El órgano de Roda de Isábena, inmortalizado en una grabación de música barroca

Saskia Roures y Francisco Gil presentan este martes un libro-disco grabado en el instrumento de la catedral

Saskia Roures y Francisco Gil, en un descanso de la grabación
Saskia Roures y Francisco Gil, en un descanso de la grabación

Entre 2005 y 2007, el taller de organería Hermanos Desmottes, S. L. restauró una de las joyas musicales que el tiempo ha dejado en Aragón: el órgano de la catedral de Roda de Isábena. Diez años después, dos de los instrumentistas aragoneses más prestigiosos (Saskia Roures, órgano, y Francisco Gil, oboe barroco) se encerraron en la catedral para interpretar obras de Gil de Palomar, Domingo Scarlatti, Rodríguez de Hita o José de Nebra, entre otros. Y lo hicieron de la mano de la Institución Fernando el Católico, que publica desde el año 2000 una colección de librodiscos dedicado a los ‘Órganos históricos de Aragón’. La obra, coronada con el poético título de ‘Hasta romper el corazón’, se presenta hoy (19.30) en la capilla del Hospital Provincial de Zaragoza, en un acto en que Roures y Gil ofrecerán un concierto.

"La colección tiene, con esta, 17 entregas, y es única en el mundo –asegura su director, el organista Jesús Gonzalo–. La inmensa mayoría de las grabaciones se han realizado en Zaragoza y provincia, pero también tenemos una entrega en Torrijo del Campo, Teruel, y ahora ya tenemos también una en la provincia de Huesca".

Pero ‘Órganos históricos en Aragón’ es excepcional en muchos otros sentidos. En el cronológico, por ejemplo. Hay grabaciones en órganos de cajas antiquísimas, como los de Daroca o la Seo zaragozana, del siglo XV; y otras realizadas con instrumentos casi contemporáneos, como el de Tauste, de 1862. Órganos realizados por constructores como Guillaume de Lupe, en el siglo XVI, o Bartholomé Sánchez, en el XVIII. Instrumentos, eso sí, que han sido recuperados –algunos prácticamente rescatados de la ruina– y que vuelven a sonar como cuando se construyeron.

"La idea de la colección tiene mucho sentido porque busca dar visibilidad a las inversiones que se han hecho en nuestro patrimonio histórico musical", señala Gonzalo.

La excepcionalidad atañe, también, al repertorio. "Quizá más de la mitad de la música incluida en los librodiscos no se puede encontrar en ninguna otra grabación –subraya el coordinador de la colección–. Es el caso del dedicado a la música para violín y órgano del siglo XVII. Tocar con órganos antiguos es muy complicado. Grabamos con un solo micrófono porque buscamos el sonido ambiente puro, incluso con los pequeños ruidos de los instrumentos, así que en el estudio apenas se retoca nada. Optamos siempre por lo más natural".

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