Salvador Robles Miras (Águila, Murcia, 1956) es periodista de ‘El Correo Español-El Pueblo Vasco’ y trabaja en documentación. Alterna los relatos y las novelas. Acaba de publicar en M.A.R. editor ‘La exclusiva del asesino’, que es una novela policial un tanto infrecuente: se produce un crimen, el de la bella modelo Patricia Serra, y se sabe quién es el asesino. Lo sabe el lector, aunque no la policía, que encuentra en cambio un culpable demasiado perfecto en el consolidado y elogiado crítico de cine, Daniel Velasco, que firma Dan Lasco, quien además había sido su novio.

La novela arranca con un ritmo trepidante: Patricia llama a Daniel, le ruega que se vean un instante en plena noche; se encuentran, discuten, se reprochan cosas, y él le revela que se va a casar en breve con una joven periodista argentina, Dulce María. Pese a ello, Patricia sigue amándolo, la atracción carnal entre ambos es rotunda y Daniel cede y le oye decir que lleva dos faltas en la regla. Salvador Robles explica: “Es la novela planteo una cuestión capital: las palabras no son inocentes; somos la voz que tenemos. Y esta voz, cuando se fundamenta en informaciones carentes de rigor, puede arruinar muchas vidas”.

La acción de partida no acaba ahí. Poco más tarde, Patricia Serra aparecerá muerta. Estrangulada. Los policías Santiago Marrodán y Telmo Corrales inician la investigación; a la vez, Roberto Alcázar, periodista de sucesos, también cuenta lo que sucede en su periódico ‘La Primicia’ de la ciudad imaginaria de ‘Metrópoli’, el mismo donde su compañero Daniel Velasco publica sus textos.

La investigación de los policías les lleva a diversos personajes: a Alma Serra, una gran actriz española en Hollywood, hermana de Patricia, a los padres de Daniel Velasco, a los padres de Patricia (el autor explica con detalles la compleja personalidad de Demetrio Castro, padrastro de la joven y tal vez enamorado de ella) e incluso a una joven, Diana Ciércoles, que desapareció y murió años atrás. Todo parece tan claro en contra del crítico de cine que los investigadores sospechan de evidencias tan incontestables. Y vuelven a empezar. Por otro lado, todo el mundo les dice que Daniel es un tipo estupendo, incapaz de matar a una mosca.

El libro gana en intensidad y variedad a medida que vamos leyendo. Incluso se aligera el estilo: todo parece más fluido; los diálogos resultan más naturales. El autor no pierde ocasión para reflexionar sobre la belleza en una sociedad en crisis, sobre la complicación de las relaciones familiares (aquí hay fantasmas, tensiones, rencores, anhelos eróticos incluso, acentos sádicos), sobre las prisas del periodismo, sobre la envidia, la abyección, las amistades traicionadas los falsos ídolos.

“Patricia Serra es un compendio de todos los ídolos que fabrica la opinión pública con tanta facilidad. Ídolos, en muchas ocasiones, de barro”, señala Robles Miras. La novela, en el fondo, nace de una constatación como esta: “Por debajo del mundo aparente, palpita una existencia subterránea, en su mayor parte clandestina”. Aquí casi nada es lo que parece y a veces se dan situaciones que emulan por igual a Kafka y a Dostoievski.

LA FICHA

La exclusiva del asesino. Salvador Robles Miras. M.A.R. Editor. Madrid, 2015. 354 páginas. [El libro se presenta el lunes, 27 de abril,  a las 19.00, en la librería Albareda.]