Una zaragozana compite en el 'MasterChef' de la fotografía de Europa

La joven fue seleccionada entre 5.000 aspirantes y participa con otros 11 candidatos en el concurso de talentos que presenta Isabella Rossellini y emite en julio Sky Arts.

Isabella Rosellini y los miembros del jurado: Oliviero Toscani, Rut Blees Luxemburg y Simon Frederick.
Isabella Rosellini y los miembros del jurado: Oliviero Toscani, Rut Blees Luxemburg y Simon Frederick.
Master of Photography

¿Qué hacen dos alemanes, dos italianos, dos ingleses, un croata, un austríaco, un francés, un escocés, un ruso y una española (de Zaragoza) en un programa de televisión presentado por la actriz Isabella Rosellini? La respuesta a esta pregunta que suena a chiste es concursar para lograr el título de mejor artista emergente europeo en el campo de la fotografía.


Marta Lallana García (Zaragoza, 1994) es una de los doce participantes en 'Master of Photography', un concurso de talentos de mecanismo similar a 'MasterChef' que comenzará a emitirse el jueves, 21 de julio, por el canal Sky Arts en varios países europeos como el Reino Unido, Alemania, Italia y Austria.




Marta Lallana, en el vídeo en el que aparece en la web de Master of Photography.


Durante ocho episodios, las pruebas de fotografía que hagan los concursantes serán sometidas al veredicto de un estricto jurado integrado por el italiano Oliviero Toscani, artífice de las polémicas campañas de Benetton; la alemana Rut Blees Luxemburg, artista especializada en fotografía urbana de gran tamaño; y el británico Simon Frederick, cuyos retratos de famosos son cada vez más valorados. 


El ganador recibirá un premio de 150.000 euros y un reconocimiento muy especial: la última fotografía realizada en el programa será donada a un importante museo europeo cuyo nombre todavía no ha sido desvelado.La concursante más joven

Se preguntarán cómo ha llegado Marta Lallana, la más joven de los doce fotógrafos aficionados y profesionales que compiten, a ser seleccionada entre 5.000 aspirantes de Europa para participar en un programa de un canal al que están suscritos 21 millones de europeos. Ni ella misma sabía dónde se metía cuando llegó a sus manos la convocatoria del concurso, donde no se desvelaba ningún detalle de lo que luego se encontró.


Ahora que las intensas semanas de grabación han acabado, y que mientras tanto ha terminado con éxito el tercer curso de Cine en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, repasa el cúmulo de circunstancias encadenadas que le abocaron al programa. “Estudié el bachillerato artístico en la Escuela de Arte de Zaragoza porque me sentía muy a gusto en el campo de la pintura y la imagen. Luego me planteé estudiar Cine en la Pompeu Fabra, el mejor referente en este campo, aunque tuve que esperar un año para matricularme porque había asignaturas de la selectividad que no me servían para entrar”.


Pero en 2013 cumplió su deseo y descubrió una atracción especial por el campo de la dirección fotográfica. Esa inquietud le llevó a apuntarse el verano pasado con una amiga al festival italiano Cinema da Mare, donde durante mes y medio recorrió el país grabando un corto en cada ciudad. “Allí te tenías que organizar tú, pero a la vez era un rodaje muy colaborativo, me gusta mucho trabajar en equipo”.Un vídeo de presentación en pijama

La experiencia le dejó, además del aprendizaje, excelentes amigos con quienes comparte la pasión por el cine, entre ellos un grupo de Georgia. Poco después se animó a comprar una cámara de fotos reflex que estrenó en una visita a sus amigos georgianos. “Iba por la calle en Tiflis fotografiando de forma intuitiva aquello que me llamaba la atención”. Y fueron precisamente las fotos que captó en ese recorrido en Tiflis las que le dieron el pasaporte al programa televisivo. “Mi madre me envió un enlace a un concurso fotográfico. Fue su mejor amiga la que lo vio y le puso en la pista de que quizás me podía interesar participar. Yo estaba en plenos exámenes y acabando trabajos que debía entregar, así que solo reparé en que tenía que enviar unas fotos que hubiera hecho”. Pero cuando iba a remitirlas se dio cuenta de que además le pedían un vídeo de presentación. 


“Pensé: ‘qué raro’, porque reconozco que no me había leído detenidamente las bases. Entonces supe que era un concurso televisivo, pero no daban más detalles, creí que era una masterclass como otras de las que nos habían hablado en la Universidad, una de ellas dirigida precisamente por Toscani”. Así que se grabó en la habitación, con el pantalón del pijama, una camiseta y la huella evidente de los exámenes en forma de ojeras. “¡Fue penoso!”, se ríe ahora, todavía asombrada de que la seleccionaran entre tanto candidato.


