El tío Rana

El escritor y estudioso de la literatura aragonesa José Luis Melero abre con 'El tío Rana' su serie de estampas costumbristas. El protagonista de su primera entrega era ansotano y fue el último en vestir en Zaragoza el traje aragonés a diario.

El tío Rana
El tío Rana
Ernesto García Pina

Los que somos hijos y nietos de zaragozanos siempre oímos hablar del tío Rana. Era ansotano y fue el último en vestir en Zaragoza el traje aragonés a diario. Le he preguntado a mi padre y me ha dicho que él todavía recuerda haberlo visto a mediados de los años cuarenta tomando vermú en la terraza del Gambrinus. Mis abuelos contaban y no acababan anécdotas de él, sobre todo aquella de que siempre compraba dos entradas cuando iba al teatro: una... para él y otra para el sombrero, pues al ser hombre obeso prefería disponer de dos butacas para que nadie se sentara a su lado.

Debió de ser hombre rico y en casa se contaba también otra anécdota reveladora de su carácter rumboso: la de aquel día en que en una barbería, al creer que era un aldeano venido a Zaragoza, ningún oficial quiso afeitarlo y tuvo que hacerlo el aprendiz. Cuando éste terminó su trabajo, recibió una propina escandalosa, que fue la envidia de todos. Desde entonces, cada vez que entraba en la barbería todos se peleaban por atenderle, pero él exigió siempre que fuera el aprendiz quien lo hiciera.

Siempre había oído, como digo, hablar de él, pero nunca había visto una foto suya. Ernesto García Pina, a quien todos deberemos estar agradecidos, nos ha dado a conocer la foto del tío Rana que reproduzco, y nos ha contado algunas buenas anécdotas suyas, entre ellas la de la barbería que yo conocía por mi familia, lo que indica cómo ha pasado nuestro buen ansotano al imaginario colectivo zaragozano y cómo está en él todavía muy presente. Y es que ser el último en vestir en Zaragoza de baturro a diario no es cualquier cosa.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión