Las montañas de Benasque laten en la última novela de Luz Gabás, 'Como fuego en el hielo'

La autora altoaragonesa ambienta su nueva obra a mediados del XIX con un balneario como fondo. La narración se desarrolla en territorio fronterizo y en unos años difíciles de la historia de España.

La escritora Luz Gabás presentó ayer su nueva novela en Benasque, donde vive y ha ambientado la narración
La escritora Luz Gabás presentó ayer su nueva novela en Benasque, donde vive y ha ambientado la narración
Rafael Gobantes

El valle de Benasque es un espacio que ha servido de inspiración a la autora en sus obras anteriores y vuelve a estar presente como escenario adivinado en ‘Como fuego en el hielo’, la tercera novela de la escritora altoaragonesa Luz Gabás, que se presentó ayer en este rincón del Pirineo.

Con la propia Benasque, o su trasunto Albort en la narración, Panticosa en la vertiente española y Cauterets y Luchon en la francesa como lugares físicos en los que se desarrolla buena parte de la acción, las montañas y las gentes de este territorio laten en la narración que llega tras el éxito editorial de ‘Palmeras en la nieve’ (2012) y ‘Regreso a tu piel’ (2014) para contar una historia que se adentra en la España de mediados del siglo XIX.

Unos amores que se enfrentan a las mayores dificultades, el honor y la superación personal vertebran una narración fluida y apasionante a través de las vivencias de sus protagonistas, Attua y Cristela, que luchan contra un destino empeñado en robarles su felicidad.

La narración, la primera publicación por la que apuesta la editorial Planeta en este recién iniciado 2017, traslada al lector a un territorio fronterizo entre Francia y España en el momento en que comienzan a funcionar los grandes balnearios como punto de encuentro de la nobleza y la alta burguesía de la época. Son balnearios que todavía se conservan en las cuatro localidades elegidas para la novela, que cuenta la historia del amor imposible de Cristela, una mujer atrapada entre dos vidas, y Attua, un hombre encerrado en una vida no deseada. Aún hay un tercer protagonista con gran importancia en la trama de la obra que la escritora invita al lector a descubrir.

Personajes complejos

Luz Gabás comentó que se trata de su novela "más íntima" hasta la fecha en la que profundiza en aspectos como el amor, las renuncias o los conflictos no deseados que siempre están presentes en su narrativa. "Es una novela mucho más profunda y con personajes más complejos que las dos anteriores", señaló la autora, que considera estos tres títulos como una "trilogía emocional" en la que aborda una reflexión sobre la vida y la muerte.

Gabás apuntó que muchos de los sucesos de ‘Como fuego en el hielo’ están inspirados en hechos y personajes reales que vivieron durante las convulsas y complejas décadas de mediados del siglo XIX en un territorio fronterizo con Francia "aislado, inhóspito e inexplorado" con las mismas zozobras políticas y sociales que el resto del país.

Es también el momento en que empiezan a aparecer en España los primeros viajeros foráneos imbuidos en un sentimiento romántico presente en toda la narración. Y la del comienzo del pirineísmo y de las primeras mujeres –aristócratas y burguesas rusas, francesas o inglesas– que hacen excursiones disfrutando de su libertad. Todos estos hechos tienen una notable importancia en el desarrollo de la acción dramática de la narración. "Quería que ‘Como fuego en el hielo’ fuera una novela romántica por la época en que sucede y por los sentimientos que mueven a los diferentes personajes", explicó la autora.

La novela es, además, una crónica de la creación y consolidación del turismo termal, la conversión de las casas de baños en imponentes complejos balnearios que se convirtieron en el lugar favorito de las clases altas europeas. "En la parte española –comentó Gabás–, algunos emprendedores se lanzaron a la aventura de crear villas imitando a las francesas". El ejemplo más conocido es el balneario de Panticosa aunque, como recordó ayer la autora, también el balneario de Benasque arrancó con ambición su transformación a comienzos del siglo XIX gracias, entre otros factores, al apoyo económico de la duquesa de Alba.

Las pésimas comunicaciones impidieron el despegue del complejo termal de Benasque, que, como otros de la zona española, no pasó de tener una clientela principalmente autóctona, lastrado por sus accesos casi imposibles. Los recuerdos infantiles y juveniles de la autora en este establecimiento, "un edificio tremendamente inspirador", reconoció, están en el germen de esta novela. Su propio título juega con la lucha entre el fuego y el hielo como una metáfora entre la pasión y la razón de las decisiones de los protagonistas. La narración ofrece un vívido fresco del período entre 1843, cuando termina la regencia de Espartero, y 1868, fecha clave que marca el final del Romanticismo y, en España, del reinado isabelino.

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