LaMov es puro vicio

La compañía de danza representa en el Teatro Principal ‘7 Pecados capitales’, uno de sus trabajos más arriesgados, con coreógrafos de siete países.

LaMov representa en el Teatro Principal '7 Pecados capitales'
LaMov es puro vicio

LaMov ha venido a ocupar un vacío en la danza en Zaragoza y lo hace, día tras día, espectáculo a espectáculo, con ambición, con riesgo, con pasión y profesionalidad. Y no solo en Zaragoza ha hallado en su sitio, sino cada vez más en todo el país. Ahora propone en el Teatro Principal, tras el estreno en la Feria de Teatro y Danza de Huesca, uno de sus espectáculos más colectivos o corales: ‘7 Pecados capitales’, en el que participan ocho coreógrafos de siete países. A pesar de que cada uno de ellos –Caterina Varela (Cuba) y Alexis Fernández-La Macana (España) trabajan a dúo en ‘Avaricia’– realiza su particular puesta en escena, un concepto, un desarrollo y diversos pasos de baile, podría decirse que hay distintos elementos que le dan unidad a la obra, como ese bailarina vestida de negro con que se inicia la obra, en ‘Soberbia’, y con la que se cierra, como una diosa cansada, en ‘Pereza’.


Además hay un ámbito, un mundo onírico o alucinado, un inventario de pasiones y sentimientos, que tienden al frenesí, a la desmesura, al desgarro, pero también a la suavidad, a la terneza. O incluso a la convulsión, más o menos teatral, como sucede en la pieza más humorística del espectáculo: esa ‘Avaricia’ que arranca con dos bailarines que soplan un globo oscuro, ahora tú, ahora yo, hasta que ocurre lo que el público espera. En la evolución de la pieza, sin música, se suceden las voces de los bailarines, ese grito de ‘más, más, más’, que enfatiza la codicia.


Víctor Jiménez trabaja con mimo y con hondura. Le gusta integrar propuestas, poemas corporales, una cierta filosofía de la creación. Por eso en LaMov hay tanta interpretación y gestualidad como ballet en el sentido más académico: hay lirismo y latido, contención y exuberancia de emociones, hay magia y un discurso exigente de fondo. De ‘7 pecados capitales’ destacan la solvencia, la intensidad y la convicción. Destacan la fantasía general y el uso de la imaginación. Sin obviar la plasticidad, la ligereza o la capacidad de componer figuras, existe una pulsión sobre los vicios y las debilidades humanas, una invitación a explorar las sugerencias, los límites y los instintos de la vida.


En ‘Soberbia’ destaca una coreografía que usa el paso a dos y las posibilidades de la sombra sobre un fondo de pintura más o menos geométrica, que da mucho juego y que se vuelve a utilizar en otra ocasión. El ruso Kirill Radev es clásico y moderno, con personalidad. La ‘Ira’ de Francisco Lorenzo (Argentina) ofrece una atmósfera airada, que se apoya en una mesa y en un juego de libros, que alcanzará una inesperada y dramática culminación. El griego Kiriakos Kosmidis se acerca a la ‘Gula’ con la misma mesa, de partida, y mezcla la ligereza, la sensualidad y un vestuario divertido con ecos y colorido mediterráneos, que quizá no excluya una alegórica forma de canibalismo. Víctor Jiménez se apoya en el teatro y concibe una pieza sobre la ‘Envidia’ donde los bailarines proclaman, uno a uno, en medio de sus movimientos o de su delirio, su pecado de un modo que tiene algo de catarsis o de revelación colectiva. “Soy envidiosa”, se oye como una confesión o un aullido de mala conciencia.


Ya hemos hablado de ‘Avaricia’, una coreografía muy trabajada. Quizá la más espectacular, subyugante o puramente carnal sea ‘Lujuria’ de Alessio Attanasio (Italia), en la que irrumpe una bailarina y luego tres parejas que rebosan sensualidad, fuego, deseo. Se abrazan en un anillo corporal de hermosura y erotismo, algo muy presente en diversos instantes, expuesto con sutileza. ‘Pereza’, de Sharon Fridman (Israel), arranca con una carrera frenética, ¿se mueven los danzantes en el interior de un sueño?, y desarrolla luego un relato sobre el cuerpo vencido, sobre la derrota, hilvanado con entrega y ritmo hasta la lasitud final.


Hay muchos elementos que subrayar en la obra: la cuidada escenografía de J. A. Andrés Lacasta y Manuel Pellicer, la sugerente iluminación de Luis Perdiguero, las músicas siempre perturbadoras y, por supuesto, el trabajo equilibrado, brillante y generoso de los nueve bailarines, que siguen creciendo: María Sordo, Elena Gil, Mattia Furlan, R. Rodríguez, Laura López, Lucía Muñoz, Paula Rodríguez, David Serrano y Oier López. El público premió la propuesta de ayer sábado con muchos aplausos.

La ficha

‘7 Pecados Capitales’. LaMov. Dirección: Víctor Jiménez. Coreografías: Kirill Radev, Francisco Lorenzo, Kiriakos Kosmidis, Víctor Jiménez, Caterina Varela y Alexis Fernández-La Macana, Alessio Attanasio y Sharon Fridman. Bailarines: María Sordo, Elena Gil, Mattia Furlan, R. Rodríguez, Laura López, Lucía Muñoz, Paula Rodríguez, David Serrano y Oier López. Teatro Principal. Despedida: hoy domingo, a las 18.30
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