Peter Berling visitó Aragón en 1995

HERALDO entrevistó al autor alemán.

Berling, durante una firma de libros en Zaragoza, en 1995.
Berling, durante una firma de libros en Zaragoza, en 1995.
Guillermo Mestre

El actor y escritor Peter Berling, fallecido en Roma a los 83 años, visitó Aragón hace 22 años. Estuvo en la estación de ferrocarril de Canfranc, ofreció una conferencia en la Universidad de Zaragoza y firmó ejemplares de dos de sus obras: 'Los hijos del Grial' y 'Sangre de Reyes'. HERALDO le entrevistó en aquella ocasión:

La impresionante humanidad de Peter Berling , que rebasa sobradamente los cien kilos, se ha dejado ver durante los dos últimos días en Aragón. El antes productor y actor cinematográfico, y hoy escritor de notable éxito, firmó ejemplares de sus dos obras: 'Los hijos del Gria'l y 'Sangre de Reyes'. Ambos libros forman parte de una tetralogía, aún no culminada, en la que Berling recrea las convulsiones en el seno del cristianismo en la Edad Media. La herejía cátara, según la cual Jesucristo tuvo hijos y que cuenta con las simpatías del autor, tiene un papel protagonista. Ayer, Peter Berling defendió lo razonable de esta tesis y se refirió a la presencia en nuestros días de elementos propios del Medievo, como las guerras territoriales y los mitos. Según afirmó el escritor alemán, lo que está sucediendo en Bosnia es puramente medieval.

Peter Berling reconoce en nuestros días la presencia de muchas de las convulsiones que azotaron Europa en la Edad Media. Así lo afirmó en Zaragoza, donde habló de la pervivencia de las luchas territoriales, y también de los mitos.

"Pienso que la fragmentación de los estados es la única forma de hacer una Europa que funcione con un federalismo igualitario. En cuanto a los mitos, son siempre importantes en tiempos como los que vivimos. Cuando hay un vacío, se necesita cubrirlo siempre con un mito. Así ocurrió con las SS' de Hitler, que crearon el mito del Grial para cubrir un hueco de valores éticos", señaló.

Tras 'Los hijos del Grial' y 'Sangre de Reyes', Berling ha terminado la tercera parte de su tetralogía. Se titulará 'Corona mundi' y llegará a las librerías españolas en marzo del 96. Muy pronto comenzará a escribir el volumen que cerrará una saga literaria que comparte escenario: el de las convulsiones en el seno del cristianismo medieval.

La herejía cátara, según la cual Jesús tuvo hijos, tiene un papel protagonista en la obra del escritor alemán, que no oculta sus simpatías por ella.

"El cisma -señaló- ya se produce en los inicios del cristianismo, cuando hay que elegir entre la descendencia a través de la sangre o a través del mensaje. La Iglesia eligió esta segunda, pero en algunos evangelios apócrifos se dice que Cristo tuvo descendencia, lo que parece más razonable. Las leyes no permitían enterrar a los crucificados, por lo que es imposible que el cuerpo de Jesucristo fuera bajado de la cruz, llevado a otra parte y resucitara. Se han encontrado documentos que señalan que Jesús sí estuvo casado con Magdalena, que era el nombre falso de su mujer".

Según Peter Berling , cuando Jesucristo fue crucificado, no era un personaje famoso, ni había una iglesia detrás que lo defendiera. "Era un noble que se rebeló contra el imperio romano, que entró en Jerusalén y fracasó, y que fue crucificado por ello.

Igualmente crítico que con las tesis de la Iglesia se mostró Berling al hablar de las cruzadas emprendidas por ella. "La verdadera cruzada fue la primera. Todas las demás fueron guerras de colonización con la excusa de la gran idea de liberar Jerusalén. Las verdaderas vencedoras de las cruzadas fueron las repúblicas marítimas de Venecia, Génova y Pisa, que consiguieron abrir el tráfico de mercancías con Oriente", dijo.

El escritor alemán afirmó que herejías como la cátara no son posibles ya en nuestros días. "Nuestras costumbres han cambiado mucho y, aparte de pequeñas excepciones, nadie quiere morir o matar por la fe. En el mundo del consumismo nadie quiere hacer ese sacrificio por su alma", concluyó.

Para Peter Berling , la estación de Canfranc "es como una nave espacial que ha ido a posarse en un insólito paraje". La que fuera parada internacional ferroviaria se apareció a los ojos de Berling , el pasado lunes, desamparada en su abandono, rodeada de nieve y rocas, y azotada por la ventisca.

"Canfranc es el único sitio donde uno se puede imaginar lo que fue el Orient Express'', afirmaba ayer este literato de mirada cinematográfica y gran amante de los ferrocarriles antiguos.

Peter Berling visitó la estación tras realizar el recorrido en tren desde Huesca. Le acompañaba un grupo de profesores de la Universidad de Zaragoza. A su juicio, las viejas instalaciones sólo podrían tener hoy un destino, la creación de un museo europeo del ferrocarril, que sería único en el mundo.

No cree el escritor que se pueda salvar la línea ferroviaria ni que tenga sentido utilizarla como paso interpirenaico para la comunicación entre París y Madrid. "La construcción del Canfranc ya fue en su tiempo una locura, porque existían estaciones en Cataluña y el País Vasco, que eran dos centros industrializados y fuertes. Hoy sólo tiene interés para Aragón dejarla abierta si se construye el museo".

(Noticia de documentación recopilada por Elena de la Riva)

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