Ocho mil almas se entregan al verso salvaje de Kase.O

El MC de La Jota juega en casa dentro de su exitosa gira española de 2017.

Kase.O, el rapero zaragozano más universal.
Kase.O actúa a casa llena en Zaragoza.
Oliver Duch

Hoy toca hablar de profetas, tierras y axiomas errados. Kase.O actúa esta noche en el pabellón Príncipe Felipe, con todas las entradas vendidas desde hace varios meses. Se cumple medio año desde la salida al mercado de ‘El círculo’, primer álbum de rap en solitario de Javier Ibarra, su nombre en el DNI, una vez puesta en barbecho (o en descanso permanente) la etapa del Jazz Magnetism. El MC de Violadores del Verso ya llenó todas las plazas en las presentaciones promocionales del pasado otoño, y el de hoy es el quinto concierto de la actual gira, con un cien por cien de acierto en cuanto a tirón: en ningún caso han quedado entradas disponibles el día de autos. Un triunfo con escasos precedentes en el panorama nacional de la música popular, que se extenderá en breve a América Latina. Esta noche, la fiesta ha empezado a las 21.00 con El Momo, otro talento de la tierra. A las 22.00, el señor Ibarra ha salido a escena con R de Rumba a los platos y el propio Momo como segundo MC.

El reto de la noche tiene emocionado al zar de la rima. "La gira con el Jazz Magnetism dejó buen sabor de boca y muchos de los que estuvieron en aquellos conciertos querían repetir. Además, en estos años no me he quemado, y mucha gente que nunca me había visto con Violadores se ha sumado al carro con ‘El círculo’. Qué puedo decir... me siento agradecido cada día. Eso sí, el disco tiene su miga, no es cualquier cosa: al final, con materia prima y trabajando con seriedad, las cosas salen. Hay que hacer buenos discos, buenos espectáculos para que la gente responda". Desde luego, es el caso actual de Kase.O: en las últimas semanas, la búsqueda de entradas para el festejo ha sido intensa, con gente dispuesta a pagar auténticas barbaridades en la reventa. El anuncio de su próxima presentación en Pirineos Sur ha aplacado un poco la ansiedad de los que no lograron hoy el ansiado ticket... y el runrún popular confía en una presentación extra en Zaragoza dentro de unos meses.

Lo que no cambia

Del chaval que armó su primera ‘mixtape’ de fraseos hace 24 años (tiene 37) han cambiado algunas cosas: otras siguen inalterables. "Soy mucho más consciente del mundo y, en concreto, de la cultura hip hop. No sabía de qué iba esto cuando empecé, solo buscaba una manera de entretenerme y sacar la rabia del adolescente: no me paraba a pensar en la técnica, ni siquiera en el mensaje concreto. En ‘El círculo’ evoco mucho al niño, me hago esa pregunta cuándo empecé a sufrir con esto si antes me divertía tanto. Entonces éramos un micro y yo, ahora me siento más responsable de lo que digo".

El zaragozano es un tipo duro con la piel fina para las emociones, un rasgo que rentabiliza a la hora de crear. "Lo importante ahora es que he pasado buenos ratos escribiendo... esa parte sigue igual. Terminar una letra me trae las mismas sensaciones que cuando era pequeñajo, aunque desde luego las letras fueran peores entonces. La sensación de sacar algo de donde no había nada, ya sea una poesía o un mueble, es difícil de explicar: una felicidad inmensa, un acto muy loco si lo piensas en frío".

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