Teatro Fleta, 20 años de una compra y un olvido

En 1998, el teatro Fleta pasó de manos privadas a manos públicas, cuando fue adquirido por el Gobierno de Aragón por algo más de 7 millones de euros.

Teatro Fleta, 20 años de una compra y un abandono
Teatro Fleta, 20 años de una compra y un abandono

Este 2018 se cumplen 20 años de la compra del Teatro Fleta por parte del Gobierno de Aragón. El edificio, adquirido en diciembre de 1998 por 1.170 millones (algo más de 7 millones de euros) a la empresa Inmuebles GTF, S. L., entonces propietaria, ha sufrido diversos avatares hasta provocar que lo que hoy queda del Fleta permanezca en un letargo equivalente al abandono.

El Gran Teatro Iris, proyectado por el arquitecto José de Yarza y García, fue inaugurado el 24 de febrero de 1955 con un espectáculo de jota a cargo de la Agrupación Raza Aragonesa. El nuevo teatro, con un aforo de 1.710 butacas cambiaría su nombre pocos años después de su apertura por el del tenor aragonés Miguel Fleta. Contaba con un escenario de 16 metros de embocadura y 9 metros de fondo. Se construyó sobre la parcela que albergaba un complejo de espectáculos conocido como Iris Park (inaugurado en 1931), que contaba, entre otras cosas, con un cine, un teatro y una pista de patinaje, fue derribado en 1953 para elevar el nuevo edificio pensado tanto para la representación de obras teatrales como para la proyección de películas de cine.

En 1981, ya se planeaba un derribo del Fleta que fue paralizado. Unos años después, en 1986, fue catalogado como Bien de Interés por sus características arquitectónicas por el PGOU de Zaragoza y en 1996 fue incluido en el registro de la Fundación Docomomo Ibérico como una de las cinco obras más importantes del Movimiento Moderno en Aragón.

En la actualidad, es una de las cicatrices urbanísticas de la ciudad desde que cerró sus puertas al público el 14 de enero de 1999 con la proyección de 'La máscara del zorro', su última película. “Aunque su continuidad está asegurada tras el acuerdo al que llegaron la Diputación General de Aragón y la hasta ahora empresa propietaria”, se informaba al día siguiente en HERALDO tras la compra del inmueble por el Ejecutivo aragonés.

Las obras de rehabilitación iniciadas posteriormente tras un concurso de ideas que ganó el arquitecto Basilio Tobías Pintre se paralizaron en 2003 ante la imposibilidad de realizar el proyecto de Tobías para habilitar el espacio como un gran teatro de la ópera. El trabajo de recuperación chocó durante las excavaciones con problemas de construcción que frenaron su ejecución.

Posteriormente, se planteó su uso como sede del Centro Dramático Aragonés y de la Filmoteca de Zaragoza. Más tarde, en 2009, se anunció desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón que albergaría además la sede de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión (CARTV) y de Aragón Audiovisual. Sin embargo, el proyecto no llegó a materializarse.

En 2015, el director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno aragonés, Ignacio Escuín, expresaba expresaba en una entrevista publicada en HERALDO que “es fundamental frenar el deterioro, empezar a trabajar con lo que hay. Estudiamos una actuación que va a permitir que no siga cayéndose y darle algún tipo de uso. Sería deseo nuestro a lo largo de esta legislatura celebrar actos en ese espacio, escénicos y de otros perfiles artísticos”.

El pasado año, la Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa), pidió al Gobierno de Aragón que actuase sobre "el penoso estado de abandono en que se encuentra el Gran Teatro Fleta" de Zaragoza. Por tal motivo, presentaron ante el Ejecutivo Autonómico un escrito en el que exigían la protección de las estructuras que se encuentran a la intemperie y la finalización de las obras en el edificio. Y con todo eso, el teatro Fleta sigue en el olvido.

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