Luis Feito: “Estoy como loco con esta muestra de Zaragoza”

“Estoy verdaderamente impresionado. Estoy como loco. Gracias a Ricardo Centellas, que nos ha aguijoneado mucho, y a la Diputación, Zaragoza me ha montado una exposición maravillosa. Se han cumplido mis deseos”, dice el pintor Luis Feito (Madrid,1929), uno de los grandes artistas de El Paso y probablemente el que movió los primeros anhelos, desde París, para que surgiese el grupo en alianza con el oscense Antonio Saura. Feito expone en el palacio de Sástago hasta el 3 de junio una amplia selección de su obra de los últimos 16 años, desde su exposición en el Reina Sofía en 2002: 70 pinturas en acrílico sobre lienzo y 45 dibujos de tinta china y acrílico sobre cartulina, que concentran su espíritu en evolución: la pasión por el rojo, la mezcla de arrebato y geometría, esa impresión de explosión geológica, de cristales y piedras, que ofrece su obra y la sensación de drama que convive con un sosiego zen.

“No es que uno no quiera hablar de los años 60 y 70, de los que se ha hablado tanto. Yo quería exponer mi obra última. Un artista siempre quiere transmitir a los otros lo que uno vive, lo que siente, lo que eleva el nivel más allá de lo cotidiano hacia la vida espiritual”, agrega Feito, con su peculiar sentido del humor, que se resuelve, a menudo, en aforismos. “En realidad lo que queremos transmitir es el deseo de que nos quieran, estamos pidiendo cariño a los demás”, y explicó que una de las sensaciones que más le estimulan es la del abrazo, la certeza de sentirse comprendido, porque al fin y al cabo el artista evoluciona y crece “arañando en la oscuridad. Uno siempre desea ir más lejos en el camino hacia esa utopía enorme que es el absoluto”.

Para el artista, lo importante es la trayectoria que se va trazando casi por intuición y con trabajo. “Yo no tengo un proyecto. Para mí cada día es nuevo, el trabajo es diferente, aunque en realidad lo mío no ha sido un trabajo, sino que es el gustazo de vivir una pasión”. Afirmó que no había trabajado en su vida pero que sí había arrastrado la pasión de la pintura, que ha desarrollado con talento y paciencia, esfuerzo y paciencia, “esta maravillosa profesión que dura todavía. El talento sin trabajo no sirve para nada”.

La diputada de Ciudadanía de la Diputación Cristina Palacín recordó su carácter cosmopolita, sus años en París, Montreal, Nueva York y Madrid, y lo definió como “un pintor inabarcable, que no se repite, uno de los grandes artistas contemporáneos españoles”, que ha obedecido a una consigna íntima que se resume en dos palabras: camino e investigación. Y recordó también que Feito, cuando empezaba su gran aventura informalista, abstracta y luego zen, expuso en el Palacio Provincial de la Diputación en 1958. Hace años 60 años. Antonio Cátedra, comisario de la muestra con Ricardo Centellas, elogió la fuerza interior y la sensibilidad del artista.

Enérgico y energético, con esa ancianidad vertiginosa de quien mira con desafío a la muerte, Luis Feito recordó a sus amigos aragoneses que integraron El Paso: al "superinteligente Saura", muy dotado para crear tinglados y emprender aventuras artísticas; recordaba algo menos al escultor Pablo Serrano y tuvo palabras cariñosas hacia Manuel Viola, que le enseñó los secretos del flamenco y con quien cerró algunos locales más allá de las 4 de la mañana.

En la exposición hay mucho que ver. Latidos. Vehemencia. La serenidad oriental de un creador que no se detiene. Una selección de sus mejores fotos y catálogos, la biografía en imágenes de un pintor-torbellino. Dibujos. Los cuadernos de París o Canadá. Poemas de la primera época. ‘Luis Feito. Pintura y dibujo 2002-2018’ confirma a un artista en plenitud de 88 impetuosos e incorregibles años.