El adiós de la Maña, la gran vedete cómica

Lita Claver se retiró este domingo de los escenarios con 72 años. Fue en una velada en Barcelona, la ciudad que le dio su nombre artístico, en la que la emoción acabo venciéndola.

Lita Claver ‘la Maña’ tuvo la despedida soñada para su larguísima carrera: en la que ha sido su segunda casa (el Paralelo donde se hizo un nombre en los 60 y reinaría durante décadas); con el paisano con quien comenzó a actuar cuando eran unos niños de 8 años, Fernando Esteso, a quien considera un hermano; arropada por el cariño de otros colegas de profesión, y con el aplauso entregado de los incondicionales que abarrotaron el Apolo. Hubo mucha emoción, también lágrimas, pero sobre todo música, baile y carcajadas. La función terminó con sorpresa sobre el escenario: la Maña y Fernando Esteso, ambos abrazados, llorando y con los bailarines del espectáculo apenas conteniéndose a su lado, recibieron la visita de Gisela y del resto del elenco del musical que luego se iba a representar en la misma sala, ‘Rouge’, que interpretaron una versión de ‘La Bohème’ de Aznavour en su honor. Fue el regalo del empresario del teatro, Ricard Reguant, que desbordó el llanto de la protagonista de la velada.

Hasta entonces, las cosas habían ido más o menos de carril, no muy distintas a otros pases del espectáculo, a lo que se pudo ver en Zaragoza, por ejemplo, en las fiestas del Pilar. ‘Un reencuentro inolvidable’ juntaba a un todoterreno en forma como es Esteso con la gran vedete cómica de la revista española, una mujer con unas tablas y un dominio escénico como pocas, tan hábil sirviéndose de su físico o su expresividad gestual, como del humor, incluido el siempre muy efectivo de trazo grueso.

La alcaldesa de Barcelona estaba en el patio de butacas y fue la diana predilecta de las pullas de la Maña. Ada Colau demostró capacidad de encaje porque sabía dónde se metía: acababa de probar de la misma medicina (coincidieron en una subasta benéfica navideña y allí fue acusada por la vedete, micrófono en mano, de ‘no estirarse’ lo suficiente). Aunque ayer, también, acabó recibiendo alguna flor: "¡Si es que está buenísima la alcaldesa!", le dijo tras ponerla en pie.

La función había comenzado a las 17.00 y duró dos horas. Las actuaciones de un cuerpo de baile, el Ballet Glamour Dance, y del Dúo Acrobàtic Pack se intercalaron con los números de la Maña y de Esteso. Hubo tiempo para los juegos al equívoco sexual, para la reivindicación generacional (continuas las referencias a los recortes de las pensiones, muy celebradas por el público) y para algunas piezas clásicas (él recuperó el gag imperecedero del coñac La Parra, que tiene más de cinco décadas).

'La Maña' se despide de los escenarios en Barcelona

Llegó el momento en que la Maña amagó con el desnudo total: "Hoy me toca por fin hacer algo que nunca he hecho. Mirad, colegas, 72 años y sin retoques". Llegó la referencia al ‘tema’ de los últimos meses: "Tenemos que pedir que la Virgen del Pilar y la Moreneta hagan milagros para que no haya más malos rollos en Cataluña. Que dialoguen". Y llegó el mensaje final: "Riamos mientras podamos, que es lo único por lo que Hacienda no cobra".

"Mi queridísimo Paralelo"

En el último tramo del ‘show’, venció la nostalgia. Dijo Fernando Esteso: "Desde los 10 años cada uno tiró por su lado y no habíamos vuelto a coincidir en un escenario, y me duele saber lo que he perdido. Pero estoy feliz por haber gozado ahora de su genio, su humor, su temperamento y su calidad humana". Un hombre del público se levantó para mostrar a la Maña una vieja fotografía de una actuación en el Arnau, otro templo de las variedades en el Paralelo, ya desaparecido. Y a la vedete se le empezó a hacer muy difícil mantener la serenidad. "El tiempo pasa y estamos llegando al final del espectáculo... Me despedí de Zaragoza, mi ciudad natal, y ahora me despido de mi queridísimo Paralelo barcelonés. Sabéis que siempre me he mostrado ante vosotros como soy, sin ambigüedades, sin parafernalias de artistas distantes y fríos. He sido una defensora acérrima de mi trabajo, de la libertad de expresión y de la democracia, porque creo y siempre creeré que nadie es quien para taparnos la boca". Los aplausos finales, con el público en pie, duraron minutos. La Maña recibió de su nieta un ramo de flores.

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