La IX Feria de Antigüedades Ciudad de Zaragoza, que se inaugura hoy a las 11.00, es, en realidad, el paraíso del pequeño coleccionista. Un simple vistazo a lo que han traído los expositores revela cómo ha evolucionado un mercado tan sensible como éste. Aunque en los ‘stands’ hay un poco de todo –suman más de 30.000 piezas–, no se observan tendencias predominantes como en otros años. No se lleva ya el mueble antiguo, ni la pintura, ni lo rústico, que también tuvo su época. Desde hace un tiempo lo que prima es el coleccionismo de objetos pequeños –desde postales a miniaturas de coches, pasando por álbumes de cromos, cámaras fotográficas, juguetes, sifones o estilográficas, por poner un ejemplo. Y, sobre todo, lo que viene pisando fuerte es lo ‘vintage’, objetos y muebles de cierta antigüedad y aire retro. Esteban Giner, uno de los organizadores de la feria zaragozana, aún añade una tendencia más. "Está subiendo mucho todo el arte oriental –asegura–. Vienen muchos chinos a comprar a las ferias".

En este contexto, esta mañana se inaugura la novena edición de la cita zaragozana, que reúne a 45 anticuarios y almonedistas llegados de todos los puntos de España y de países como Francia, Holanda y Reino Unido. Nueve de ellos son aragoneses. "Aunque ya no se vende como hace cinco años, para nosotros es importante estar aquí –señalaba ayer Manuel García, uno de los zaragozanos que participa en la muestra–. Aunque solo sea para que nuestros clientes vean que seguimos vivos... y trabajando".

Joaquín Muniagurría, gerente de Curiosity Antic, la empresa que la organiza, aseguraba ayer que "hay lista de espera para participar en el encuentro de Zaragoza. Hay más gente que quiere participar de la que realmente cabe, así que lo que hacemos es seleccionar a los asistentes buscando, ante todo, que el público encuentre variedad, desde muebles de alta época a discos de vinilo".Tendencias según ciudades

Curiosity Antic es una empresa especializada en la organización de este tipo de encuentros y, además de los de Zaragoza (uno en febrero y otro en septiembre, aunque este último no se celebrará este año), prepara los de Murcia, Irún, Sevilla, Santander, Salamanca, Sevilla y Vitoria. En cada una de estas citas hay cosas que se ‘llevan’ más que otras. Así, por ejemplo, en Sevilla se vende bien el arte religioso. En Zaragoza, sin embargo, aparte de lo ya citado, se busca, por ejemplo, platería antigua, navajas y, sobre todo, mantones de Manila que luego se puedan lucir en la Ofrenda.

En la feria hay objetos desde un euro, como postales románticas, a muebles, pinturas o esculturas de varios miles, si bien es cierto que escasean las grandes piezas y que los precios parecen más baratos que en citas anteriores. "La crisis se está notando, y no queda más remedio que trabajar con unos márgenes muy reducidos –apunta Esteban Giner–. Compramos más barato y, si hay un mínimo beneficio en la oferta del cliente, lo más seguro es que se acabe llevando la pieza a casa. La reducción de precios es aún más evidente en los muebles antiguos, especialmente si son grandes. Los anticuarios los estamos dando a precios muy baratos, al costo o incluso por debajo. Y no exagero. Son piezas que resultan muy difíciles de vender en la actualidad y que ocupan mucho espacio".

En la feria se puede regatear, como es tradicional, y tiene además un foco de atracción esta tarde. Cada anticuario ha aportado objetos para que sean subastados entre el público, y el comité organizador ha seleccionado medio centenar de ellos para ser ofrecidos con precios de salida muy bajos: 1, 5, 10 euros... Al principio de la subasta el público se cohíbe más, y ahí el pujador avezado puede hallar algún chollo.

El domingo, además, se celebra un sorteo de 200 euros en compras entre el público asistente a la feria, otro atractivo más para los miles de personas que volverán a darse cita este fin de semana en la Multiusos.