Odiseo, Alicia y Carmen: tres personajes ilustrados

Edelvives publica tres auténticos libros objeto en víspera de Navidad: ‘Terráneo’, ‘Elisa en el corazón de laberinto’ y ‘Carmen’

Así ve Benjamin Lacombe el universo de la 'Carmen' de Mérimée.
Así ve Benjamin Lacombe el universo de la Carmen de Mérimée.
Benjamin Lacombe/Edelvives

Para la Navidad salen pequeñas maravillas para el lector, para el enamorado de las ediciones ilustradas. El sello zaragozano Edelvives, entre otros títulos, ofrece tres novedades marcadas por la belleza, la imaginación y la pulcritud. Alguno de los títulos podría verse y gozarse como “un libro objeto”.

-Terráneo. Marino Amodio y Vincenzo del Vecchio. V Premio Internacional Álbum Ilustrado, 2017. Edelvives. Zaragoza, 2017.

Son dos arquitectos que se han unido para confeccionar un libro realmente admirable. Amodio escribe; Del Vecchio dibuja, y en su currículo figura un antecedente de mérito: la ilustración de ‘Las ciudades invisibles’ de Italo Calvino. Aquí lo que proponen es un viaje por las ciudades mediterráneas: ‘Terráneo’. Parten de una premisa: “Hubo un tiempo en el que una sola tierra unía las costas del Mediterráneo”. La odisea recuerda “que los viajes eran largos y constantes y numerosos los viajeros que recorrían sus caminos”.

Se viaja por Gibraltar, Venecia, El Cairo, Atenas, Estambul, y cada ciudad se resume en impresionantes composiciones a doble página (con homenaje al mar de Hokusai) y con historias más o menos envolventes. “Tres mujeres anuncian el amanecer de cada nuevo día”, se dice en Estambul. O: “En Atenas, cada cual reza para sí mismo, conscientes de que su deseo es la esperanza de todos”. Y en Venecia se fabula así: “Se debe a los venecianos el único intento de habitar el mar. No hay calles en esta ciudad, solo una urdimbre de casas, cada una de las cuales encierra una pequeña tesela de agua”. Las ilustraciones se humanizan y se recortan las ciudades y los paisajes arquitectónicos en forma de pez, de pájaro o de dios. “Se construían ciudades que, como una pregunta unánime, trataban de averiguar lo que ocultaba tanta agua”.

-Elisa en el corazón del laberinto. Texto: Sébastien Perez. Ilustraciones: Ana Juan. Edelvives. Zaragoza, 2017.

La ilustradora, y a menudo escritora, Ana Juan, Premio Nacional de Ilustración, publica todos los años uno de sus libros en la colección Contempla de Edelvives. Suelen ser cuentos poéticos, de atmósfera delicada, pero que siempre exploran espacios o lugares más o menos terribles. Más que inquietantes, casi diabólicos o de una sofisticación desoladora. Sébastien Perez es conocido en España, ante todo, por sus trabajos en colaboración con Benjamin Lacombe. Esta ‘Elisa en el corazón del laberinto’, de alguna manera, hace pensar en ‘Alicia en el País de las maravillas’ y en la niña Alice Liddell, amiga del reverendo Dogson, famoso como Lewis Carroll.

Perez cuenta la historia de una niña de quince años, Elisa, que debe tocar una pieza al violín en la ceremonia. Se casará, por obligación, con un hombre que no conoce. Por si fuera poco, su abuela, que fue su gran protectora y confidente, acaba de fallecer; menos mal que aún le queda su gatita Anabelle. En su habitación descubrirá algo muy especial: ¿un joyero, un recuerdo, una melodía, una carta? Con esos mimbres se crea una historia fascinante y turbadora, desapacible como casi todas las de Ana Juan, que ha resuelto con su personalidad, su estilo, su sentido del ritmo y la plasticidad evocadora una historia que a veces parece un poco gótica o cercana al horror.

-Carmen. Prosper Mérimée. Traducción de Mauro Armiño. Notas. Isabel del Soto. Ilustraciones de Benjamin Lacombe. Edelvives. Zaragoza, 2017. 180 páginas.

Cada año, por estas fechas, el gran ilustrador Benjamin Lacombe, que visitó hace no muchos años Zaragoza, presenta su nuevo libro ilustrado. En este caso, se trata de un clásico de lass letras francesas, ‘Carmen’ de Prosper Mérimée, emparentado con España e inspirador de la ópera ‘Carmen’ de Bizet. El propio Lacombe, tan exquisito y minucioso, firma el prólogo de esta edición primorosa. Dice, por ejemplo, que el libro “es, en esencia, un estudio sobre los gitanos y sobre una España desaparecida”.

Agrega Lacombe que “la pretensión de Mérimée fue recrear España y las costumbres que percibió entonces entre los gitanos con una voluntad casi científica, como de etnógrafo”. Desmiente que el escritor redactase la novela en una semana; fue madurada y elaborada a lo largo de quince años. La novela, con ecos de la invasión napoleónica, hace el retrato una ‘femme fatale’ que tiene algo de bruja y que parece estar habitada por una gran carga sexual, ligada en este caso a la tentación, al deseo incontrolable y al “espíritu del mal”. El libro mezcla el diseño, la elección de color de páginas, diversas tipografías y distintos fondos; tiene ilustraciones espléndidas (marca de la casa), variadas y en diversas técnicas. El volumen se completa con sendas biografías de Mérimée y Lacombe y unas diez páginas de notas.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión