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La venta de oro en Zaragoza ya no es "por necesidad"

En la capital aragonesa quedan en torno a 20 tiendas de 'compro oro' frente a las 100 que surgieron a raíz de la crisis económica de 2008.

Uno de los establecimientos que compran oro en Zaragoza.
Uno de los establecimientos que compran oro en Zaragoza.
Heraldo.es

El oro es un valor seguro y siempre tiene su clientela. También en Zaragoza, aunque atrás quedó el bum de las tiendas de 'compro oro' a raíz de la crisis económica de 2008. "Ahora han descendido bastante, pero siguen teniendo clientes. En casi todos los barrios hay uno o dos establecimientos de este tipo", señala Fernanda Blanco, presidenta de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA).

Según fuentes del sector, en la ciudad quedan en torno a 20 tiendas con permiso frente a las 100 que llegó a haber hasta 2012 (incluso en centros comerciales). Además, para sobrevivir han tenido que diversificar sus servicios. "Desde 2013 hasta el día de hoy han ido disminuyendo. Como pasó en su día con las inmobiliarias, surgieron muchas pero cerraron más de la mitad. Han quedado los establecimientos que dan más servicios que el compro oro: como cambio de divisas, taller de joyería, venta de joyas de segunda mano, etc", explican los responsables de la Joyería Goldstein, en la avenida de San José desde el año 2010.

En su caso la compra de oro es un tema más de los que tocan, ya que cuentan con un taller propio de joyería y relojería. "Y vendemos alianzas, anillos de pedida y alta joyería de ocasión, entre otros objetos. También hacemos tasaciones para juzgados o herencias", añaden.

Asimismo, el perfil de las personas que acuden a una tienda de 'compro oro' ha cambiado sustancialmente en los últimos años. "En su inmensa mayoría no son personas que venden por necesidad. Nosotros atendemos a gente que tiene piezas que han caído en desuso. Las modas, los gustos y el estilo cambian y ya no desean esas piezas. Venderlas es fácil y sencillo; solo hace falta el DNI y ser mayor de edad", indican los dueños de la Joyería Goldstein.

Registro de datos y comprobante de la transacción

Por su parte, estos establecimientos tienen la obligación de registrar los datos de quien vende la joya y tenerlo a disposición de las autoridades policiales por si surge alguna investigación sobre su procedencia. Desde la UCA, advierten de que es "importante" que se exija un comprobante de la transacción realizada con la finalidad de tener una garantía de la venta. En el caso de que la operación se haga a través de una compañía 'online', esta organización de consumidores recomienda asegurarse de que la web tiene un sello de calidad como TRUSTe. "Este sello certifica que las empresas que lo obtienen cumplen con los requisitos de privacidad establecidos por TRUSTe sobre la recogida de información personal y el cumplimiento de determinados marcos regulatorios", destaca.

La gente se desprende de todo tipo de objetos: desde broches, pendientes o colgantes hasta dentaduras de oro y lingotes. Por lo general, en España las joyas de oro tienen 18 quilates (en el sello numérico de las piezas se indica el porcentaje de pureza del metal) frente a los 24 del oro puro y su destino es la fundición.

Calcular su valor en varias tiendas

En el caso de la Joyería Goldstein, los clientes suelen llevar para vender joyas grandes "que en el contexto actual son completamente imponibles". "Pulseras con horóscopos y monedas y cadenas gruesas en oro amarillo; las denominadas 'joyas de peso'. También 'relojes joya' que se llevaban de los años 60 a los 80 y que casi hace falta lupa para ver la hora. En la actualidad, los relojes de señora se llevan de calibre grande -de 34 mm para arriba- y se demandan piezas de diseño más pequeñas en oro blanco, rosa, etc. Además, la gente joven no valora las joyas y compran más en plata, que les hace el mismo servicio por un precio mucho más bajo", comentan.

Antes de vender, la organización que dirige Fernanda Blanco aconseja calcular el valor de los objetos en diferentes establecimientos. "Hay que tener en cuenta el peso y la pureza del oro de las piezas que deseamos vender. Y dado que el precio del oro no es cerrado, no dudes en intentar negociar si se presenta la oportunidad", avisan.

Coronavirus

El oro, un valor refugio en tiempos de incertidumbre, está estos días a un precio alto. A la guerra comercial entre Estados Unidos y China se ha sumado la crisis del coronavirus, que ha hecho que su cotización se dispare. Por ejemplo, este lunes subió un 2% y tocó nuevos máximos desde principios de 2013 (por encima de los 1.680 dólares por onza).

Fuentes del sector señalan que este es un buen momento para vender y comprar oro. "Se sigue comprando oro para invertir porque se cree que si hoy estamos a récord podría pulverizarse en un momento determinado", aseguran. No obstante, subrayan que nadie puede prever su comportamiento. "Todo son conjeturas e hipótesis", concluyen.

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