El Principal de Zaragoza se queda sin ópera

El gerente esgrime que existen "problemas técnicos" en el foso de la orquesta y falta de personal.

'Rigoletto', la última ópera que se representó en el Principal, en marzo pasado.
'Rigoletto', la última ópera que se representó en el Principal, en marzo pasado.
Ópera 2001

El Teatro Principal de Zaragoza se inauguró en su actual emplazamiento en el Coso el 25 de agosto de 1799 y desde entonces, según se puede leer en su web, "se convierte a lo largo de los siglos XIX y XX en lugar privilegiado en el que se dan cita las más importantes compañías de teatro, ópera y ballet del momento". Una larga tradición mantenida con sus más y sus menos (nada tienen que ver aquellas citas líricas de los 70 del siglo pasado con Monserrat Caballé y Plácido Domingo con los montajes de compañías como Ópera 2001 y Concerlírica habituales en los últimos años) que ahora sufre un revés. La lírica brilla por su ausencia en la nueva temporada del bicentenario coliseo hasta fin de año, a excepción del homenaje a Pilar Lorengar, que tendrá lugar el próximo 3 de noviembre promovido por la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta, y en el que no se hará uso del foso para la orquesta.


Precisamente, el gerente del Patronato Municipal de las Artes Escénicas y de la Música, Víctor López Carbajales, esgrime que se ha tomado la decisión de dejar de programar espectáculos en los que se utilice el foso por los problemas "técnicos" derivados de su utilización, ya que cada vez que se usa requiere que se desmonten manualmente las dos primeras filas del patio de butacas, y por la falta de personal. Añade que ha solicitado un estudio técnico para "modernizar" este sistema, que en otros teatros es hidráulico. Su capacidad permite acomodar a más de 40 músicos.


"¿El foso se puede utilizar? –se pregunta a sí mismo López sin necesidad de plantearle la cuestión –. Sí, pero la forma de hacerlo, a costa de la espalda de los trabajadores, no me parece la adecuada". "El propio equipo de maquinistas del Principal está buscando soluciones", dice.Mejoras en las instalaciones


La necesidad de remodelar el foso, explica, forma parte de una serie de mejoras que se plantean llevar a cabo en el Principal. En este sentido también se ha convocado un concurso de planimetrías y pruebas de carga del peine (estructura que aguanta el peso de los focos y los elementos escenográficos que requiere cada obra) para conocer si soportaría los nuevos mecanismos que se quieren motorizar.


En cuanto a la carencia de personal, aduce que se está "regularizando" la situación de la plantilla en vacaciones y días que se le debe "para que a principios de 2017 todos los trabajadores tengan el contador a cero". López deja claro que "no renuncio" a programar en el futuro "un buen espectáculo de lírica", aunque a las dos cuestiones ya comentadas que deben solucionarse añade la económica. También recuerda que él es gerente del Patronato de las Artes Escénicas y de la Imagen, "la música clásica y culta tiene su espacio en el Auditorio", lo que no quita para que se sigan realizando conciertos.

Distintas reacciones


La decisión de cancelar temporalmente la programación de óperas ha sido recibida con cierta frialdad entre los aficionados al género. Alejandro Martínez, presidente de la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta, más que de esta medida concreta, se duele de que en la ciudad no hay una "voluntad clara" a favor de la ópera y de que no se apoyen iniciativas que surgen desde entidades de la comunidad como la que preside. "Este otoño cumplimos ocho años como asociación y es el tiempo que llevamos luchando sin éxito para que la que es la quinta o sexta ciudad de España tenga una temporada lírica de calidad, estable y con suficiente financiación", asegura.


Para Miguel Ángel Santolaria, presidente de la Asociación de Amigos de la Música de la Biblioteca de Aragón, la noticia es negativa. "Después de la cancelación del concurso de Caballé, que era el último vestigio lírico internacional que nos quedaba, nos condena todavía más a ser una isla rodeada de agua por todas partes, no un desierto, porque en estos al menos hay algún oasis", dice. Añade que muchas ciudades del tamaño de Zaragoza e incluso más pequeñas, como Oviedo, San Sebastián y Sevilla, cuentan con infraestructuras adecuadas donde escuchar música y temporadas fijas. Una opinión que comparte Luis Alfonso Bes, crítico de HERALDO. "No es aceptable que una ciudad como Zaragoza no tenga una oferta lírica en condiciones. Oviedo, por ejemplo, la mantiene de una forma u otra dependiendo de la habilidad de los gobernantes de turno".


Las últimas óperas que se cantaron en el Principal fueron ‘Rigoletto’ (marzo pasado) y ‘Madama Butterfly’ (noviembre de 2015), ambas de la compañía Ópera 2001. Su director artístico, Luis Miguel Lainz, lamenta que se interrumpa una relación que mantenían con la ciudad desde hace 25 años. "Es una pena, en Zaragoza estos espectáculos tienen un público fiel, la ocupación solía rondar el 90%", concluye.

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