​Una oportunidad de cine para encontrar un hogar

Nepo salió de la perrera de Huesca en 2012 y desde entonces ha ido de refugio en refugio. Algo parecido le ocurrió a India, rescatada en la perrera de Mérida, en Badajoz, en 2014 y a los hermanos John y Peter, que salieron de Sevilla de cachorros y jamás han tenido un hogar. Son cuatro historias muy distintas pero con algo en común: Nepo, India, John y Peter son cuatro perros invisibles que buscan un hogar.

Así los describe Nuria Rubió, directora del cortometraje aragonés ‘Cuando Lucas encontró a Eva’ de Tiramisú Producciones. Se trata de una pieza audiovisual que cuenta entre su elenco canino con estos cuatro perros, que actualmente permanecen en una casa de acogida en Zaragoza. En su ocasión, el mundo del cine les ha ofrecido una oportunidad con el objetivo de que encuentren lo antes posible una familia.

A pesar de tratarse de un corto de ficción, quieren tratar de hacer su sueño realidad: “Apostamos por el compromiso con la adopción animal, no solo en la historia de ficción sino con esta iniciativa de que estos cuatro animales sean adoptados ya que llevan mucho tiempo en busca de un hogar”, explica la directora. “Para nosotros es un gran reto por muchas cosas. Es nuestro primer cortometraje, rodamos íntegramente de noche con más de una docena de perros y seguramente llueve”, asegura.

Como explica Rubió, se trata de una historia mucho más real de lo que parece: “En ocasiones son los perros los que nos eligen a nosotros y no al revés. Hay muchas personas que están muy abandonadas y buscan que les rescaten. Los perros también nos rescatan a nosotros”. Y eso es lo que le pasó a Sara Vallés con Lucas, su galgo. Es precisamente en la historia de su rescate en la que se basa la trama de ‘Cuando Lucas encontró a Eva’, cuyo rodaje se lleva a cabo este fin de semana en Garrapinillos, Zaragoza.

“Fue en 2010, acudimos al aviso de un rescate a un lugar en ruinas, y solo nos pudimos llevar a un perro en el primer momento. Ese es Lucas”, recuerda Vallés. “Cuando lo rescaté acabábamos de perder al perro de nuestra familia, lo apadriné y me hice cargo de él durante un tiempo y al final lo adopté porque le cogí cariño”, añade. “Recuerdo la noche del rescate con mucha ilusión, como todos los rescates. Es algo muy gratificante y que te hace crecer como persona”, concluye.

Once perros

El equipo del cortometraje está formado por un equipo técnico y artístico de más de medio centenar de personas y de un elenco canino de once perros. Además de los cuatro perros en adopción, cuentan con Onza, Peduga, Skun, Zumba, Lucas, Tiramisú y Lukas. La mayoría no son actores, pero sí que tienen aptitudes de estrella, como expliac Isabel Muñoz, adiestradora encargada de que estos animales cumplan su papel durante el rodaje.

“Lo más importante es que estén tranquilos y no se cansen. Sobre todo la cachorrita protagonista, Onza, que es la que más trabajo lleva”, explica Muñoz, que asegura que al tratarse de la historia de un rescate facilita bastante las cosas. “Al final tiene que tener comportamientos muy naturales, hemos tenido un ensayo con ellos y todo salió bien. Es un elenco muy diverso, pero todos se portan muy bien”, concluye.