​El pintor aragonés Jesús Monge se lanza a la conquista del público madrileño

Una veintena de óleos sobre lienzo componen la muestra que se podrá contemplar hasta el 29 de febrero en la galería Atalante.

'Calle de Alcalá', de Jesús Monge
?El pintor aragonés Jesús Monge se lanza a la conquista del público madrileño

Tras el éxito de sus dos últimas exposiciones individuales en Zaragoza, el artista aragonés Jesús Monge ha decidido este año dar el salto y lanzarse a la conquista del público madrileño, al que mostrará que tras el gris del asfalto de su ciudad se esconden una atmósfera y colores desconocidos.


'De Sol a Cibeles' es el título que Monge ha elegido para esta muestra en la que no solo exhibe algunos de los tramos de vías más emblemáticas de Madrid, sino que transporta al espectador hasta románticos atardeceres de las playas de Cádiz, una escena cotidiana de Venecia o un bosque centenario de Austria.


Son cerca de una veintena de óleos sobre lienzo desde pequeño formato hasta un tamaño de 176 por 125 centímetros que se podrán contemplar del 9 al 29 de febrero en la galería Atalante.


Con sus imágenes de las vías madrileñas, más que en el paisaje urbano, el artista se centra en el suelo y en los brillos y reflejos que surgen cuando se mojan.


Es el caso de un rincón nocturno del Paseo del Prado donde las luces de faros y farolas parecen jugar a esconderse entre los tirabuzones de los chorros de agua de una fuente que se derraman por la acera.


"No pinto barcos, ni edificios ni calles" sino "la atmósfera romántica y un punto melancólica", ha explicado Jesús Monge.


Por eso busca especialmente días de lluvia, fuentes, charcos e incluso la niebla para tomar las fotografías que luego trasladará al lienzo donde plasmará aquellos elementos que pasan desapercibidos en el devenir diario.


Monge no oculta defectos, pinta incluso los cubos de basura con sus desperdicios, ni busca calles o playas vacías, porque quiere que en sus cuadros haya vida y así también hace hincapié en la expresividad y en los gestos de las personas que aparecen en él, sin perder, asegura, el horizonte de la estética, la proporción y el buen gusto.


Aunque el realismo de sus obras les hace parecer fotografías, cada cuadro tiene un sello personal y se centra en detalles precisos para captar la atención como ocurre en el atardecer de la calle de Alcalá, donde satura la iluminación artificial para convertirla en protagonista.


Enamorado de las playas de Cádiz, juega con los contraluces de los atardeceres por medio de una luz "amortiguada y domesticada", en lo que Monge define como la "antítesis" de Joaquín Sorolla.


Venecia también es una constante en su obra y para esta exposición ha elegido una vista cotidiana de la ciudad de los canales, que no es "la típica imagen comercial" y en la que el agua vuelve a ocupar el primer plano.


Jesús Monge ha realizado sus principales trabajos en el ámbito del diseño tanto de obra civil como de interiores de grandes empresas, de la mano de arquitectos como Joaquín Maggioni o Teresa Gabeiras.


Como escultor, destaca el paso de un Cristo yacente a tamaño natural, basado en el estudio detallado de la Sábana Santa de Turín y que donó a la parroquia de la localidad oscense de Castejón del Puente.

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