Cine

Una mafia negrísima y cómica

El fráncés Luc Besson dirige a Robert de Niro, Michelle Pfeiffer y Tommy Lee Jones en la parodia 'Malavita'.

Familia encarnada en 'Malavita'
Una mafia negrísima y cómica

Desde aquel mítico primer capítulo de 'Los Soprano' en que Tony Soprano se sienta en el diván para hablar de sus culpas y traumas por el ejercicio de la extorsión mafiosa, al sueño que tiene Billy Crystal en 'Una terapia peligrosa', parodiando la famosa secuencia del asesinato de Vito Corleone en 'El Padrino II'. Sin olvidar un 'spoof' en toda regla como 'Mafia. Estafa como puedas', el cine de mafia, que ha sido apuntalado durante décadas por directores de la talla de Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Brian de Palma o mucho antes Howard Hawks y su 'Scarface' de 1932, es campo sembrado para la parodia, por la universalidad de sus códigos, por la rigidez de sus códigos éticos por su relevancia sociocultural. 


La comedia en torno a este género icónico, sea ésta televisiva o cinematográfica, no ha parado de crecer en los últimos 20 años, y a día de hoy, la cartelera tendrá a partir de este viernes una nueva entrega, 'Malavita', dirigida y producida por el francés Luc Besson. Su protagonista Robert de Niro, icono indiscutible del género gracias a títulos como 'El Padrino II', 'Érase una vez en América', 'Uno de los nuestros' o 'Casino' se ha volcado en la última etapa de su carrera a la comedia, con especial querencia a la parodia de sus álter egos mafiosos.


Si ya en 1999 se entregaba a la terapia psicológica con Billy Crystal, ahora regresa a la autoparodia en este film donde encarna a un tal Giovanni Manzoni, que vive ahora bajo el seudónimo de Fred Blake, capo de la mafia neoyorquina que vive ahora a salto de mata bajo el régimen de protección de testigos del FBI y que junto a su familia huye de los matones de su propia familia que tratan de darle caza por haberlos delatado.


La familia, que se completa con Michelle Pfeiffer, Dianne Agron ('Glee') y John D'Leo, se instala en un pueblucho de Normandía donde ninguno acaba de encajar ni puede evitar lidiar con sus problemas al estilo de la familia. Sí, «La familia», con voz a lo Vito Corleone. Vigilados por un agente del FBI que les facilita su no siempre afortunado camuflaje (Tommy Lee Jones, haciendo de sí mismo una vez más), el cabeza de familia descubrirá en la escritura una nueva vocación, aparte de la extorsión, la paliza y el asesinato, mientras madre e hijos se entregan a la violencia para resolver sus más y sus menos con la población local.


Entre la comedia negra, y la parodia del género, con el 'input' ultraviolento que Besson dominaba sobre todo en la primera parte de su carrera, 'Malavita' (título de la novela de origen, escrita por Tonino Benacquista, si bien el film en su versión original responde al título de 'The Family') juega también a la comedia regional, parodiando la lucha de tópicos entre las culturas estadounidense y la francesa, concretamente la normanda, por mucho que no acabe de resultar demasiado convincente que todos los habitantes del pueblo hablen inglés a la perfección, más aun conociendo la mala fama de los galos con los idiomas.


Quizás una de las contribuciones de la película a este subgénero de la parodia del cine de gánsteres sean los apuntes, siempre desde la comedia, sobre lo que la mafia le debe al arte, a la literatura y el cine en concreto. A través de unas memorias que escribe el personaje de De Niro, la violencia de su vida se convierte en oro literario, y a través de las secuencias en el cineclub del pueblo, donde proyectan 'Uno de los nuestros' bajo los comentarios vehementes del capo Mazzoni, la película hace su comentario sobre la glorificación de la violencia a través del cine, sin profundizar pero haciendo un guiño sin más pretensión. Solo una cuestión sobre esto: ¿La inclusión de 'Uno de los nuestros' es un tributo por la producción ejecutiva de Martin Scorsese en el film? Besson habla, cómo no, de homenaje. Aunque nos encantaría imaginar que la cosa responde, como en sus films del género, a la extorsión. Qué bien nos cerraría un Scorsese chantajeando a Luc Besson.