Desde una calavera hasta vestidos de diseño. Esto es solo una pincelada de la gran variedad de creaciones que se han podido disfrutar a lo largo de este año de vida de la Escuela-Museo de Origami de Zaragoza. De hecho, más de 30.000 personas han puesto sus pies en este museo ubicado en el Centro de Historias de Zaragoza. Una de las razones de su éxito es que durante el año anterior realizaron una gran exposición para ir mostrando a los zaragozanos un anticipo de todo lo que iban a poder ver una vez que se inaugurara.

Durante este tiempo han pasado personas de 70 países diferentes, aunque la gran mayoría provenían de Zaragoza. "Estamos muy contento con la afluencia que hemos tenido, sin embargo, en verano sí que notamos un pequeño bajón, por lo que en los próximos meses vamos a ponernos en contacto con agencias de viajes para hacer visitas programadas", señala Jorge Pardo, director del EMOZ.

Las visitas guiadas también han tenido bastante éxito, logrando congregar a casi 4.500 personas. "Durante este año han venido muchos colegios que, además, se siguen apuntando", puntualiza. Otra de sus ofertas son los talleres de iniciación a la papiroflexia a los que han acudido unas 700 personas. "Han ido un poco más flojos de lo que pensábamos, pero sí que hemos ido notando un repunte según pasaban los meses, en especial, durante la última exhibición", recalca.

Exposiciones con más y menos éxito

Durante este periodo se han realizado cuatro muestras diferentes. La primera y con la que se inauguraba esta nueva etapa fue la de Victor Coerjoly, que tuvo un total de 8.400 visitas. La segunda, que mostraba la obra de Akira Yoshizawa, con solo dos meses de duración consiguió congregar a un total de 7.300 personas.

La que menor éxito fue la que se programó durante los meses de verano, que enseñaba las creaciones de Sebastien Limet y solo atrajo a 4.200 visitas. "Se notó mucho que había poca gente en Zaragoza y aunque vinieron más de otras ciudades y países no se consiguió compensar", relata Pardo.

Por el contrario, la realizada hasta hace una semana se ha convertido en la reina de la fiesta. Los vestidos de diseño inspirados en creaciones de modistos como Lorenzo Caprile o Ágata Ruiz de la Prada han atraído a más de 10.000 visitantes. Con esta muestra también han comprobado que existe un público muy diverso en el mundo de la papiroflexia. "Hasta ahora venían muchas familias con niños pequeños, pero en esta ocasión, atraídas por la moda, se acercaron muchas señoras mayores que aseguraron que volverían", señala.

También se han dado a conocer con muestras fuera del EMOZ. Por ejemplo, en estos momentos tienen una de dinosaurios en el Museo Jurásico de Asturias. De hecho, este colectivo aspira llevarla en algún momento hasta Dinópolis. Durante los primeros meses del año ya tienen preparadas tres más, una de ellas en Huesca y las otras dos en Gaudalajara y Madrid respectivamente. "En estas ocasiones llevamos una pequeña muestra de lo que se puede observar en el museo", explica.

Objetivo: mantener la afluencia y conseguir colaboradores

Los propósitos del año nuevo están muy claros para Pardo. "Como mínimo seguir con las mismas cifras de visitantes y si es posible aumentar las de la gente que se apunta a los talleres", asevera. Al mismo tiempo recalca que uno de sus grandes retos para el año venidero es conseguir más patrocinadores y colaboradores.

Lo primero lo van a intentar asegurar con una de las últimas técnicas que han adoptado. "Durante las últimas exposiciones hemos puesto una apartado en el que se mostraba un adelanto de la próxima, esto provoca que la gente la conozca y vengan más", señala. El segundo propósito lo pueden lograr con los patrocinios de vitrinas que ya empezaron a poner en práctica en los últimos meses.