Una gran mirada romántica, y hasta ahora desconocida, al Aragón del siglo XIX

Un libro publicado por la Institución Fernando el Católico reúne los dibujos y acuarelas de Valentín Carderera que conservan en su colección los duques de Villahermosa.

Patio del palacio de Virto de Vera en Zaragoza.
Patio del palacio de Virto de Vera en Zaragoza.

El Aragón del siglo XIX tiene a partir de ahora un nuevo repertorio iconográfico. La Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza acaba de editar el libro ‘Los álbumes de Pedrola’, una recopilación de apuntes y acuarelas del pintor, escritor y coleccionista oscense Valentín Carderera que él mismo reunió en dos álbumes de gran valor artístico y documental. Los tomos se han conservado durante décadas en la biblioteca del palacio de los duques de Villahermosa de Pedrola y, salvo un puñado de imágenes, nunca habían estado al alcance del público y de los investigadores.

"Son álbumes de uso privado e íntimo de la familia de los duques de Villahermosa –señala el historiador del arte Manuel García Guatas, que los ha estudiado y ha coordinado la edición junto a Víctor Lahuerta–. Hoy, cuando pensamos en dibujos y acuarelas, nos los imaginamos colgados, pero en los siglos XVIII y XIX, como ocurría con las colecciones de grabados de Goya, estas obras de arte se contemplaban en álbumes encuadernados, sobre una mesa".

Carderera (Huesca, 1796-Madrid, 1880) cultivó la pintura y fue colaborador estrecho de los duques de Villahermosa, a los que dejó un número considerable de acuarelas y apuntes reunidos en los dos volúmenes.

Testimonios gráficos únicos

"Los álbumes los encuadernó mi bisabuelo, José Antonio Azlor de Aragón, XVII duque de Villahermosa, hacia el año 1900-1915", relata Javier Azlor, duque de Luna, actual propietario de las piezas y del palacio de los duques en Pedrola. En ellos aparecen dibujados y pintados a la acuarela numerosos edificios y lugares relacionados con la casa ducal de Villahermosa, como el monasterio de Veruela, la colegiata de Caspe, el monasterio de Santa Clara de Huesca o el propio palacio de Pedrola. Mención especial merecen las láminas del monasterio de Sijena, que constituyen el único testimonio gráfico de cómo era el edificio antes de su destrucción en la Guerra Civil. Esos documentos son claves para la restauración del cenobio. "Con luz artificial y brasero dibujé la sala capitular hasta las dos de la tarde. Luego bajó la superiora y doña Rafaela de Ena y hablamos de prácticas y ceremonias en aquel capítulo...", escribió el artista en un informe a la Academia de San Fernando, gracias al cual se sabe el día en que realizó los dibujos, el 9 de diciembre de 1840.

"No todos los apuntes y dibujos de los álbumes pertenecen a Valentín Carderera –apunta el historiador del arte–. Hay también dibujos de Italia y de otros artistas españoles. Tenemos que pensar que Carderera tuvo mucha relación, e incluso intercambiaba obra, con otros artistas y dibujantes españoles de su época, como Parcerisa o Pérez Villaamil. Desde el punto de vista artístico, los dibujos de los álbumes pertenecen a lo mejor de Carderera. Cuando abordaba paisajes y documentos mostraba una gran seguridad en su trazo, aunque, como les ocurría a otros artistas de su generación, no tenía tanta soltura cuando abordaba la figura humana".

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