Diseño aragonés para iluminar la Navidad madrileña

El arquitecto aragonés Sergio Sebastián vuelve a iluminar la Navidad de la emblemática plaza de Chueca de Madrid y de las calles Preciados, Fuencarral y, por primera vez, de la calle Serrano, donde rinde homenaje al mundo textil.

El arquitecto, con quince años de experiencia en la iluminación navideña y que participó este viernes en el encendido de luces de la capital, busca en sus diseños "redefinir el espacio urbano y convertirlo en acontecimiento social", tal y como ha explicado en una nota de prensa.

Este año, el pasaje envolvente conformando por más de cien arcos de luz de diferentes alturas que iluminaba la calle Preciados la pasada Navidad se extiende y aumenta su recorrido desde la plaza de Callao hasta concluir en la Puerta del Sol.

"Como en 2016, volverá a acompañar a las horas del mítico reloj con luces que parpadean cada hora de manera sincronizada como si fueran latidos", ha relatado el arquitecto.

Estos arcos son de color dorado o azul, dependiendo del sentido de la calle, y conforman una estructura de aluminio que amplifica visualmente el efecto de luz del cordón de leds, que "evita la contaminación lumínica superior y produce un notable ahorro energético", ha destacado Sebastián.

Asimismo, 'Guirnaldas', propuesta ubicada en la plaza de Chueca, y 'Serpentinas', en la calle Fuencarral, establecen una conexión directa con el ciudadano y le ofrecen una visión de la ciudad "absolutamente positiva, cargada de emotividad" y que se manifiesta "a través de la luz y el color".

De esta manera, "toda la ciudad se convierte en un gran escenario para disfrutar, en un acontecimiento, la singularidad de algo que no sucede todos los días", ha señalado Sebastián.

Además, esta Navidad la calle Serrano de Madrid estrena 'Bufandas', una original propuesta con la que homenajea al mundo textil, ya que va hilando distintas capas de tejido luminoso a lo largo de kilómetro y medio "para recrear los clásicos patrones de tartán de los paños de sastrería".

El diseño del arquitecto aragonés llega este año también hasta el Monasterio de San Cugat del Vallés (Barcelona) con tres instalaciones de gran luminosidad plástica que concentran en su interior efectos de brillo, luz y sonido.