moda italiana". El que se pueden ver en el Museo del Traje, es el de saigüelo que se empleaba para ir a misa.

Del traje de hombre del valle de Hecho, desde el comisariado destacan dos curiosidades: el elástico de lana cruda –la chaqueta– se viste debajo del chaleco y la enorme faja amoratada que cubre medio cuerpo. Al igual que en otras zonas de España el calzón interior asoma por debajo del calzón exterior.

"Decidí que tenía que exhibirlo en París", explicó Saillard a los periodistas durante la presentación de la exposición, junto a las prendas. Contó que algunas piezas de la colección, como las capas de Zamora o un traje de maja femenino, conquistaron a diseñadores de Hermès o al mismísimo Christian Lacroix, tras cuatro meses de exposición en París.

Casi 60 ejemplos

Junto a los dos ejemplos aragoneses, la exposición ha sacado de los almacenes del Museo del Traje casi 60 ejemplos. Así, por ejemplo, el muestrario de indumentaria andaluza pasa por el riquísimo traje femenino de Alosno (Huelva) o el masculino de Granada. En este sentido, hay que destacar que no se han dispuesto las obras según la tradicional lógica geográfica, sino estableciendo paralelismos y señalando diferencias entre las distintas piezas mostradas. La sencillez y austeridad de "la cobijada" de Vejer (Cádiz) se enfrenta a la ornamentación del traje femenino de Almería, mientras que se señalan las similitudes en el gusto por el adorno, como los trajes ibicencos y los levantinos. En León, Saillard se ha fijado en la Maragatería, cuya particularidad es el uso del calzón o braga negro de tipo bombacho o de ligas con textos de temática amorosa.

Todas estas piezas se exponen dialogando con algunos ejemplos de la colección fotográfica de José Ortiz de Echagüe (1886-1980), uno de los principales representantes del pictorialismo español de la primera mitad del siglo XX, quien retrató el vasto universo de la indumentaria tradicional en su serie ‘Tipos y trajes’.

Durante la década de 1920 documentó con un profundo lirismo y una gran intensidad estética las diferentes formas tradicionales de vestir en España.

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