Javier Fajarnés Durán (Zaragoza, 1997) es estudiante de Comunicación Audiovisual. A sus 19 años, publica su primer poemario: ‘Alud’, en el sello zaragozano Pregunta. El libro se presenta esta tarde, a las 20.00, en la FNAC, con la participación del traductor y escritor Daniel Arana.

¿Qué es 'Alud', qué ha pretendido con este primer poemario?

‘Alud’ supone, para mí, el primer derrumbamiento de la realidad desde la visión del escritor. Siempre me habían preocupado cuestiones tales como la frialdad de las ciudades, su comportamiento mecánico, su dinamismo tan ordenado… No obstante, supongo que esa atmósfera terminó por atraparme y nunca me había parado a contemplar la progresiva decadencia del hombre, así como de su entorno deshumanizado. ‘Alud’ es un intento de precipitar dicho derrumbamiento y, mediante las ruinas que queden, reconstruir mi visión del mundo.

-Dice: “Nuestro sueño descansa en el filo del horizonte. / Vivimos un equilibrio entre el silencio y la voz”. ¿Cómo está escrito este volumen de textos sin título, cómo son sus imágenes? ¿Qué busca?

La realidad es inabarcable, y en el momento en que la traduces por escrito queda inevitablemente parcelada. Cada poema responde a la forma en que percibo cada parcela de realidad, por lo que algunos versos resultarán quizás más inconexos y en otros casos habrá, por así decirlo, un mosaico más definido. En cualquier caso, siempre lo he concebido como un intento de fragmentar el espacio y reconstruirlo a modo de collage. Algunas piezas encajarán mejor que otras, de esta idea parte la estructura de cada poema.

¿Qué necesidad o urgencia le perseguía?

He escrito ‘Alud’ porque, a veces, provocar una avalancha puede evitar catástrofes.

¿Cuánto tiempo ha invertido en la escritura?

Empecé a escribir el poemario en diciembre de 2015 y lo terminé en septiembre de 2016.

¿Quiénes son sus referentes, los poetas que ama o que le marcan?

Me inclino especialmente por autores de los 50 como José Ángel Valente o Antonio Gamoneda. También me interesa mucho la obra de Juan Eduardo Cirlot, de José Corredor Matheos o de autores de la Generación del 27 como Lorca o Cernuda. En cuanto a autores no españoles, Roberto Juarroz, Zbigniew Herbert o el simbolista Charles Baudelaire. De hecho, mi interés por la poesía despertó tras la lectura de ‘Las flores del mal’.

¿Qué es para usted la poesía? ¿Cómo la vive?

Sinceramente, no sé cómo vivo la poesía. Simplemente está. En cuanto a mi forma de concebirla, sería como si pudieras penetrar en la materia de los elementos y contemplar el mundo desde su interior. Imagina que pudieras penetrar en la materia de un espejo y verte a ti mismo, no a un simple reflejo.Dos poemas de 'Alud'

1

Siempre me detengo frente a los mismos charcos,

los precisos charcos de agua negra.

En el parque, el murciélago adormece en su rama

y los astros apagan, uno a uno,

los últimos deseos de los hombres.

Un reloj de bolsillo descansa sobre la hierba:

el invierno ha quebrado su complejo mecanismo.

Advierto perfiles tras las ventanas,

simplemente arena, en este ficticio bosque de ciudad.

Ruedan algunas monedas por los caminos,

periódicos usados, las colillas de los viejos...

Mis yemas azules atraen a los insectos de la noche

y yo sólo me pregunto:

¿qué sería de nosotros?,

¿qué valor tendría el tiempo

rotas todas las saetas?

2

Contemplo la ciudad desde las nubes.

Ya nadie puede arrebatarme esta inquietud animal.

Tengo la sensación de estar en un sitio, en todos los sitios,

ser a la vez el sitio y no ser nada,

como un pájaro que rompe la armonía del paisaje.

O quizá nunca hubo armonía en el paisaje

y este pájaro es tan sólo un testigo que nos sobrevuela.

Y puede que nosotros la rotura.

‘Alud’. Javier Fajarnés. Pregunta. Zaragoza, 2016. 53 páginas. [El poemario se presenta en la FNAC, a las 20.00, con Daniel Arana.]