Muere la actriz y directora teatral Pilar Laveaga

Cofundó, en 1975, el Teatro de la Ribera con Mariano y Javier Anós y era una de las grandes de la escena en Aragón.

Pilar Laveaga, en imagen de archivo.
Pilar Laveaga, en imagen de archivo.
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Ha muerto la actriz y directora teatral Pilar Laveaga (Logroño, 1945 - Zaragoza, 2017). Riojana, se afincó en Zaragoza a mediados de los años 60 y en 1975 fundó con Mariano y Javier Anós la compañía Teatro de la Ribera, que montó alrededor de 35 montajes y ofreció más de 5.000 representaciones a lo largo de más de un cuarto de siglo ante más de dos millones de espectadores. El Teatro de la Ribera actuó en Aragón, España y diversos lugares del mundo: Estados Unidos, Marruecos, Alemania, Suecia, Dinamarca, Holanda y diversos festivales de México, Cuba, Argentina o Francia.

Pilar Laveaga fue una mujer de acción, todo un carácter: entusiasta, trabajadora, pugnaz, vehemente y ambiciosa. Era capaz de hacerlo todo en escena y en la trastienda de la compañía. Fue una mujer culta, estudiosa, que participó de las inquietudes y rebeldías de la izquierda y de los sueños de la democracia, y no dudó –al alimón con Mariano Anós, que fue su compañero durante años- en realizar funciones críticas y comprometidas y otras más poéticas y simbolistas.

Mariano Anós recuerda que se conocieron en Zaragoza y que los dos integraron el Teatro de Cámara que dirigían Juan Antonio Hormigón y Mariano Cariñena. “Pilar estudió en aquí los cursos de comunes de Filosofía y Letras y se especializó en Filosofía en Madrid. Luego nos incorporamos a la compañía de Nuria Espert y estuvimos en Tábano Teatro, donde participamos de un único montaje: ‘Los últimos días de soledad de Robinson Crusoe’ de Jerome Savary”. Una obra que se estrenó en Madrid en abril de 1970.

Pilar Martínez Laveaga, ese era su nombre completo, podía ser cálida, amorosa o un vendaval de furia. Exigía siempre atención, afecto, era capaz de suplicar con sus ojos inmensos rigor y entendimiento para su esfuerzo y el de los suyos. Le interesaba todo. Viajaba, aprendía, leía: llevaba la ficción y sus personajes en la sangre. El teatro era en ella un estado de ánimo, un grito, una forma consciente de arte y compromiso. Una búsqueda, una rebelión y quizá su rasgo de identidad más definitivo. Como el teatro, siempre estaba en crisis: esa era, o parecía serlo, su actitud. Como si fuese a parir. Y paría. Y alimentaba sus espectáculos de todo: de luz, de vestuario, de osadía escénica, de furia y de terciopelo.

La Ribera, de Pilar Laveaga y de los hermanos Anós, se convirtió en una compañía de referencia nacional que montaba a Brecht, a Carlo Goldoni, a Lorca, a Darío, a Sendhal o Heiner Müller, entre otro. “Pilar, además de actuar y dirigir los montajes, y solíamos hacerlo un tanto alternativamente, asumía la organización, la promoción y la planificación de funciones y de giras, donde contaba con la ayuda de mi hermano Javier. También hacía el vestuario. No es fácil decir que autores le gustaban; Goldoni, por ejemplo”, recuerda Mariano Anós.

Pilar, además, mimaba a sus actores, cuidaba a sus actrices y, a veces, las exasperaba. Trabajaron con ella, entre otras, Cristina Yáñez, Blanca Resano, Marisa Nolla, Laura Plano, Carmen Marín, Pilar Molinero… Era una criatura de genio. Un día se cruzó con Pilar Delgado y se batieron en escena; encarnaron a Medea y Clitemnestra con los gestos, con las palabras, con la mirada, con ese atributo indecible y misterioso que solo tienen las auténticas damas del teatro. El Principal registró, como un seísmo, aquella ‘Electra’.

Trabajaron en varias ocasiones más, entre ellas en la espectacular función ‘Bodas de sangre’, bajo la dirección de Anós, uno de los montajes más poderosos de una compañía que resistió hasta 2001. Luego, para Pilar Laveaga llegaron momentos complicados de salud e ingresó en una residencia en Torrero. “Llevaba años, por enfermedad, fuera del mundo”, dice Mariano Anós. Fue ingresada en una residencia en Torrero. El 20 de octubre de 2014, por iniciativa de la Plataforma de Actrices para la Escena, que dirige Blanca Resano, Pilar Laveaga fue objeto de un homenaje con Pilar Laveaga y Pilar Doce, donde se recordó también a Pilar Molinero, recién fallecida. Al acto se sumaron otras instituciones, amigos y compañeros de profesión.

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