Sebastián Guitarte: "La música está estrechamente relacionada con las matemáticas"

¿Cómo ha sido la evolución de la Banda de Música Santa Cecilia en estos 40 años?

Enorme. De hecho ha sido el germen de la Escuela Municipal de Música, en la que actualmente están matriculados 600 alumnos, y se ha convertido en una asociación cultural que gestiona cinco agrupaciones, entre ellas una orquesta sinfónica.

¿De qué manera surgen estas iniciativas?

El trabajo ha sido continuo desde el principio. La banda tuvo claro que tenía que crear cantera por lo que constituyó su academia de educandos, luego pasó a ser un taller de iniciación a la música, y, ante la gran demanda, el Ayuntamiento vio la necesidad de crear en 2006 una escuela municipal cuya gestión recayó en la banda.

¿Tiene entonces relevo generacional asegurado?

El 80% de sus componentes tienen entre 14 y 19 años, pero esto tiene sus inconvenientes, porque se sitúa en la franja de edad en la que muchos se van a estudiar fuera. La mayoría hacen el esfuerzo de venir a ensayar los viernes. Sin embargo, cuando avanzan en su carrera, no pueden hacerlo. Aún así, nos mantenemos, ya que cada año incorporamos tantos jóvenes como salen.

¿Ocurre lo mismo en la provincia?

El fenómeno de la despoblación también afecta a la música. La provincia de Teruel cuenta con 23 bandas que hacen esfuerzos titánicos para no desaparecer. Hay pueblos como la Mata de los Olmos o Linares de Mora, que con 200 habitantes tienen bandas de 30 miembros.

¿Hay músicos fundadores de la banda Santa Cecilia todavía en activo?

Tenemos a tres, el más mayor de los cuales, Aurelio Villarroya, de 84 años, sigue tocando el trombón.

Las bandas tienen en muchas ciudades un componente familiar. ¿Sucede también en la de Teruel?

Tenemos familias enteras que están tocando en la banda, parejas que se conocieron aquí y que luego sus hijos se han sumado.

¿La enseñanza de música está experimentando ahora uno de sus momentos de mayor auge?

Podemos decir que el interés por la música está en un buen momento, pero considero que en los planes de enseñanza, en colegios e institutos, deja todavía mucho que desear. Pero ahí estamos nosotros, las escuelas de música, para suplir estas carencias, aunque nos gustaría que esta enseñanza fuera más universal y que llegase a todo el mundo.

¿Qué aporta la música?

Ayuda en muchos factores de la vida. Desde el punto de vista emocional, es una forma de expresar sentimientos, fomenta el trabajo en grupo y tiene su importancia en el proceso lógico. Está demostrada su vinculación con el pensamiento matemático.

¿Tiene relación con las matemáticas?

Pitágoras ya relacionaba buena parte de sus prácticas matemáticas con la música y las esferas. Las medidas de tiempo rítmico son puras matemáticas, lo mismo que las alturas de sonido.

La figura de la banda siempre ha estado ligada a las fiestas de los pueblos. ¿Ha cambiado este papel?

Su papel se ceñía a las doce o trece procesiones, dianas o pasacalles que se celebraban al cabo del año, pero ahora, además de esto, hemos introducido actividades hace veinte años inimaginables.

¿Cómo cuáles?

En el año 2009 tocamos con Barón Rojo en un concierto en Teruel. Fue un punto de inflexión que nos hizo comprender que podíamos embarcarnos en nuevos proyectos, como conciertos en los que conjugamos proyecciones de películas con sus bandas sonoras o participar en obras de teatro. Ahora, preparamos un concierto de rock sinfónico.

¿Qué novedades están implantando en la enseñanza de la música?

Desarrollamos un sistema de aprender solfeo a través de las nuevas tecnologías, con pizarras digitales, y los alumnos trabajan en sus casas con las ‘tablets’ o móviles. Es una manera de engancharlos en el lenguaje musical, que es lo que más cuesta.