Las excavaciones arqueológicas realizadas en el cerro de San Miguel, de la localidad zaragozana de Lobera de Onsella, han sacado a la luz una necrópolis medieval única en su género en toda España. La necrópolis se descubrió hace ahora tres años durante unas faenas agrícolas y, tras la oportuna comunicación a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón, la DGA, la Diputación de Zaragoza y el Ayuntamiento de la localidad cincovillesa unieron esfuerzos para hacer un investigación arqueológica que se ha mantenido en sigilo hasta ahora dada la importancia de lo encontrado.

Hasta el momento se han excavado 17 enterramientos, correspondientes a hombres, mujeres y niños, todos ellos sin ajuar de ningún tipo, y los análisis que se han realizado en Estados Unidos a las pruebas tomadas en los enterramientos ofrecen una cronología de entre los años 943 y 1024, periodo anterior a la formación del Reino de Aragón.

La investigación arqueológica, dirigida por José Ignacio Lorenzo, ha puesto de manifiesto la importancia del enclave, puesto que en él ha aparecido un tipo de enterramiento (los cuerpos se depositaban en habitáculos construidos con piedras amontonadas) hasta ahora desconocido en la España medieval.