Carlos Enríquez cuenta los 20 años de vida en la selva de Félix de Azara

El escritor, dibujante y naturalista publica un libro para todos los públicos con las aventuras e investigaciones del ilustrado aragonés en Latinoamérica

Ilustración del libro de Enríquez.
Ilustración del libro de Enríquez.

Carlos Enríquez Martín, escritor, ilustrador y naturalista, ganó tres veces el premio Félix de Azara: en 2004, 2006 y 20016. Quizá por ello pensó que le debía un homenaje a este ilustrado de Barbuñales (Huesca), amigo de Goya, militar, ingeniero, naturalista y escritor, nacido en 1742 y muerto en 1821. Explica: «Supe de Félix de Azara porque da nombre a los premios que otorga la Diputación de Huesca. Sabedor de que fue naturalista y oscense como yo, enseguida me llamó la atención. Además me parece que es un personaje insuficientemente conocido en la provincia y en Aragón, así que propuse a la institución realizar un libro ilustrado para difundir su figura». Con el proyecto ganó el premio Félix de Azara de 2016, y el libro apareció a finales de 2017: ‘La apasionante aventura del naturalista altoaragonés Félix de Azara’, con ilustraciones y caricaturas.

Enríquez cree saber bastantes cosas de cómo era Azara, aunque el ilustrado haya escrito poco de sí mismo, a pesar de haber redactado unas memorias y haber publicado dos libros capitales: ‘Apuntamientos sobre la historia natural de los quadrúpedos del Paraguay y Río de la Plata’ (Madrid, 1802) y los ‘Apuntamientos para la historia natural de las Paxaros del Paraguay y Río de la Plata’ (en tres volúmenes, Madrid, 1802-1805). Señala: «Por lo que he indagado, y lo que intuyo, debió ser persona solitaria, aventurero y apasionado de la naturaleza y del mundo rural, con arrojo y un poco cabezón».

Naturalista por vocación

Se interesó, en especial, por su faceta naturalista. Para Enríquez fue un «naturalista vocacional y en cierto modo accidental, puesto que su misión, truncada, consistía en delimitar las posesiones españolas en el Virreinato de La Plata. Aún así descubrió muchas especies desconocidas en aquel momento por la ciencia, y fue un pionero en el respeto y protección del medio ambiente». Azara describió 448 especies, de las que se dice que la mitad eran nuevas. En su libro, precisamente, Enríquez se centra en los 20 años que pasó en Sudamérica, «etapa que debió ser apasionante», y que resuelve con textos escuetos y dibujos. «Admito que en este libro hay mucho de mí mismo porque, salvadas las distancias de época y trascendencia, me he visto reflejado en su personalidad. Adoraba, como yo, los pájaros, puro instinto».

En su interpretación, Enríquez contó con un bello aliado: el retrato que le hizo Francisco de Goya, que se puede ver en el Museo Goya Ibercaja. «Ese retrato de Goya es único y capta su mundo: la esfera militar, la pasión por los libros y los pájaros. Me inspiré en él para caricaturizar a Félix de Azara; evidentemente tuve que echarle imaginación porque también lo sitúo en su niñez».

Hermano del diplomático José Nicolás de Azara, embajador de España ante el Papa y Napoleón, Félix contó con su apoyo y le remitió a París sus descubrimientos: se planteó la evolución de las especies, antes que Charles Darwin, que lo cita en sus textos. El libro quiere ser ameno, directo, casi como una declaración de intenciones. «Con esta publicación, dirigida a todos los públicos, pero sobre todo a los más jóvenes, intento mostrar respeto y consideración por la naturaleza sin caer en radicalismos, que no me gustan. No he encontrado mejor manera de transmitir esta idea que por medio de Félix de Azara», resume Enríquez.

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