Fo, satírico y rebelde

Realizó un teatro crítico y satírico que se enfrentó a la tragedia, a la injusticia y a los abusos del poder.

ITALIA DARIO FO
ITALIA DARIO FO

Ha muerto Darío Fo (Sangiano, 1926 -Milán 2016), el dramaturgo, pintor y activista italiano, cuya carrera fue distinguida con el Premio Nobel en 1997.

Realizó un teatro crítico y satírico que se enfrentó a la tragedia, a la injusticia y a los abusos del poder. Fue divertido y vitalista y siempre estuvo ahí, en pleno combate, con las ideas muy claras: atrevido, francotirador e irónico. Se confesaba ateo y a la vez decía que aún dudaba. Uno de sus últimos libros fue ‘Darío y Dios’.


Publicó obras tan importantes como ‘Misterio bufo’ (1969), ‘Muerte accidental de un anarquista’ (1970), basada en un hecho real, un joven detenido fue arrojado por una ventana de la policía en Milán que en España siempre hizo pensar en el joven Enrique Ruano; en Aragón la montó el Teatro Estable de Mariano Cariñena. ‘Aquí no paga nadie’ (1974) fue su llamamiento a la desobediencia civil. Publicó ‘Pareja abierta’ (1983), que era una indagación en la vida de pareja, a través del amor, la infidelidad, las tensiones y tenía algo de terapia pública de su relación con Franca Rame; y ‘Un día cualquiera’ (1986), que montó Tranvía Teatro y que narra la historia de una mujer que va a suicidarse, escribe una carta para comunicarlo y dilata y dilata la ejecución. También fue pintor y realizó, además de una obra expresionista, llena de color, ‘falsos Picassos’ que vendió para financiar a Beppe Grillo. Darío Fo fue muy representado en Zaragoza por diversas compañías.


La actriz Franca Rame (1929-2013) fue su esposa, su compañera y su actriz favorita; con ella fundó una compañía Darío Fo-Franca Rame que representaba espectáculos de la comedia del arte, tuvieron tanto éxito que decidieron replantearse su labor y empezaron a trabajar de un modo más crítico, de denuncia social, en una nueva compañía, Teatro Colectivo La Comune, objeto de un atentado terrorista en 1978.


Darío Fo estuvo en la Expo de Zaragoza en 2008 donde estrenó ‘Hace daño el agua’, que luego rebautizaría como ‘Apocalipsis aplazado. ‘Bienvenida catástrofe’. Como acababa de morir un trabajador en un accidente laboral, le dedicó la pieza. Escribió unas peculiares memorias, ‘El país de los cuentacuentos’ (Seix Barral), que solo llega hasta los siete años. Dice que en ese tiempo sucedió todo lo que le daría alas para ser un rebelde permanente. La clave podría ser el recuerdo del entierro de su padre o la fascinante figura de su abuelo, que es un formidable narrador y un hombre que mejoraba la vida de los otros. En el fondo, con su compromiso, su rabia, su lucidez y su pluma acerada, a eso se dedicó Darío Fo.

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