Vázquez-Figueroa: "Europa está siendo todo lo malo que se puede ser: hipócrita, cínica y egoísta"

El escritor acaba de publicar su último libro, 'La barbarie'.

Alberto Vázquez Figueroa
Alberto Vázquez Figueroa

El periodista y novelista Alberto Vázquez-Figueroa describe en su última novela, 'La barbarie' (Ediciones B), la situación actual del mundo, en el que, según declara en entrevista, "nos despertamos cada día con un susto y nos acostamos con otro".


Mezcla de reportaje, ficción y narración autobiográfica, la novela, que se ha presentado este miércoles, le ha servido también al autor para sacar "la amargura" que lleva en su interior.


Dicha "amargura" consiste en su incomprensión, su rechazo y su desasosiego ante problemas como el de los refugiados, el auge del terrorismo yihadista o la codicia de unos cuantos frente a la miseria de muchos.


Vázquez-Figueroa, autor de más de sesenta títulos y varios guiones cinematográficos, se asombra de que, en un mundo en el que millones de personas se mueren literalmente de sed, unos cuantos se preocupen en proyectar un viaje a Marte para comprobar si allí puede haber agua.

"De los 7.000 millones de habitantes de la Tierra, la mitad no necesita un litro de petróleo, pero todos necesitamos dos litros de agua al día", señala categóricamente.


"¿A quién le importa si hay agua en Marte? (...) ¿Cómo es posible que una botella de menos de medio litro de agua cueste un euro y un litro de gasolina cueste también un euro?", se pregunta el novelista.


La obsesión de Vázquez-Figueroa por el agua queda patente en muchas páginas de la novela, en cuyo epílogo relata que hace 19 años patentó un sistema integral para desalar agua de mar que no producía salmuera y a bajo coste.


Dicho proyecto, por el que se interesó la empresa estatal TRAGSA y que podría haberse aplicado en la costa occidental de Almería, quedó paralizado en junio de 2006, cuando la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ordenó "archivar los estudios" y construir desaladoras de alto consumo.


Al parecer, señala el novelista en el citado epílogo, el proyecto quedó invalidado, según se indicó oficialmente, porque con ese sistema integral de desalado "se podían electrocutar las gaviotas."


"Incomprensiblemente, nueve años de trabajo y dos mil páginas de planos, fórmulas y presupuestos se 'traspapelaron'", escribe con amarga ironía.

Entretanto, relata, el ministerio "invirtió 3.200 millones de euros en 53 desaladoras de alto consumo, pero solo se terminaron seis, que funcionan al diez por ciento de su capacidad".


"Si Kafka hubiera vivido en este tiempo, se habría pegado un tiro", afirma el escritor, quien califica su novela de "rara" porque básicamente es "un desahogo".


"La barbarie no es solo violencia, ni tampoco se puede ceñir al ámbito político o social; es algo mucho más amplio, que nos envuelve y de lo que nos damos cuenta, pero muchas veces no podemos hacer nada" por impedirlo, comenta.


"¿Qué podemos esperar de un mundo en el que (George W.) Bush pudo llegar a presidente de los Estados Unidos y, encima, ser reelegido", se pregunta.


Uno de los personajes de la novela comenta: "estamos asistiendo a una repetición de la caída del Imperio Romano".


En este sentido Vázquez-Figueroa afirma que "el Imperio Romano empezó a caer por la llegada de los bárbaros, en el caso del imperio de Occidente, y de los musulmanes, en el de Oriente. Hoy, realmente, Europa se está islamizando a una velocidad asombrosa y por razones demográficas."

"Los musulmanes no tienen necesidad de poner bombas porque dentro de 40 años Europa va a ser musulmana", comenta el escritor con sarcasmo.


"Ahora lo que importa es que un jeque árabe se puede comprar cinco 'lamborghini', alguno incluso recubierto de platino, mientras otros seres humanos, muchos también musulmanes, se mueren en la miseria", afirma Vázquez-Figueroa.


El autor, quien durante su carrera periodística viajó por los cinco continentes y se dedicó sobre todo a ejercer como corresponsal de guerra, se muestra también muy crítico con el papel que está desempeñando la Unión Europea (UE) en la presente situación.


"La UE está siendo todo lo malo que se puede ser: hipócrita, cínica, egoísta" y ante esto -destaca- "la sociedad reaccionaría de otra manera si no estuviera presionada, si no estuviera recibiendo una información sesgada."


"Este libro es el resultado de una vida de lucha y decepciones, de pena y de cansancio, de aborrecimiento de los políticos. Aquí se contienen las cosas que quería decir y las he dicho", afirma Vázquez-Figueroa.


El novelista, sin embargo, tiene la sensación de que podría haber seguido escribiendo un texto más largo.


"Desde que terminé la novela, el pasado enero, ya han pasado muchas más cosas, como el asunto de los papeles de Panamá", comenta.

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