Ser miembro del Circo del Sol, el sueño de trabajar en un mundo de sueños

Desde este miércoles y hasta el domingo esta compañía canadiense estará en Zaragoza con su espectáculo Varekai.

Ensayo del espectáculo 'Varekai' en Zaragoza.
Ensayo del espectáculo 'Varekai' en Zaragoza.
EFE

Trabajar en el onírico universo del Circo del Sol es uno de los grandes sueños para cualquier profesional de las artes escénicas por su prestigio y la gran riqueza de sus espectáculos.


Desde este miércoles y hasta el domingo esta compañía canadiense estará en Zaragoza con su espectáculo Varekai, una obra inspirada por el mito de Ícaro que cuenta la historia de un joven que cae del cielo a un mundo extraordinario que se encuentra en la cima de un volcán.


Una de las artistas que participan en el espectáculo es la bailarina de 'break-dance' y acróbata de Granollers (Barcelona) Jessica Heredia, quien comenzó a trabajar con la compañía después de realizar una prueba de danza en la ciudad condal.


Heredia afirma que fue inesperado para ella que la seleccionaran pero que, "poco tiempo después" de realizar la prueba, la incorporaron al espectáculo.


Para ella, que comenzó su recorrido en la gimnasia deportiva, trabajar en el Circo del Sol era "un sueño inalcanzable, llegar a la cima de todo acróbata o incluso bailarín" y, tras casi tres años en la compañía, afirma que todavía siente "el gusanillo" cuando pisa el escenario y piensa que ha llegado hasta allí.


El madrileño Josema Pizarro es músico y entró a trabajar en el Circo del Sol tras recomendarle un amigo que lo intentara, ya que consideraba "que daba el perfil" adecuado para ello.


Su capacidad de improvisación y su versatilidad, ya que es capaz de tocar hasta 20 instrumentos musicales diferentes en el espectáculo, fue la llave que le permitió entrar en esta empresa. Para Pizarro, que también ha tocado con bandas de rock como Mago de Oz, pertenecer al Circo del Sol es como "tocar un poquito el cielo", además de "una gran satisfacción".


Otro de los integrantes de este espectáculo es el artista brasileño Raphael Botelho, quien interpreta a un ángel con las alas y los pies rotos que se mueve con muletas y que cayó antes que Ícaro en el universo caleidoscópico de Varekai, un personaje áspero pero que intenta ayudar al protagonista.


Explica Botelho que preparó las acrobacias y la interpretación del ángel durante siete meses en Montreal (Canadá) y que llegó a "tener pesadillas" por la oscuridad del personaje y la dedicación que invirtió en ello, un proceso "muy duro" pero "muy rico".


Tuvo la oportunidad de vivir su estreno en la compañía en su propio país, en la ciudad de Sao Paolo y, tras cinco años dentro, este experto en 'capoeira' y 'break-dance' afirma que trabajar para esta empresa circense es "un sueño que se convirtió en realidad".


El Circo del Sol fue fundado en 1984 en Québec (Canadá) por 20 personas y cuenta en la actualidad con 1.300 artistas en plantilla de unas cincuenta nacionalidades distintas


En su recorrido, ha llegado a más de 40 países y de sus espectáculos han podido disfrutar unas 155 millones de espectadores desde que comenzara su andadura hace más de 30 años.


Varekai, que en lengua romaní de los gitanos quiere decir 'en cualquier lugar' está dirigido por Dominic Champagne y es un homenaje escénico al arte y a la tradición del circo.


En este espectáculo, se puede disfrutar de un gran número de actos como correas aéreas, danza georgiana, columpios rusos, volteretas sincronizadas o equilibrios sobre bastones además de, como es habitual en la compañía, una belleza especial en la escenografía y los vestuarios.


La compañía circense llevará este fantasioso espectáculo que fusiona el drama y la acrobacia, además de a Zaragoza, a Santander, Granada y Murcia durante el mes de julio para, posteriormente, visitar otros países.

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