Trueba, marca España

Soy amigo y admirador de la familia Trueba desde tiempo inmemorial. Por eso me duele que se metan con Fernando justo cuando estrena su película ‘La Reina de España’. También me duele porque alguien que ha hecho ‘Belle époque’, que ha traído tanta alegría y tanto premio a la patria bien merece el privilegio de salirse de ella, que es lo que hacemos todos cada mañana. Un país es grande si se puede permitir que sus ciudadanos despotriquen contra él. ¿Hay algo más español que quejarse? Es un derecho básico que hay que celebrar porque en eso se basa la democracia. La lista de los artistas y ciudadanos que han nombrado de mil maneras los males de la patria y se han afrancesado a ratos es extensa & variada, desde Costa y Mallada y Acín y Goya hasta el gran Forges, que nos dibuja el genoma cada día. Y en las subvenciones a Cultura: aplíquese el criterio del plan Prever. La España que quiere Trueba es aquella en que el 28% que ni desayuna ni llega desayuna y llega. Por eso estamos todos hipertensos, aquí y en el mundo en general. Trueba, como tantos otros heterodoxos, es marca España. Las críticas vienen bien para ir lavando un pasado lleno de costurones, tan delicado como el de cualquier país que se precie. Lo bueno es que ahora se puede decir. España es un país estupendo precisamente, y entre otras infinitas cosas, porque se puede decir que no lo es. ¿O no se puede?