Una noche en la ópera... del eccehomo

Borja vivió con expectación y cariño el adelanto del estreno de ‘Behold the man’, la ópera inspirada en la historia de Cecilia Giménez y su fallida restauración.

Un momento de la representación de 'Behold the man', a las puertas del santuario.
Un momento de la representación de 'Behold the man', a las puertas del santuario.
Toni Galán

La historia del eccehomo sigue sumando improbables capítulos cuatro años después que Cecilia Giménez cometiera uno de los errores más mediáticos de la historia. Este sábado, a pocos metros de su fallida intervención, en la puerta del Santuario de Misericordia, se estrenó mundialmente un fragmento de la ópera que ha inspirado. Nada de películas, series de televisión o musicales. Uno de los fenómenos virales más globales ha dado lugar nada menos que a una ópera. Todo a lo grande. El estadounidense Andrew Flack, autor del libreto e impulsor del proyecto, lo explicaba ayer en la capilla del santuario, junto a la propia Cecilia y el alcalde de Borja, Eduardo Arilla: "La historia del eccehomo aborda grandes temas, la tragedia, la comedia, el perdón, la fe... Así que teníamos que hacer algo grande: ¡una ópera!".


Giménez miraba a Flack arrobada. Y no era para menos, puesto que el estadounidense le dedicó encendidos halagos. "La idea de la ópera vino al ver una cara –dijo–. Pero no la del eccehomo. Sino la de Cecilia. Me tocó el corazón, a kilómetros de distancia, con un océano de por medio". El flechazo platónico acabó con el compositor en Borja, donde conoció a la pintora y estableció muy buena relación con su sobrina, Marisa Ibáñez, que ha colaborado mucho en el proyecto, y más gente del pueblo. "Antes de venir a Borja, ya escribí una canción", explicó Flack. "Y cuando se la enseñé a Cecilia, dijo que era su historia. Conectamos enseguida". "Fue una cosa muy bonita", terció ella. A juicio de Flack, el eccehomo "nos da una lección, los desastres pueden ser milagros. Si tienes fe, esperas y rezas, los milagros suceden".


En Borja podrían suscribir estas palabras. En la localidad zaragozana, el milagro se traduce en unas visitas turísticas que se han cuadruplicado desde aquel agosto de 2012. Solo este año, el turismo ha aumentado un 10%, según cifras aportadas ayer por el propio alcalde borjano. Del ‘shock’ inicial se ha pasado a una natural convivencia con el gancho que supone la pintura. E, incluso, la localidad se prepara para celebrar por todo lo alto el quinto aniversario de la fallida restauración. Momento en el que esperan que la ópera tenga una importancia central. "Sería un bonito homenaje para Cecilia, más aún cuando la tenemos viva", dijo Arilla. "Humildemente, creo que la ópera va a dar la vuelta a todo el mundo", añadió Flack.


Mientras esto llega (o no), el estreno atrajo a numeroso publico que sobrepasó con creces las sillas instaladas para la ocasión frente al escenario, pequeño pero suficiente para un piano de cola y los componentes de la coral borjana Vientos del Pueblo, que, con esta actuación, ponía el colofón a su 50 aniversario. Esmeralda Jiménez fue la encargada de dirigir a las voces líricas, que interpretaron a personajes (adaptados libremente o inventados) como el alcalde de Borja, el hijo de Cecilia y su mujer y hasta el fantasma de Elías Martínez. Fueron nueve canciones, arregladas musicalmente por Paul Fawler, con sones de jota o zarzuela, y que se cantaron en español con ripios como "¡Cómo está el país, necesito una copa de anís!".


La cosa tuvo más de familiar que de gran fasto. Entre el público hubo, sobre todo, borjanos. Pero también visitantes. Como Ana Barés, una barcelonesa conocedora de la zona para quien la historia del eccehomo, "más allá de todo esto (señalando al escenario), es la historia de Cecilia".

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