Del Molino: "Mi generación tiene un hartazgo de ficción"

El autor presenta su nueva obra, 'Lo que a nadie le importa'.

El escritor Sergio Del Molino
Del Molino: "Mi generación tiene un hartazgo de ficción"
Oliver Duch

Tras escribir 'La hora violeta', la emocionante carta de amor a su hijo muerto, Sergio del Molino vuelve a mirar a su yo, a sus ancestros, a su abuelo, que quebró su vida como consecuencia de la Guerra Civil, en 'Lo que a nadie le importa', donde experimenta con la literatura, "harto de ficción".


"Esta historia la tenía metida muy dentro y la escritura traumática de 'La hora violeta' me abrió la puerta para enfrentarme a este tipo de material tan íntimo", explica Del Molino (Madrid, 1979), quien reside y trabaja en Zaragoza, entre otras cosas como colaborador en Heraldo de Aragón.


Y para trabajar con este material, el escritor, como tantos autores en este momento, Karl Over Knausgard, Vila-Matas, o Giral Torrente, escogió la propia biografía dando una vuelta de tuerca a la literatura o quizá con el deseo de volver a su origen.


"Ahora mismo tengo un hartazgo de ficción, no quiero emprender juegos ficcionales. Creo que está agotada como lector y como escritor. Y si hubiera hecho un artefacto de ficción, sentiría que estoy traicionándome un poco", subraya este escritor y periodista, considerado hoy una de las voces más con más proyección.


Sergio del Molino dice que su generación creció con el 'boom', que es "la hiperinflacción de la ficción, de la fabulación", y con la creencia de que la literatura tenía que ser un juego intelectual sofisticado.


"Yo creo -sostiene- que estamos reaccionando y estamos sacudiéndonos de las vanguardias del siglo XX para reencontrarnos con la literatura porque tanto juego literario, paradójicamente, nos la había arrebatado. Creo que estamos volviendo a la esencia de la literatura", recalca.


Así, 'Lo que a nadie le importa', publicada por Mondadori, comienza con una frase de la que tira su autor para mover su memoria y evocar aquello "que pudo pasar": "Calla, que de ti no quiero ni que me cierres los ojos". La frase que le espetó José Molina, el abuelo octogenario del autor, a su mujer en su lecho de muerte.


Una frase que se quedó grabada en la memoria de un pequeño Sergio del Molino y que años después el escritor ha vuelto sobre ella para intentar saber qué se podía ocultar detrás de aquellas palabras tan duras.


"Esa frase de mi abuelo -aclara- me sirve de palanca e indagar no solo en aquella época, sino en mí mismo, porque esa frase me lleva a indagar en un país, en el mío, y en toda una historia que abarca el siglo XX de España".


Y es que "Lo que a nadie le importa", no es solo una historia familiar, sino la historia de un país marcado por la Guerra civil, sus consecuencias, sus silencios, sus secretos y sus injusticias.


"En mi búsqueda me encuentro con un país de mansos, acostumbrado a un trauma evidente marcado por la Guerra Civil que condiciona todo el siglo XX. Un país triste con el que muchos de nosotros no nos queríamos identificar, por eso empiezo con mi relación con Francia, porque todos queríamos ser más modernos, más snob, ser de otro sitio", argumenta.


"Pero este libro también es una narración con la que intento reconocer mi país y reconocerlo tal cual es", afirma el autor.


En opinión del escritor, España ha tenido una mística literaria que no le ha hecho ningún bien y pone como ejemplo a los estudiantes de bachillerato de su generación y la anterior, quienes con 16 años tenían que estudiar la Generación del 98 y a Unamuno, "a un señor doliente, con un sentimiento trágico de la vida al que le dolía España".


"Creo que eso se ha utilizado políticamente y ha hecho mucho daño para la percepción del país. Por su extremismo, nos ha impedido ver el país real, concluye este Del Molino, quien finalmente ve a su abuelo como en un cuadro de Hopper.