Era diciembre y dos semanas después la llamaron para conocerla mejor. “Yo seguía sin ser consciente de dónde me estaba metiendo. Los tres guionistas del programa me hicieron una entrevista por videoconferencia y me preguntaron sobre mi interés por la fotografía”.


Después de aquello, Marta se olvidó del concurso, hasta que a principios de enero, de vacaciones de Navidad en Panticosa, recibió un correo electrónico en el que le pedían documentación que debía entregar en cinco días. “Hablé con la Universidad para saber si, en caso de ser elegida, disponía de tanto tiempo para estar ausente de clase. El jefe de estudios me animó sin dudarlo, me dijo que era una oportunidad que no podía dejar escapar”. Así que mandó todo el papeleo sin saber que ya entonces era una de las concursantes elegidas."¿Qué hago entre gente que me supera en edad y conocimientos?"


A mediados de enero comenzó su aventura televisiva. Viajó de Barcelona a Roma, donde le desvelaron por fin toda la información del programa. “Al saber que lo presentaba Isabella Rosellini es cuando pensé: ‘¿dónde me he metido?’. Imagina la emoción que supone para una estudiante de Cine estar tan cerca de una actriz de su talla, hija nada menos que de Roberto Rosellini e Ingrid Bergman”. Luego supo que además es un encanto. “Siempre estaba feliz, amable, tranquila, sonriendo…”.




Las dos semanas en Roma previas al inicio de la grabación fueron las más duras. Les enseñaron los equipos que iban a utilizar, las cámaras Leica, y la dinámica de los programas. Es cuando conoció a los otros once participantes, con los que estaba alojada en una residencia. Entre ellos había profesionales de la fotografía que ya se habían labrado una trayectoria, mientras ella, se decía, apenas podía aportar un puñado de fotos. “Fueron los días más difíciles. Pensaba '¿qué hago aquí entre gente que me supera en edad y en conocimientos?' . Hasta me costaba decir que era fotógrafa, ¡solo había sacado una vez en mi vida la cámara! No creía en mí misma, me sentía empequeñecida, no sabía qué habían visto en mí. Pensé que iba a hacer el ridículo".


Durante ese tiempo se sintió perdida, fuera de lugar, con miedo y con la sensación de que no iba a poder dar todo lo que se esperaba de ella. 

La presión no descendió durante la grabación de los programas, pero sí empezó a coger confianza en sí misma cuando veía que alguno de sus trabajos recibían el beneplácito de prestigiosos fotógrafos internacionales que, al margen del jurado, también aparecerán en el programa. "Quizás sí pinto algo aquí", pensaba entonces la joven zaragozana.


Madrugones para coger vuelos a las ciudades donde se desarrollaban los episodios, horas y horas ininterrumpidas de rodaje, la sombra de una cámara a cada paso que daba… y, sobre todo, estar siendo constantemente juzgada, en el punto de mira tanto de las cámaras como de los jueces. Tan sumergida estaba en el concurso que ahora no recuerda qué hizo el día 21 de febrero, fecha en la que cumplió 22 años. Cómo explicar las imágenes en inglés delante de las cámaras


Los rodajes en inglés también fueron, en cierto modo, una dificultad añadida. "Tenía  aparcado el inglés desde que acabé Secundaria en el Colegio Británico. Veo películas en versión original, pero no he seguido estudiando el idioma. A la hora de explicar ante el jurado qué había querido decir con mi fotografía me resultaba más complicado exponerlo en inglés que en mi idioma materno. Pero en cualquier caso lo que más me ha costado es acostumbrarme a las cámaras, prefiero estar detrás que delante del objetivo". (Este punto queda meridianamente claro cuando el fotógrafo de HERALDO Oliver Duch le pide que pose. Marta se pone en tensión y se toma su tiempo hasta esbozar, por fin, una sonrisa relajada).  


La benjamina del concurso ha aprendido mucho de esta experiencia, pero al escuchar sus palabras se adivina que también ha dado lecciones de humildad, una cualidad que escasea en los platós de televisión. 


El concurso ha puesto a prueba la capacidad de los aspirantes para fotografiar, seleccionar las imágenes, editarlas e imprimirlas en un tiempo determinado. Además, se valora su creatividad y cómo se desenvuelven bajo una presión extrema. Marta no puede desvelar quién es el nuevo talento europeo en el campo de la fotografía. Pero nosotros sí podemos decir que falló en su pronóstico y no hizo el ridículo. Seguiremos informando.

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