En busca de las sopas que sí le gustarían a Mafalda

Cinco cocineros asturianos preparan el plato más odiado por la niña de Quino.

Quino probando una sopa
En busca de las sopas que sí le gustarían a Mafalda
Efe

Una lectura común de la sopa de Mafalda es que representa el poder, un asunto en torno al que giran muchas de sus viñetas, con opresores, oprimidos, y una Libertad muy, muy chiquita, de la que todo el mundo saca "una conclusión estúpida" cuando la ve. Pero en la Semana de los Premios Príncipe de Asturias se ha querido interpretar desde un punto de vista redentor, en lo que se refiere a la sopa en tanto a comida: a lo mejor es que a Mafalda no le gustaba la que le hacían en casa, porque esa era la que tenía que comerse por obligación. Y ya se sabe, la libertad de elegir hace que todo sepa un poquito mejor. Por ello, cinco recetas "que gustarían a Mafalda" se desplegaron este miércoles, a razón de 500 raciones por fórmula, en el patio del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo. Por allí pasaron ayer más de medio millar de visitantes que pudieron degustar la media decena de sopas.


Minutos antes de que llegase Joaquín Salvador Lavado Tejón, 'Quino', todos los asistentes probaban, opinaban y hasta repetían. Los creadores de esta iniciativa y colaboradores necesarios estaban literalmente en los fogones portátiles distribuidos en cinco mesas alrededor del claustro bajo, a saber, cocineros y hosteleros del Principado, todos ellos miembros de la Asociación de Restaurantes por el Fomento de la Cocina Asturiana. El menú de sopas fue ideado por los once componentes: Laura Antón (La Goleta), Javier Antón (Casa Conrado), Elías Fernández (Palacio de las Nieves), Miguel Loya (Balneario de Salinas), Javier Loya (Deloya), Luis A. Martínez (Casa Fermín), Pedro Morán (Casa Gerardo), Roberto Riginelli (La Pondala), Juan Rivero (Casa Tataguyo), Rodrigo Roza (La Taberna del Zurdo), Juan R. Sánchez (Del Arco) y Abel Terente (El Asador de Abel). Aunque finalmente, y tras diseñar entre todos un menú sopero "coherente", como explicaba Luis A. Martínez, han sido cinco los chefs, con sus correspondientes equipos, quienes han materializado el encargo.


Para empezar, 'Sopa de Letras', o lo que es lo mismo, un consomé de garbanzos con infusión de hierbaluisa y comino. En opinión de Javier Deloya, añadirle fideos en forma de letras "podría servir para que se la tomase, es un juego que suele gustar a los niños". Si no, todavía queda la opción de convencerla gracias al aroma especiado que le da a esta receta un toque "diferente".


El segundo plato es la 'Sopa de Mar', que además fue la escogida por la organización para que Quino la probara. "Se han usado espinas de rape, virrey y bogavante, además de pochar mucho las verduras para dar una sopa muy fina", comentaba Isaac Loya. En el fondo reposaba un jugoso mejillón. "Es más un jugo de pescado, suave... A Mafalda podría gustarle", confiaba, con el aval de trabajar con productos marca de su casa. Con él estuvo de acuerdo el galardonado con el Premio Príncipe de Comunicación y Humanidades, quien tras posar para los reporteros gráficos junto a los cocineros, aseguró que estaba "riquísima", además de agradecer el acto en sí: "Es una idea original, simpática y cariñosa, haber creado una cosa tan linda como esta que espero que disfruten todos", dijo al micrófono con brevedad, y fue aplaudido con fervor por todos los presentes.


Por su parte, la 'Sopa de Otoño', o lo que es lo mismo, un jugo de fabada con tropezones obra de Pedro y Marcos Morán, de Casa Gerardo, que combinaba la base del tradicional plato patrio con la textura crujiente del repollo en juliana, constituyendo una apuesta por "lo asturiano" para "gustar a Mafalda", según comentaba Marcos Morán.


Incluso más allá. "Atraer a Malfada a la sopa por olor". Ese objetivo se marcaba Luis Alberto Martínez (Casa Fermín), mientras removía con un cucharón la gran olla que ya estaba preparada para servir medio millar de raciones de "Sopa en cubitos". Para más detalle, se trata de dados de sopa tandoori, un conjunto gelatinoso de verduras con mucho sabor y aroma a esta especia india. El caldo se añade caliente al cubito de gelatina justo antes de su ingesta para potenciar los sabores.


Y si todo lo demás falla, hay que engatusar con el dulce: Rodrigo Roza (La Taberna del Zurdo) probó suerte, precisamente, con un poco de mano izquierda. "Mafalda es una niña, a los niños les gusta el dulce, y esto es más como un postre", decía defendiendo su propuesta, que consiste en una sopa de lima, menta, frutas, frutos y vainilla. Todo en un almíbar ligero y fresco con sorpresa final: trocitos de turrón. Si en la jornada anterior Quino se inclinaba por pensar que a su hija de papel, Mafalda, le podría gustar "el arroz con leche", esto es lo que más se acercaba. "Tiene un sabor un tanto ácido, también, como su humor", abundaba Roza.


La opinión de Mafalda nunca podremos saberla a ciencia cierta, pero sí la de sus seguidores. Fueron muchos los que quisieron ponerse en la piel de la muchachita contestona más famosa. "La dulce seguro que le gustaba", aventuraba Lucía Rodríguez, de 15 años, rodeada de sus amigos. También fue su preferida. En cambio, Isabel Pardo, originaria de Castilla y León pero afincada en Oviedo, prefirió destacar lo ricas que estaban "todas" y el homenaje a la pequeña reina de la viñeta le pareció "maravilloso". Y es que para ella, lo importante de aupar a Malfada entre las nuevas generaciones con actos como este es que "aprendan a pensar críticamente como ella, y sobre todo, a pelear".


¿Y el veredicto final? Las cinco sopas tienen argumentos para gustar a Mafalda, pero Quino no se aventuró a prever la conducta de su rebelde hija ficticia. Sin embargo, cabe recordar que a otro entrañable personaje fruto de sus lápices, a Guille, al eterno hermanito -que no sabe pronunciar la 's'-, aunque solo sea por llevar la contraria a Mafalda, le encanta la sopa. En el plato seguro que no queda.