Hervidero balcánico en la Berlinale

El director bosnio muestran en Berlín el hervidero de los Balcanes con 'Smrt u Sarajevu. Mort à Sarajevo'.

El actor francés Jacques Weber (dcha) posa junto al autor galo Bernard-Hneri Levy (izda) y el director bosnio Danis Tanovic (centro) durante la presentación de la película 'Mort à Sarajevo'
El actor francés Jacques Weber (dcha) posa junto al autor galo Bernard-Hneri Levy (izda) y el director bosnio Danis Tanovic (centro) durante la presentación de la película 'Mort à Sarajevo'
Efe

El director bosnio Danis Tanovic trasladó este lunes la Berlinale al hervidero de los Balcanes con 'Smrt u Sarajevu. Mort à Sarajevo', un filme que parte del atentado de 1914 para retratar los abismos persistentes en esta parte de Europa que aspira a ingresar en la UE.


El microcosmos del 'Hotel Europa', un establecimiento que vivió su esplendor en las Olimpiadas de 1984, es el lugar elegido por Tanovic para un filme que impactó en el festival y eclipsó a su gran rival del día, 'Alone in Berlin', interpretado por Emma Thompson.


"El proyecto nació a propósito del centenario del atentado de Sarajevo. La idea inicial era adaptar una pieza teatral. Pronto vimos que necesitábamos más espacio", explicó Tanovic, quien reservó ese reducto teatral inicial -una habitación- a un gran actor, Jacques Weber, ensayando un discurso para el centenario.


El hotel es el protagonista y ahí discurre uno de esos guiones en los que nada es superfluo y donde cada escena encierra un mundo.


La azotea es un plató donde un equipo de televisión hace circular un invitado tras otro, de historiadores a políticos, para evocar el asesinato de Francisco Fernando de Austria, el 28 de junio de 1914, hasta que a la entrevistadora le cae como interlocutor un serbio llamado Gavrilo Princip, el mismo nombre del autor del atentado.


Mientras, entre la cocina y el sótano se masca una huelga, aprovechando que ese día habrá invitados ilustres, con personajes que dicen todo sólo con moverse, desde la perfecta y esbelta recepcionista y su madre, empleada de la lavandería, a los matones que tienen arrendada la discoteca y puticlub.


Desde el primer plano al último es una joya, fílmica y de contenido, y con ella Tanovic regresó a la competición de un festival en el que en 2013 ganó el Premio Especial del Jurado y un Oso de Plata para el actor Nazif Mujic con 'An Episode in the Life of an Iron Picker' ('La mujer del chatarrero').


La acompañaba, además del magnífico actor Weber, el filósofo y escritor francés Bernard Henry-Levy (la película está basada en su obra, 'Hotel Europe'), quien entendió en la rueda de prensa que el protagonista no era él, sino Tanovic y se limitó a recordar que este mismo lunes Bosnia pedía el ingreso en la Unión Europea (UE).


La película fue aclamada en el pase de prensa, en una jornada en que se esperaba también a competición 'Alone in Berlín', dirigida por el suizo Vincent Perez y con Emma Thompson de regreso a ese festival, tras años de ausencia en la Berlinale.


Basada en una novela del escritor suizo Hans Fallada 'Jeder stirbt für sich allein', Thompson y su "esposo", Brendan Gleeson, se ponen en la piel del matrimonio nazi que pasa a idear su propia resistencia al caer en combate su único hijo.


"Es un matrimonio que de pronto despierta del silencio de años y se reencuentra en medio del dolor", resumió Thompson. Su respuesta es depositar las postales anónimas que escribe meticulosamente el marido en distintos puntos de la capital del Tercer Reich, alertando de la monstruosidad del nazismo.


Hasta 285 llegarán a escribir antes de caer detenidos, rehabilitados como un matrimonio que superó el silencio de años y preparados para "morir en paz", explicó Thompson.


Al reto de adaptar al cine una novela como la de Fallada se une que el filme nace con el pecado original de haber rodado en inglés una historia muy alemana, en el Berlín de Adolf Hitler.


Ni siquiera la magnífica Thompson y su igualmente espléndido marido consiguen que se les haga perdonar algo que Perez -hijo de alemana y español, según recordó varias veces- trató de justificar ante los medios con el internacionalismo del mundo actual, el suyo propio, el del cine o el de su equipo.


"De habernos decidido a rodarla en alemán ahora solo estaría aquí Daniel Brühl", dijo respecto a este actor, de nacionalidad germano-española, a quien en la Berlinale se le reprochó que no acababa de encajar como policía nazi expresándose en inglés.


No es eso lo único que no funciona. La interpretación, fuera del dúo protagonista, no es creíble, como tampoco lo es la puesta en escena en un Berlín en que a cada escena aparecen subiendo o bajando escaleras dos o tres oficiales o soldados nazis, como si se tuviera que recordar a cada rato de qué se trata ahí.


La tercera película a competición de la jornada, 'Chang Jiang Tu', del director chino Yang Chao, actuó de bálsamo, uno de esos exponentes de película de prodigiosa fotografía que sigue el discurrir de una barcaza por el Yangtsé permanentemente en brumas.


Mucha poética visual y diálogos escuetos, en uno de esos filmes asiáticos donde el espectador acaba dejándose mecer y olvidándose del argumento.

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